Facultad de Derecho - Universidad de Buenos Aires Instituto de Derecho de las Comunicaciones
 
AÑO II | Nº 8
   

 

 
El mercado de la telefonía celular en la Argentina: la particularidad del sector
[Informe]
Elsa Margarita Formasero
Abogada, UBA.
Profesora Economía Política y Economía Argentina, UBA
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Analizar el mercado de la telefonía móvil desde el plano de las políticas económicas entraña diversas dificultades. El primer factor a tener en cuenta es que se trata de un servicio que las empresas prestan sobre un bien limitado y de alto valor económico que pertenece al Estado.

Las señales de telefonía móvil utilizan un rango del espectro radioeléctrico que no les pertenece, sino que es de los diferentes estados. Se trata, por lo tanto, de un sector de la actividad económica que necesariamente necesita de un grado de control estatal.

La UIT (Unión Internacional de la Comunicaciones), con sede en Ginebra, es la organización internacional cuya función reside en asignar los anchos de banda a cada Estado, de acuerdo a sus necesidades específicas. En la Argentina, los entes que controlan la correcta utilización de los recursos limitados del espectro radioeléctrico en relación con el servicio de telefonía celular son la SeCom (Secretaría de Comunicaciones) y la CNC (Comisión Nacional de Comunicaciones).

La SeCom, creada por el Decreto 245/96, es la encargada de asistir al Poder Ejecutivo en el área de telecomunicaciones. Por su parte, la CNC, creada por el Decreto 1185/90, es la encargada de controlar a los operadores. Hay que agregar, además, a la Secretaría de Defensa de la Competencia y el Consumidor dado que, si bien su función no es específica del espectro radioeléctrico, fiscaliza el funcionamiento del mercado de telefonía móvil.

En el aspecto de la libre competencia es importante tener en cuenta que se está ante un mercado que tiende a la concentración y donde la aparición de nuevos actores no sólo se dificulta por la poca cantidad de licencias sobre frecuencias sino por la enorme inversión inicial necesaria para proveer el servicio.

En segundo lugar, la problemática debe ser inscripta dentro del actual marco de constante evolución en las tecnologías de la comunicación hacia lo que comúnmente es llamado Sociedad de la Información. Marco en el cual la telefonía celular se presenta como una marca de época dada su movilidad y su tendencia hacia la convergencia tecnológica (la capacidad de recibir diferentes tipos de señales en el mismo dispositivo). De todos modos, quizás, sea más acertada la utilización del plural. Si bien el desarrollo tecnológico lleva a la transformación de la capacidad de recibir y enviar información como un criterio para medir el desarrollo, este proceso no se da en todas partes de manera análoga, por lo que es más acertado hablar de Sociedades de la Información. La brecha digital no es la misma en todas las partes del mundo. Es por ello que el presente trabajo, continuamente, intenta comparar las particularidades de la situación del servicio en la Argentina con las tendencias en el resto del mundo. Servicio que, dada la importancia de asegurar la continuidad de su prestación, el gobierno nacional propuso, junto con el suministro de Internet, que fuera regulado como Servicio público. Esta normativa tendría que ser adosada por la SeCom al proyecto de ley que se presentaría ante el Congreso antes de fin de año.

Por último, no sólo se trata de dar cuenta de las particularidades de la situación argentina, sino de estudiar el funcionamiento de un mercado cuyas reglas no siempre se muestran de manera evidente. Se trata de un mercado particular que exige se tengan en cuenta sus condiciones específicas; cualquier estudio de posibles políticas sobre el sector primero requiere que se tenga una comprensión detallada de sus características, sus actores y sus reglas. Por ello este trabajo intenta armar la panorámica del mercado a nivel local, comparándolo con otros casos a nivel internacional, a la vez que pone en juego algunas hipótesis parciales sobre sus tendencias a futuro y las causas de la inusitada explosión de demanda que experimentó en el último año.

DESARROLLO HISTORICO DEL MERCADO LOCAL

Según las últimas cifras el índice de penetración de la tecnología de telefonía móvil ronda el 50%, lo cual indica que existe alrededor de un teléfono celular cada dos habitantes. Esto significa que en la Argentina la cantidad de aparatos de telefonía móvil en servicio ronda los 18.5 millones.

Si bien cuando los primeros aparatos llegaron al país, a fines de los años ochenta, se trataba de un bien de lujo en cambio las tendencias actuales del mercado indican que los celulares han dejado de ser un signo de riqueza. El 71% de los actuales usuarios de telefonía móvil poseen ingresos medios o bajos, al tiempo que el 70% utiliza algún mecanismo de control de gastos. La similitud entre las cifras no debe llamar la atención, el inusual crecimiento de la demanda de telefonía móvil se debe a la entrada de estos sectores no tradicionales para el mercado de celulares. Frente a la saturación de los fragmentos más pudientes el mercado se expandió a sectores que escogen el celular como una alternativa válida con un costo de instalación tres veces más barata que las tradicionales líneas fijas. Además, estos nuevos consumidores deben cuidar de los gastos efectuados en sus comunicaciones por celular por lo que apelan a diferentes mecanismos de control.

En torno al desarrollo histórico del mercado de telefonía móvil en la Argentina la prestación del servicio comienza en 1988. A partir de este año la compañía Movicom comenzó a prestar el servicio de manera monopólica hasta que se sumó la empresa Miniphone, perteneciente a Telecom y Telefónica. Si bien a inicio de los noventa el servicio se encontraba limitado por su alto costo, la aplicación del sistema “paga el que llama” amplió el número de usuarios de líneas móviles puesto que el costo del uso de las redes comenzó a ser abonado por el que ejecuta la llamada y no por el titular de la línea.

