Discurso pronunciado por el Dr. Tulio Ortiz

Acto de colación de grado del día 13 de julio de 2012

Tulio Ortiz

Tulio Ortiz

Señor Vicedecano Dr. Alberto Bueres, Señora Secretaria Académica Dr. Silvia Nonna.
Señores Profesores. Señores y Señores. Egresados y egresados, especialmente.

Se renueva mi emoción al contemplar esta Ceremonia.

La “Canción a la Bandera”, que escuchamos mientras ingresaba el Pabellón, nos recuerda que el autor de la letra es un egresado de nuestra Casa, el Dr. Juan Chassaing. Estrella brillante y fugaz, en su paso por este mundo.

Pero, claro, de igual modo, debemos tener presente que la letra del Himno Nacional -que acabamos de oír- es fruto de la inspiración de Vicente López y Planes, (también hombre de leyes), quien como gobernador interino de la Provincia de Buenos Aires ( hay que recordar que la Universidad de Buenos Aires nació provincial y así lo fue durante los primeros sesenta años), restableció la gratuidad de la enseñanza en 1852, señalando, en el decreto que lleva su firma que se trata - la gratuidad- de un elemento esencial y permanente.

La noble herencia de Vicente López pasó a dos ilustres descendientes, hijo y nieto respectivamente, los doctores Vicente Fidel López y Lucio Vicente López, ambos egresados y profesores de la Casa.

Pero esta compenetración con la historia argentina no es de extrañar ya que el primer rector de la universidad y decano de esta casa, - llamada por entonces Departamento de Jurisprudencia - participó en el Cabildo Abierto del 22 de mayo de 1810 donde votó por el derrocamiento del Virrey. Me refiero al doctor Antonio Sáenz cuyo retrato al óleo, original, preside en nuestra Sala de Profesores.

Seis años después, el mismo Sáenz, firmó el Acta de la Independencia Argentina, hecho que conmemoramos días atrás.

Es que la Facultad de Derecho existe con la Patria desde sus albores, presente en los momentos estelares, como lo fueron la Asamblea Constituyente de 1853 o los momentos fundacionales del Estado Moderno argentino, hacia fines del siglo XIX y desde entonces partícipe de los sucesos significativos.

Nació bajo el signo de la igualdad, sin admitir -como otras similares de su tiempo- la necesidad de acreditar la "limpieza de sangre", requisito exótico hoy y vetusto, ya en aquellos tiempos.

Surgió, nuestra Facultad -como parte del magnifico sistema educativo argentino,- modelo que lo fue para América Latina- emergió, bajo el signo de la inclusión social, pues de ella egresaron también los hijos del pueblo. Fue precursora con los movimientos de 1871 y 1903 de lo que luego seria la gran Reforma Universitaria.

Pronto va a cumplir doscientos años, junto con la Universidad, pues nacieron juntas. Desde entonces 15 presidentes argentinos concurrieron a sus aulas y figuras relevantes, de todos los matices, como Alfredo Palacios, Lisandro de la Torre, Honorio Pueyrredón, Enrique del Valle Iberlucea, Silvio Frondizi, etc.

Pero - además - grandes referentes culturales, que enorgullecen al “Olimpo” argentino como Carlos Saavedra Lamas, nuestro primer Premio Nobel, Enrique Larreta, Manuel Galvez y Macedonio Fernández, los inmensos escritores. Y una larga pléyade de ilustres exponentes de la cultura argentina como Homero Manzi, Arturo Jauretche y otros que seria largo enumerar.

También, la Facultad de Derecho, a través de sus egresados o profesores, fue madre de instituciones académicas como las Facultades de Ciencias Exactas, de Ingeniería, de Filosofía, de Agronomía y de Veterinaria, surgidas del impulso creador de quienes trascendieron el mero trajinar cotidiano y tuvieron vocación de fundadores. Juan María Gutiérrez, el gran Rector, Wenceslao Escalante, Profesor de Filosofía y Decano, Miguel Cané, el de Juvenilia, Ernesto Quesada quizá el mayor bibliófilo argentino cuya colección aún es motivo de asombro, y nuestro profesor Joaquín V. González (poeta, constitucionalista, hombre de Estado), quien impulsó la Universidad de la Plata como nacional, siendo su primer Presidente.

Los unía sentirse argentinos y compartir una sorprendente cultura general.

Es, sin duda, una herencia de mucho peso que, a la vez nos invita, a estar orgullosos y en cierto sentido particularmente comprometidos por el Juramento que vais a prestar.

Recordemos en estos momentos las palabras del ilustre Profesor Estanlislao Zeballos, quien siendo Decano dijo, - en un acto similar - allá por 1919, palabras de gran vigencia hoy:
“La suprema necesidad social y política argentina en la actualidad es la elevación del carácter y la elevación del nivel de la cultura de los ciudadanos. No bastan la lectura, la información abundante, para lograrlo; y no se concibe democracia sin cultura. Ellas deben abonar un medio mental propicio, que no se obtiene sino dignificando el espíritu, fortaleciendo su idealismo, robusteciendo su fe en el trabajo, en la virtud, en el patriotismo.

Las vísceras tienden, naturalmente, a extraviarlo, a dominarlo, a corromperlo; la cultura universitaria lo enfrena y lo salva”.

“He aquí la vía! Nuestra vieja y amada casa no debe ya existir como fuente de satisfacciones utilitarias. A ella deben acudir, no solamente los que ambicionan títulos profesionales, sino los que quieran fortificar y regenerar su mentalidad. Esta debe ser una casa abierta a la sociedad, a la intelectualidad argentina; gabinete de investigación, libre pero no licencioso, ni irresponsable de las necesidades y de las aspiraciones comunes, de irradiación teórico practica, de remedios, de consuelos, de dirección del alma de los habitantes del país, de confianza en sus destinos, de saber dirigente y de sana preparación para el gobierno”.

Hasta aquí Zeballos.

Egresadas y Egresados: La Facultad de Derecho se dirige hacia su Bicentenario apoyada en sus hijos, a quien legítimamente podemos llamar “la Generación del Bicentenario”:

Es decir, ustedes.

Nada más.