Discurso pronunciado por el Dr. Diego Hernán Zentner

Acto de colación de grado del día 15 de marzo de 2024

Diego Hernán Zentner

Diego Hernán Zentner

Señora vicedecana Silvia Nonna, señor secretario general, autoridades, profesores, personal no docente, invitados y, especialmente, queridos alumnos hoy egresados.

Quiero agradecer la invitación del decanato, que me ha honrado con el privilegio de ser quien pronuncie unas palabras alusivas en esta nueva ceremonia de colación de grado.

Para todos quienes hemos sido sus profesores es una enorme satisfacción y un gran placer poder encontrarlos hoy en este lugar, al final del camino que han coronado con la obtención del diploma.

Que ustedes estén aquí es un mérito de toda la comunidad académica, desde ya el mérito de ustedes como alumnos, y ciertamente el de los docentes y el de todo el personal que trabaja en esta Facultad. Abogados y abogadas, traductores, calígrafos, profesores en ciencias jurídicas y post graduados, es el momento de asumir que el prestigio de la profesión que han decidido abrazar depende de ustedes, ejercerla con profundo sentido ético, y siempre atentos a la realidad social en cualquiera de las incumbencias y roles a los que les habilita el título profesional, el ejercicio privado, la magistratura, la labor legislativa, la función pública, tanto como la docencia y la investigación.

No soy original si les recuerdo aquí que la función primordial que cumple el derecho para la paz social, de allí la responsabilidad que llevan consigo los profesionales del derecho, en el caso de ustedes esta responsabilidad social se hace más intensa por haber egresado de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, significa que la sociedad, con gran esfuerzo, apostó por ustedes.

Tampoco soy original si digo que vivimos tiempos convulsionados, porque este es un latiguillo habitual en cualquier disertación en el país desde hace décadas, sin embargo, por varias razones, creo que este momento particularmente lo es, hoy encontramos a la universidad pública amenazada por el desfinanciamiento, al mismo tiempo vemos como se naturalizan los discursos de odio y los arrebatos de violencia simbólica en el multiverso digital, en las redes sociales, y lo que es más alarmante aún, muchas veces legitimados o alimentados desde los estratos más altos del poder.

Por eso, llevar en sus manos el diploma de esta Universidad abierta, plural, laica y gratuita debe hacerles redoblar el compromiso irrenunciable con el sistema democrático y con el estado de derecho.

En todos estos años de carrera ustedes han sido entrenados en el razonamiento jurídico, lo que les permite argumentar e interpretar, entonces ¿Cuál es el compromiso que se les exige? Pues bien, tan sólo el de pensar, el de la reflexión crítica, el del diálogo, el debate, la tolerancia, el de no ser presa fácil de los prejuicios, de las frases hechas, de los eslóganes vacíos, de las soluciones mágicas, del desinterés o del desencanto.

Créanme, todos ustedes ya están preparados para hacerlo, sólo es cuestión de empezar. Y tengan también presente que, si eventualmente las circunstancias de la vida los alejaran del ejercicio profesional, hay algo que permanecerá inalterable en todos ustedes, de acá en adelante serán profesionales egresados de la Universidad de Buenos Aires.

Y para finalizar tampoco soy original, con la mala noticia que solemos dar los docentes en estos discursos de colación de grado, y es que ustedes, quizás sin saberlo, han emprendido un camino de ida, nunca dejarán de ser estudiantes, quizás ya no para rendir exámenes sino para perfeccionarse, actualizarse, transmitir conocimientos y estar preparados para los nuevos desafíos que nos presentan, por ejemplo, la inteligencia artificial y las neurociencias.

No hace falta decirles que para eso también esta sigue siendo su casa, como dijo Albert Einstein “nunca consideres al estudio como una obligación, sino como una oportunidad para penetrar en el bello y maravilloso mundo del saber”.

En nombre de esta Facultad me toca entonces felicitarlos de todo corazón, desearles el mayor de los éxitos, que sean muy felices, que vivan a pleno este momento inolvidable de sus vidas, y no dejar de reconocer a todos los seres queridos de quienes hoy se gradúan, padres, hermanos, hijos, amigos, parejas, que imaginamos les dieron todo el soporte anímico y afectivo en las largas horas de desvelo del estudiante, y que tantas veces esperaron el mensajito de ustedes con la confirmación de que habían aprobado aquella materia complicada.

Muchas gracias y muy buenas tardes.