Entre 2001 y 2002 se dieron de baja, como producto de la crisis, alrededor de 700 mil líneas de telefonía móvil. Sin embargo, en los últimos años esta tendencia se modificó de manera radical, al punto que la cantidad de llamadas por celular aumentaron en un 90% con relación al año 2004 y la demanda de aparatos actual es de un millón de teléfonos celulares por mes. Ya para diciembre de 2004 el mercado de telefonía móvil había logrado una penetración del 34%. Y, en el último año la cantidad de líneas de telefonía móvil en servicio pasó de 10.1 millones a 17.9. Estas cifras ubican a la Argentina como uno de los países latinoamericanos donde el mercado de telefonía móvil se encuentra más desarrollado. Si bien se encuentra lejos de los promedios Europeos, se ubica sobre Brasil y justo por debajo de Chile. Para 2006, algunas consultoras juegan con la cifra de 22 millones de usuarios de telefonía móvil en la Argentina.

Esta demanda fué alimentada por dos factores. Por un lado, la entrada de sectores menos acaudalados que los tradicionales usuarios del mercado de telefonía móvil. Y, por otra parte, el ingreso de nuevos usuarios más jóvenes. Un elemento a tener en cuenta a la hora de explicar estas cifras es el impacto de los planes de financiación para obtener un aparato (sobre todo los planes de “2X1”) y la disminución del costo de los aparatos de telefonía móvil. Mientras que en 2003 el equipo básico con padrón GSM costaba $ 349 actualmente son ofrecidos a $79. Este bajo costo es posible dado que los operadores de telefonía celular subsidian el precio de los aparatos logrando que éstos salgan al mercado a un precio menor que su costo de producción. De este modo los operadores se aseguran que la demanda de líneas se mantenga.

Por último, otro factor que explica el enorme crecimiento del sector es que, para los operadores la telefonía celular se ha transformado en un negocio más redituable que el sistema tradicional. Esto se debe a que los precios de la comunicación móvil se encuentran libres mientras que las tarifas para telefonía básica se encuentran congeladas desde la caída de la convertibilidad.

CARACTERISTICAS DE LOS USUARIOS

Una radiografía del actual usuario de telefonía móvil argentino muestra como promedio de edad los 32 años, aunque el gran salto de la demanda fue en parte por el ingreso de usuarios menores de 25. Del mercado de consumidores el 34% lo es desde hace más de 4 años, mientras que un 35% ha ingresado al servicio en el último año, lo que realmente marcó una explosión en la demanda por el servicio de telefonía móvil. De los usuarios que ingresaron al mercado en el último año el 44% pertenece a los sectores menos pudientes. El 84.6% posee una única línea móvil, mientras que el 10.6% dos y el 4.8% más de dos.

En cuanto al gasto promedio este ronda los $40 mensuales mientras que, en 2002 éste era de $22. Dos cifras que merecen especial consideración es que el 25% de los usuarios no posee una línea fija de teléfono y el 70% utiliza algún tipo de mecanismo de control de gasto ya sea en las modalidades prepagas o de control. Lo que demuestra la entrada de los segmentos menos pudientes al mercado. La entrada de estos usuarios se debe a que el costo de obtener un servicio de telefonía fija es, en la Argentina, tres veces mayor al exigido por un servicio de telefonía celular. Mientras que el costo inicial para una línea fija ronda los 273 pesos, para acceder a un servicio de telefonía móvil no es necesario un gasto mayor a los 80 pesos. Un aspecto importante es que estos nuevos usuarios están gastando tanto como un usuario histórico, dado que, de acuerdo al INDEC, el número de llamadas ha aumentado un 90% en el último año.

Sin embargo, la tendencia a futuro parece indicar el abandono paulatino del modo de abono prepago (con tarjeta) motivado por los actuales planes con precios más bajos para los contratos mensuales. Actualmente, de acuerdo a las cifras de las operadoras, Movistar divide su cartera de clientes 60/ 40 por ciento en relación con los clientes con contrato mensual; CTI posee 50% de prepagos, 10% con pospago y 40% en el servicio de “cuenta segura” (una mezcla entre los dos modos de abono que permite gastar hasta un límite prefijado para luego utilizar tarjetas); Personal posee una relación 65/35 entre usuarios pre y pospagos. Por su parte Nextel, abocada al sector corporativo de mayor capacidad económica, posee únicamente clientes con contrato mensual.

En cuanto a la comercialización de los aparatos de telefonía celular propiamente dichos un aspecto a tener en cuenta es que 7 de cada 10 teléfonos fueron comprados dentro de los últimos 6 meses. A diferencia de 2004, año en el cual el 40% de los aparatos tenía al menos dos años de antigüedad, en 2005 el 80% ha sido comprado en los últimos meses. Esto responde a diversos factores. Por un lado, está la entrada de nuevos usuarios pertenecientes a las clases bajas. A este sector no tradicional del mercado pertenecen más del 40% de los nuevos propietarios, donde 8 de cada 10 compraron un aparato hace menos de seis meses.

Otro factor que determina el comportamiento de los consumidores en torno a la compra de los celulares es el veloz ciclo de recambio de los aparatos. La velocidad de este ciclo de recambio se ve fomentada por la implementación de nuevas tecnologías. El 27% de los usuarios, un tercio del mercado, planean comprar un aparato nuevo en los próximos 6 meses. De acuerdo a Motorola el ciclo de renovación pasó de 3 años a 12/18 meses debido a la llegada al mercado de nuevas tecnologías. Por otra parte, los celulares del tipo GSM permiten, mudando la tarjeta SIM, utilizar la misma línea en otro aparato más moderno. Esto puede a llevar a que, en el futuro, se mantenga la venta de aparatos aunque la demanda por nuevas líneas se estanque. Si esto ocurriese la actual política de los operadores de subsidiar entre un 25% y un 30% del costo del aparato para aumentar los usuarios de líneas móviles tendría que ser revisada.

Las causas más comunes para el abandono de los viejos aparatos para la compra de nuevos son el servicio de mensajería rápida (SMS), las pantallas color y las cámaras digitales incorporadas. El recambio se ve fomentado no sólo por diversas campañas publicitarias y estudios de mercado, sino por el evidente deseo de los propietarios de no quedar desplazados de las últimas tecnologías. Como ejemplo se puede mencionar la elección de los aparatos con pantalla color frente a las blanco y negro. De acuerdo a Sony Ericsson el año pasado el 80% de los aparatos era blanco y negro mientras que en 2005 la cifra bajo a 72% del total. De acuerdo a la misma fuente, en Septiembre del mismo año, la cifra se habría reducido aún más: sólo el 62% de los aparatos del mercado local no sería a color.

El deseo de tener la última tecnología también pesa en los consumidores de recursos más modestos. La marca Nokia diseñó, con el fin de abaratar los costos, un celular carente de pantalla que probó ser un fracaso en los estudios de mercado.

La ampliación del mercado hacia zonas de bajos ingresos, frente a la saturación de los sectores tradicionales, no es únicamente un fenómeno local. Japón y Europa occidental, que supieron ser el motor de la "revolución inalámbrica" de los años noventa, no solo muestran en la actualidad una desaceleración sino que los indicadores a futuro parecen indicar una verdadera contracción en sus mercados de telefonía móvil. Estas dos regiones representan el 46% del mercado mundial de telefonía móvil. Mientras que, a nivel internacional y por su nivel de ingresos, 4 de los 10 proveedores más importantes son europeos.

En el viejo continente los índices de penetración de los teléfonos celulares de Italia, el Reino Unido y Suecia igualan o exceden al 100%. En Alemania, el país europeo con mayor población, el índice se acerca al 90%. Se trata de mercados que han llegado al límite de la saturación y que comienzan a mostrar signos de desaceleración. En Suecia y Finlandia, por ejemplo, el mercado se redujo entre un 5% y un 6%.

Por su lado en Japón, que engloba al 13% del mercado mundial, el índice de penetración es del 71%. Se trata de menos usuarios pero con cuentas múltiples, que en el cuarto trimestre de 2004 gastaron en telefonía móvil un 1% menos que en mismo período del año anterior. El mayor proveedor de telefonía móvil nipón, NTT DoCoMo Inc., cerró 2004 con una caída en sus ingresos. Algo que nunca había ocurrido en sus 13 años de historia.

Además, otro elemento que reduce la ganancia de los operadores es que los entes reguladores internacionales, cada vez más, permiten la entrada de nuevos actores al mercado lo que aumenta la competencia.

Frente a la saturación en los mercados tradicionales los operadores volcaron su atención a las zonas emergentes como América Latina, Asia o África. De hecho, África se transformó, entre 1999 y 2004, en el mercado de telefonía celular de mayor crecimiento. La cantidad de Africanos usuarios de celulares se elevó en ese período de tiempo de 7.5 a 76.8 millones. Actualmente 1 de cada 11 africanos posee un aparato de telefonía celular. Solo la quinta parte de este crecimiento perteneció a Sudáfrica, el país más rico del continente. De lo anterior se desprende que el resto de esta nueva demanda responde a zonas donde el ingreso diario es de dos dólares o menos y donde la relación entre líneas fijas y habitantes es de 1 sobre 33. Dentro del continente un caso a tener en cuenta es Nigeria donde los fabricantes decidieron detener las ventas hasta reforzar las redes que se encontraron sobrepasadas por la creciente demanda. Esta situación, que guarda cierta relación de similitud con ciertas zonas de la Argentina, pone sobre la mesa la cuestión de la necesidad de mantener un ritmo parejo entre la oferta de líneas y la inversión en infraestructura para soportar el crecimiento del sistema.

Por ejemplo, en Septiembre de este año, una orden judicial prohibió la venta de celulares hasta que las compañías prestadoras pudieran garantizar el servicio. Si bien la prohibición fue abandonada al día siguiente hizo evidente la imposibilidad de la red instalada para dar cuenta del crecimiento de la demanda de los servicios de telefonía móvil. En el mismo mes, Personal, Movistar y CTI presentaron en la Cámara de Diputados un proyecto de inversiones de US$ 500 millones, de los cuales 300 estarían destinados a la ampliación de las redes GSM y a la instalación de radio bases. Movistar, empresa líder del mercado local, lleva invertido, desde inicio de 2005, $250 millones en la instalación de 800 bases de tecnología GSM. La empresa también hizo público, el 23 de Septiembre de 2005, su intención de gastar más de US$ 1 millón para ampliar su red de fibra óptica en la Capital Federal y alrededores. Esta red ampliada con cinco nodos multiservicios capaces de manejar unos 10 Gigabytes de información por segundo permitiría a la compañía evitar los actuales problemas generados por el exceso de tráfico.

Estos planes de inversión se vieron fomentados por el informe de la Subsecretaria de Defensa del Consumidor que, a mediados del mes, aseguró un incremento de reclamos del 400% referido a la falta de cobertura o a la sobrefacturación. Las quejas iban más allá del ya típico colapso del “Día del Amigo” y otra fechas festivas, donde el sistema se ve simplemente abrumado por la cantidad de llamadas y mensajes.

En Diputados las compañías expusieron la falta de una normativa clara para el sector, dada la superposición de normas entre los niveles municipales, provinciales y nacionales. Muchas de estas disposiciones se encuentran en relación con la instalación de torres y el derecho ambiental, como la cuestión de las radiaciones no ionizantes en áreas urbanas.

LOS SERVICIOS

Dentro del universo de consumidores argentinos el servicio más usado es el de mensajería rápida o SMS (Short Message Service, Servicio de Mensajes Cortos) que permite el envió y recepción de cortos mensajes de texto. Este servicio, con un 81% de adopción por los usuarios, es utilizado también como un modo de reducir el costo de las comunicaciones puesto que, estos mensajes poseen un costo que ronda entre los 13 y los 15 centavos. Se trata de aproximadamente un tercio del valor de una llamada promedio. En la Argentina el promedio de mensajes enviados diariamente es de 6 millones, de los cuales el 91% es de índole personal. De acuerdo a información de los propios operadores, Movistar maneja 500 millones de mensajes de texto al mes. Por su parte, los clientes de Personal envían y reciben un promedio de 600 millones en mismo período. Los nuevos aparatos también permiten el envío y recepción de mensajes multimedia que no se limitan al texto escrito sino que puede tratarse de fotografías, sonido e, incluso, video. Sin embargo, su uso es ínfimo en relación con el de los mensajes de texto; los usuarios de Movistar apenas envían 700 mil mensajes multimedia por mes contra el millón de Personal.

Si bien es el servicio más utilizado, el 91% de los mensajes rápidos son enviados por usuarios que tienen entre 19 y 25 años de edad. La expansión del mercado también incluyó la entrada del sector juvenil y hasta el infantil.

La entrada del público juvenil más adepto a la innovación tecnológica, provocó que los servicios de valor agregado con la bajada de "ringtones" (piezas musicales que permiten la personalización del aparato de telefonía celular), cubre pantallas y el uso de los SMS o mensajes rápidos comenzaran a ser una parte importante de la facturación de los operadores. Mientras que en 2003 estos servicios apenas representaban el 4.3% del gasto mensual del usuario promedió en 2005 se elevó al 20%.

La entrada de usuarios de edades más bajas que la de los sectores tradicionales es un fenómeno que también se da a nivel internacional donde diversas compañías dedicadas al público infantil han decido lanzar su propios aparatos de telefonía móvil. Walt Disney posee, junto al operador Sprint, una línea dedicada a niños de entre 8 y 12 años llamada Disney Mobile. En la actualidad el mercado de telefonía móvil en los Estados Unidos posee una penetración del 60% frente al 50% que tenía hace dos años. Además, de acuerdo a un estudio de mercado realizado por Nueva Cork NOP World Techonology, el 14% de los niños entre 10 y 11 años poseían un equipo de telefonía móvil en el año 2004. El porcentaje es similar al que poseía el grupo entre 12 y 14 en 2002 lo que demuestra que el mercado apunta cada vez más a bajar las edades de los usuarios. En el mercado norteamericano el caso de Disney no se encuentra sólo. La tulpa compañía Firefly posee 100 mil usuarios menores de 12 años a los que entrega con un seguro contra la pérdida del aparato. Otros ejemplos a nivel mundial son Enfora que provee software educativo para niños de 6 años, Mattel que basa sus celulares en su muñeca "Barbie", Nokia que utiliza la imagen de "Hello Kitty" y Versión Wireless que provee videos de Plaza Sésamo y Nickelodeon. Ciertas voces de alarma han sonado en los Estados Unidos en torno a estos aparatos. De acuerdo al grupo Consumers Union plantean un peligro puesto que elevan el consumismo en las edades más bajas. Por último merece ser mencionado el caso de Wherify. Esta compañía planteó la utilización de tecnología GPS (Sistema Global de Posicionamiento) en los aparatos de telefonía móvil para que los padres puedan saber la ubicación de sus hijos en tiempo real. Salvando las distancias, se trata de una razón similar a la que llevó a muchas familias Argentinas a comprar celulares a sus hijos adolescentes, sobre todo en la actual atmósfera de inseguridad.

Queda abierta la cuestión de cómo la tecnología ha ampliado el control y la vigilancia de la familia sobre los hijos y hasta que punto no es un elemento nocivo para la formación de éstos, sobre todo en adolescentes.

Otro servicio utilizado por los usuarios argentinos es el "trunking" (también conocido como "push to talk", "presione para hablar"). Este servicio adicional al aparato de telefonía móvil engloba al sector más interesante de los consumidores. El 85% de los usuarios de este servicio pertenece al sector corporativo, son profesionales o se trata de familias de alto consumo que no utilizan sistemas de control en su gasto y que suelen pagar las facturas en término. Este servicio adicional de la telefonía celular convencional se basa en una tecnología similar a las de las radio bases de banda ciudadana y comenzó como una alternativa para bajar los costos de las comunicaciones internas de las empresas. Sin embargo, cada vez más, los usuarios exigen aparatos con servicios adicionales o de valor agregado lo cual lleva a que en la actualidad se comience a ver el inicio de una feroz competencia por estos 520 mil usuarios de alta capacidad adquisitiva cuyo gasto promedio es de $120 ensuales. Sin duda alguna, se trata de una de las facturaciones más altas dentro del mercado de telefonía móvil. Históricamente el mercado local del "trunking" se encontraba dominado por Nextel que engloba a 432.300 usuarios. Movistar, que supo ser pionera con 100 mil usuarios, actualmente se ubica en segundo lugar con 70.000 abonados al servicio Enlace Directo Movistar. Por su parte, el proyecto de CTI apenas ha logrado obtener como clientes a unas 1.000 empresas mientras que Personal se sumaría a la competencia a principios del año entrante. Ninguno de los operadores quiere quedar afuera de la lucha por, quizás, el segmento más interesante del mercado.

La utilización de las nuevas tecnologías, como el mismo celular o el "trunking", de la comunicación en el campo laboral, abre una cuestión que, dada su complejidad, excede a estas páginas. Se trata de, hasta qué punto, la utilización de estos dispositivos que permiten saber la ubicación de los empleados en todo momento, no se relacionan de manera directa con la tendencia hacia la flexibilización y el control laboral.

LOS OPERADORES

La oferta local de telefonía celular se encuentra repartida entre Movistar, Personall, CTI y Nextel. CTI, del grupo mexicano América Móvil, posee una cartera de 4.9 millones de clientes. Nextel, empresa que depende de la compañía americana NII Holdings, cuenta con poco más de 430 mil clientes. Lo bajo de la cifra se explica por su política comercial de apuntar a fragmentos reducidos del mercado como el corporativo. Sin embargo se trata de un segmento de alto consumo y poder adquisitivo. El mayor interés de esta empresa se encuentra en el servicio de “trunking” (“pulsar y hablar”) dedicado al sector empresarial, lo cual no la dejó fuera del crecimiento de la demanda dado que el año anterior su cartera de clientes era de 300 mil usuarios.

En cuanto a Personal, perteneciente al grupo italiano TIM, tiene 5.1 millones de usuarios en la Argentina. A futuro la estrategia de Personal difiere de la CTI y de Movistar. Mientras que CTI y Movistar buscan lograr el mayor número de abonados, la política comercial de Personal apunta a los usuarios con mayor gasto mensual.

Por cantidad de abonados, no cabe dudas que la empresa que domina el panorama local es Argentina Movistar. Esta empresa es resultado de la fusión entre Movicom Bellsouth y Unifon, el operador de Telefónica de España. En esta fusión participaron 15000 personas, lo que la transforma en, quizás, un caso único en la historia de las empresas de telecomunicaciones y es un claro ejemplo en un mercado que tiende a la concentración. Esta empresa presta servicios de telefonía móvil a 7 millones de usuarios y posee unos 3100 empleados en el país. Pertenece a Telefónica Móviles, la rama de telefonía celular del Grupo Telefónica. Telefónica Móviles, al unificar su imagen en trece países tras la marca Movistar, es la principal compañía de telefonía móvil mundial para el sector de habla hispana y portuguesa y se ubica segunda en importancia a nivel mundial. Al cierre del segundo trimestre de 2005 recaudó un beneficio neto de 927.8 millones de Euros. Actualmente, Telefónica Móviles opera en 15 países que suman una población de unos 500 millones de habitantes.

Es necesario comprender que estas compañías utilizan un bien que es del Estado; el espacio radioeléctrico. Luego de la fusión entre Telefónica y Movicom, Movistar comenzó a manejar un excedente dado que, de acuerdo a la normativa vigente, ninguna compañía puede tener más de 50 mhz de ancho de banda para la transmisión en telecomunicaciones. Actualmente, Movistar supera en diversas regiones del país este margen dado que alcanza los 80 y hasta los 90 mhz, lo que genera un excedente de 25 mhz.

Actualmente se encuentra abierta la cuestión sobre que decisión tomará el Estado en torno a este excedente en el ancho de banda actualmente utilizado por la compañía.

Fecotel, Federación de Cooperativas de Telecomunicaciones, aprovechó la celebración de sus 40 años ocurrida a inicios de Septiembre para agradecer al Secretario de Comunicaciones, Guillermo Moreno, por otorgarle a las cooperativas del interior del país la frecuencia de 10 mhz necesaria para proveer el servicio de telefonía móvil. Sin embargo, hasta la fecha en que estas líneas son redactadas, no existe una toma de posición del todo clara por el gobierno del Dr. Néstor Kirchner sobre el cronograma de devolución de estas frecuencias. Tampoco la decisión de que el excedente en las frecuencias de Movistar quede a cargo de las cooperativas de telecomunicaciones parece estar definitivamente tomada a pesar que el primero de julio el ente regulador del sector, la CNC definió que este cronograma debía ser desarrollado en un lapso no mayor a 45 días hábiles por lo cual debería haber novedades desde el sector oficial a fines de Septiembre. Sin embargo, hasta la fecha, el Estado no ha dejado en claro el modo en que estas frecuencias serán devueltas. Gran parte del debate pasa por el modo en que el Estado debería asignar los 10 mhz en cuestión. Algunos piensan que las frecuencias deberían subastarse para que el Estado recaude capital. Hay que recordar que se trata de un bien limitado de alto valor económico. La última vez que el Estado Argentino subastó frecuencias para telefonía móvil fue en 1999 y recaudo US$ 1.273 millones. Se trató de la entrega de 12 licencias de 120 Mhz, 4 por cada una de las 3 regiones en las que se dividió el territorio nacional. Otras voces apoyan la opción de llamar a un concurso público y esta la aparente decisión oficial de entregarle estos 10 mhz a las Cooperativas. La falta de un marco jurídico claro y de una estrategia definida en los órganos de control evitan que el mercado tenga algún grado de previsibilidad. De hecho la actitud de la SeCom contradice la normativa vigente que exige el llamado a concurso para la asignación de frecuencias. Esta arbitrariedad en los organismos de control públicos deja, sin lugar a dudas, la puerta abierta no sólo para los actos de corrupción sino también para la manipulación política de un bien público de alto valor económico como es el espectro radioeléctrico.

Otro ejemplo donde se evidencia la ausencia de posturas claras que regulen el mercado es el SBU (Servicio Básico Universal). De acuerdo a la normativa del SBU el 1% de los ingresos de los operadores debe volver a los usuarios. De acuerdo a la Auditoria General de la Nación muchos operadores cobran al usuario este 1% pero no se lo devuelven al Estado. Sin embargo la postura estatal es la de no crear el Fondo Fiduciario del SBU dado que las empresas no estarían obligadas a regirse por la normativa vigente en el decreto 764/00. Mientras que el Estado no tome una postura clara el destino de los $ 400 millones del SBU queda librado al azar.

En cuanto a los planes de inversión para el sector, y de acuerdo a los datos de la Cámara de Operadores de Telefonía Móvil (CICOMRA), las diversas empresas tienen planeado invertir US$ 500 millones en infraestructura y expansión de las redes. Esta inversión básicamente se debe a la necesidad de remplazar las antiguas redes de tipo CDMA o TDMA por tecnología de tipo GSM. En la mayoría de los casos las quejas de los clientes se encuentran relacionadas con la falta de cobertura de la red GSM, tecnología presente en los nuevos aparatos. En relación con un celular CDMA un aparato con base GSM es un 10% más barato, a pesar de lo cual aún existe un gran número de aparatos que utilizan patrones tecnológicos anteriores.

Movistar, al ser resultado de la fusión entre Movicom y Unifon, es la compañía que maneja en la actualidad la mayor variedad de sistemas. Esto se debe a que Movicom utilizaba el padrón CDMA y Unifon tenía tanto tecnología TDMA como GSM. Por su parte Personal posee un 50% de usuarios de tecnología GSM mientras que CTI tiene un 80%.

Hay que tener en cuenta que en la Republica Argentina la red de telefonía celular comienza en la frecuencia de 850 mhz siendo analógica. Solo en 1999 el estado subasto la frecuencia de 1900 mhz que permitió la digitalización de la red. A partir de 2003 se comenzó la instalación de la actual tecnología GSM por lo que se trata de una red con menos de dos años. Es una infraestructura mucho más débil que la que soportaba el anterior padrón CDMA y que posee una cantidad de celdas menor para atender a una cantidad creciente de usuarios. El problema de cambio de padrón fue una causa problemática para CTI. Esta compañía utilizaba el padrón CDMA pero al ser comprada por grupo el mexicano Tellmex, que opera en América Latina con una red GSM, mudó a sus clientes de un tipo de tecnología al otro.

Si bien estas variadas tecnologías no poseen grandes diferencias para el usuario, salvo el TDMA que no soporta mensajes multimedia, la entrada de los usuarios en el sistema GSM muchas veces es compulsiva, dado que los fabricantes han dejado de producir terminales para los otros patrones.

La diferencia de tipos de tecnología entre las redes, además, en más de una ocasión aumenta el precio de la comunicación. Sobre todo para aquellos usuarios que viajan fuera del área de cobertura de su proveedor de telefonía móvil. El “roaming” (término anglosajón de difícil traducción, usualmente interpretado como el acto de caminar sin destino) es un servicio que los operadores se encuentran obligados a prestar por ley. Se trata de permitir el uso de sus propias redes a aparatos de otras compañías que pueden poseer tecnologías diferentes. La razón por la cual el “roaming” encarece la llamada es tanto técnica como comercial. En lo técnico se debe a la disparidad de padrón tecnológico (CDMA, GSM o TDMA) entre el celular y la red utilizada. Red que pertenece a un operador que no es el habitual del usuario y que intenta sacar la mayor rentabilidad del uso de su infraestructura. También está la cuestión de la disparidad entre patrones de señales analógicos y digitales lo que dificulta el envió y recepción de las llamadas. En lo comercial, la razón por la cual los operadores no prestan demasiada atención al "roaming" es el bajo ingreso que genera: apenas el 2% de sus ingresos nace de este servicio.

En el contexto de América Latina y de acuerdo a la organización 3G Américas que reúne a los operadores y fabricantes del padrón GSM, a fines de 2004 el número de teléfonos GSM alcanzaba los 61 millones frente a los 42 millones de tipo CDMA. En la región el crecimiento de usuarios de GSM fue del 168%, sobre todo gracias al impulso logrado por el mercado de Brasil. A nivel mundial se calcula que la aceptación de patrón GSM es del 76%. Actualmente algunos analistas especulan que, para 2010, la distancia entre la tecnología GSM y CDMA termine con la llegada de un padrón tecnológico de tercera generación que reúna las ventajas de ambos sistemas.

Los límites al crecimiento del mercado son diversos. Además de la saturación de los sectores de mercado con mayor capacidad adquisitiva, lo que lleva a la expansión de la oferta a sectores no tradicionales como los de bajos recursos y más jóvenes, el crecimiento del sector se encuentra limitado por el ancho de banda del espectro radioeléctrico asignado por el Estado y por la infraestructura necesaria para elevar el número de líneas activas. Un posible modo de mantener la ganancia de los operadores frente a estas limitaciones es la apelación a los servicios de valor agregado, lo cual permitiría darle diversos usos al mismo aparato. Estos nuevos servicios lograrían mantener la demanda de los aparatos sin necesidad de aumentar las líneas en actividad. Estos servicios, posibilitados por la tecnología de tipo GSM, atraería a una masa de consumidores preocupados por tener la última tecnología disponible, lo cual genera un rápido ciclo de recambio de los aparatos en circulación. Vale la pena recordar que, en la Argentina, el 73% de los celulares tiene menos de seis meses de uso y la velocidad de recambio en segmentos de alto poder adquisitivo es similar a la de varios países desarrollados. Sin embargo, la mayor ganancia obtenida por los operadores aún yace en la llamada convencional y no en estos servicios de valor agregado.

En la ciudad de Buenos Aires, GYD (Giesecke y Devrient) empresa dedicada al desarrollo de tarjetas inteligentes cuya facturación a nivel mundial es de US$ 1.580 millones, estudia el uso de los celulares para el pago de los servicios de transporte subterráneo público. Este servicio es posible por un segundo chip que se instalaría en el aparato y que funcionaría como una suerte de “Subtecard”. Se trata, en realidad, de una tendencia mundial. En Republica Checa, por ejemplo, desde 1998 el celular se puede utilizar para llevar a cabo diversas operaciones bancarias.

Entre estos nuevos usos del aparato de telefonía móvil vale mencionar la prueba piloto de la tecnología Digital vides Broadcasting Handheld que Movistar, Albertis Telecom y Nokia de España realizaron durante el Congreso Mundial 3GSM. Este sistema, utilizado en Madrid y Barcelona, permite la recepción de diferentes señales de televisión en los aparatos Nokia 7710 y es una muestra del punto hasta el cual la tecnología GSM permite la convergencia entre los diferentes dispositivos multimedia. Sin embargo la convergencia tecnológica, la capacidad de utilizar un mismo dispositivo para trasmitir o recibir diferentes tipos de señales, suscita un problema en lo referente a la lógica comercial de los diferentes medios. A diferencia del abono telefónico, que se cobra de acuerdo a la cantidad de uso, la publicidad es el modo de cobro tradicional de las señales televisivas. La aparente solución del sistema “pay per view” no es del todo convincente puesto que el costo para recibir la señal sin que ésta esté solventada por la publicidad bien puede ser demasiado alto como para generar un mercado masivo. Por otra parte este tipo de sistemas crean, en el ámbito local, un problema de definición jurídica dada la imposibilidad de aplicar la Ley de Radiodifusión 22.285 para dar cuenta de estos nuevos servicios de valor agregado.

En torno a estos nuevos usos de la terminal de telefonía móvil vale la pena detenerse un instante en la relación entre los aparatos de telefonía celular y la red informática Internet. Un riesgo a futuro para el mercado de la telefonía móvil bien podría ser el uso de tecnologías alternativas para la comunicación. Entre ellas el VOIP (Voice Over Internet Protocol, Voz sobre Protocolo de Internet). Este sistema permite, para los usuarios de computadoras personales, realizar llamadas a un costo mínimo. En la Argentina el 25% de los usuarios de Internet ya utiliza alguno de los sistemas que permiten emplear a la computadora como teléfono. Es importante tener en cuenta que esta cifra se aplica a los usuarios hogareños y no a aquellos que utilizan las computadoras de un “ciber café” o de un locutorio. Una de las actuales limitaciones de la tecnología VOIP es que para que la comunicación no tenga ningún tipo de “delay” (retrasos en la señal) es necesaria una conexión a Internet de banda ancha. Conexión cuyo abono mensual promedia, actualmente, los $80 mensuales. El precio de la conexión, más el de la computadora personal, hacen que este tipo de sistema aún no pueda volverse de uso masivo.

Pero también podría ocurrir que el resultado de la relación entre el aparato de telefonía celular e Internet fuera el contrario. Después de todo no hay razón técnica alguna que ate al uso de Internet a la terminal de un computadora personal. Más allá de la simple posibilidad de bajar “ringtones” o fondos de pantalla, recibir información climática, de tránsito o revisar las casillas de correo electrónico de los servicios gratuitos como Hotmail o Yahoo, es posible la navegación de las diferentes páginas de la red desde el celular. El, hoy antiguo, protocolo W.A.P. (Wireless Aplication Protocol, Protocolo de Aplicación Inalámbrica) ya permitía la navegación por Internet desde el teléfono móvil. Este sistema comprimía las páginas y las tornaba blanco y negro para adecuarlas a las capacidades del celular del usuario. Además, Se trataba de un sistema lento en comparación con el actual GPRS (General Packet Radio System). El GPRS permite una navegación mucho más rápida y fluída a la vez que posee la ventaja que el cargo se efectúa sobre la cantidad de información descargada y no sobre el tiempo de la conexión. En el futuro bien podría darse que la computadora deje de ser el modo más común y aceptado para acceder a Internet. Si esto ocurriese el actual comercio electrónico bien podría transformarse en un comercio móvil.

LOS FABRICANTES

En cuanto a los fabricantes de aparatos y a las ventas en el mercado argentino, Motorola, Nokia y Siemens controlan el 70% del mercado. Por su parte, Kyocera y Alcatel proveen a casi el 20% de los compradores. La marca Samsung, el segundo vendedor a nivel mundial, se encuentra dedicado al sector de mayores ingresos del mercado argentino y domina el 10% restante.

Aunque las cifras varían de acuerdo al fabricante, se puede promediar que, para fin de año, el reemplazo de un antiguo equipo por uno nuevo (tasa de recambio) va a justificar entre el 45% y 48% de las ventas en el mercado local. Por otro lado, se espera que los actuales 200 millones de aparatos que existen hoy en América Latina se eleven a 300 millones para 2009. A nivel mundial las proyecciones de los fabricantes son pasar de 2000 millones a 3000 millones en el mismo período de tiempo. Este crecimiento del número de usuarios se vería posibilitado por la entrada de la tecnología celular a mercados del tercer mundo como América Latina y África. Además se espera que China sea un nuevo mercado dado que la tasa de penetración actual de la telefonía móvil es sólo del 26% pero se mantiene un crecimiento anual del 15%.

Entre los fabricantes la innovación se ha transformado en un factor determinante para mantener la oferta. Y no solo a nivel local. La falta de esta innovación llevó a que el grupo alemán Siemens se viera obligado, tras pérdidas que rondaron los US$ 175 millones en el segundo trimestre de 2005, a cerrar su departamento de telefonía celular. La caída en la venta de celulares redujo los ingresos de la compañía alemana en un 3% y llevó a que ofertara su división de telefonía móvil a la norteamericana Motorola y a la taiwanesa Acer. Diversos analistas consideran que la caída de las ventas se debió a la demora de la empresa en la carrera de la innovación tecnológica, sobre todo en los aparatos plegables, los reproductores de música y el acceso de alta velocidad a Internet.

En la Argentina, la totalidad de estos aparatos se importan. Durante 2004 se importaron celulares por un monto total de US$ 600 millones. Entre Enero y Mayo de 2005 la importación de aparatos de telefonía móvil aumento un 67% en referencia al mismo período del año anterior. Si bien estas importaciones se clasifican como bienes de capital, se supone que cerca del 80% estaría destinado al consumo y no a la inversión. El 20% de la importación de bienes de capital propiamente dichos se tratan, en su mayoría, de radio bases importados para la ampliación de la red local. Esto se debe a que los celulares se clasifican como bienes de capital debido a su origen y no a su finalidad. Finalidad que, en la Argentina, se encuentra más cerca al consumo personal que a la reproducción del capital. Junto con otros productos que se clasifican de manera análoga, como los aires acondicionados y las computadoras personales, este modo de clasificar puede decantar en el error de relacionar de manera directa una mayor importación de bienes de capital con un alza en la capacidad industrial local.

Si bien la totalidad de los teléfonos móviles actualmente debe ser traída del exterior a finales de agosto de 2005 el Gobierno Nacional anunció la salida al mercado de un celular con un 70% de componentes de producción nacional. El aparato, que saldría al mercado dentro de los próximos tres meses, tendrá un costo de US$ 48.70 aunque su precio al público es de US$ 25. La posibilidad de vender el aparato por debajo de su costo se debe a una práctica común del mercado de telefonía móvil, en la que los proveedores del servicio absorben parte del costo de los aparatos. De este modo el costo de los equipos es lo suficientemente bajo como para fomentar el aumento de las líneas y de los usuarios. El proyecto de NG Electrónica, financiado en parte con un fideicomiso destinado a fomentar los proyectos nacionales en el área de telecomunicaciones, es la comercialización de un celular tribanda con soporte de red GSM.

A MODO DE CIERRE

Las cifras del mercado de comunicación inalámbrica son apabullantes, tanto a nivel local como internacional. Hay que tener en cuenta que éstas se logran sobre un bien limitado que pertenece al Estado: el espectro radioeléctrico.

Por otra parte, en el nuevo ambiente de la Sociedad de la Información, la capacidad para transportar información no sólo se ha tornado un factor estratégico en si mismo sino que, además, es un nuevo parámetro con el cual medir el desarrollo de las naciones.

De lo anterior se desprende que se trata un mercado que debe ser objeto de regulación estatal. Sobre todo por su tendencia natural a la concentración, dado el alto costo de la inversión inicial para prestar el servicio así como al limitado número de frecuencias llamadas a licitación. Este fenómeno no es sólo local sino que se trata de una tendencia a nivel internacional. Por otra parte, dado que depende de un espacio radioeléctrico que es finito, el servicio exige para su correcto funcionamiento una reglamentación que limite los excesos.

Pero, para que el Estado regule correctamente al mercado de telefonía móvil, es necesario no sólo una normativa clara sino que ésta sea respetada por los entes que controlan el funcionamiento del sector. Es importante que exista un política precisa y a largo plazo del Estado hacia el mercado de la telefonía celular; hace falta que los entes reguladores determinen un plan estratégico con objetivos concretos que excedan a las actuales tácticas a corto plazo.

Este plan debería llevar a la práctica los cuatro objetivos básicos de la Política Económica. Estos objetivos son tanto de naturaleza económica como política. En cuanto a los primeros se trata del crecimiento y del desarrollo. El segundo grupo, la búsqueda de la justicia y la libertad, entabla más incógnitas que certezas en el ambiente de las nuevas tecnologías de la comunicación, dado que pone en juego cuestiones irresueltas como el libre acceso, las nociones de servicio público y la brecha tecnológica entre las diferentes clases sociales.

En la Argentina actualmente estas condiciones no se cumplen, lo que sumerge al mercado en la arbitrariedad. El Estado Argentino no sólo esta dejando de lado a uno de sus bienes de mayor valor económico sino que, también, esta desprotegiendo a los usuarios de la telefonía móvil.

No es el mejor modo para entrar en la Sociedad de la Información. ©


Gran parte de la información brindada en esta nota ha sido recopilada y procesada por Ismael García Fornasero, perteneciente a la carrera de Ciencias de la Comunicación, UBA.

Becerra, Martín "Sociedad de la información, proyecto, convergencia, divergencia", Grupo Editorial Norma, Bs. As., 2003.

La información con la que se nutre este articulo ha sido recaba tanto de medios periodísticos nacionales (Clarín, La Nación, Infobae) como de medios internacionales (The Wall Street Journal). También han sido consultadas las operadoras del servicio en la Argentina, algunas consultoras especializadas como Prince y Cooke asi como el INDEC, los diferentes organismos de control público y publicaciones de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la UBA.

Castellano Terz, María Fernanda y Fargosi, Alejandro; "Transmisión de datos y video a pedido", en Revista Comunicaciones, Instituto de Derecho de las Comunicaciones, Facultad de Derecho, UBA, año II, N 6.

 

 

 

 
 
Editorial

Alberto Gabrielli