Discurso pronunciado por el Dr. Guillermo Cony

Acto de colación de grado del día 7 de octubre de 2019

Guillermo Cony

Guillermo Cony

Señor vicedecano Dr. Gebhardt, señora Secretaria Académica Dra. Nonna, señores profesores, señoras y señores graduados, familiares, amigos, tengan ustedes muy buenas tardes. En nombre de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, queremos expresar el reconocimiento a todos los graduados que hoy reciben el título por haber finalizado sus estudios.

Es una ocasión importante para toda la comunidad universitaria y por su trascendencia para la sociedad, pues a partir de hoy ustedes se incorporan como nuevos profesionales a los procesos de tomas de decisiones en los distintos ámbitos en los que les toque intervenir. No tenemos dudas que serán llamados a forjar mejores escenarios para una sociedad más justa. Mejores escenarios para una sociedad más justa.

Es además una celebración doble, de despedida a ustedes, los estudiantes que egresan, pero también de bienvenida, pues hoy se sumaran como graduados. Y en esa celebración es a ustedes, a quienes queremos felicitar por el logro obtenido. Logro que, corresponde aclararlo por si aún no lo han advertido, se va a volver parte indisoluble de su destino. Es sabido que cuando alguien debe definirse recurre a ciertos atributos que lo identifican, su nombre, su lugar de origen, su estado, su ocupación. A partir de hoy, ustedes van agregar el de su profesión, que los acompañará de acá en más y se va a convertir en la carta de presentación frente a los demás. Y junto con su profesión deberá agregar también el de la casa de estudios que lo formó: la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires. Debe ser esto motivo de distinción, pues se trata de una institución pública, autónoma, gratuita y co-gobernada, que es fruto de los principios de la Reforma Universitaria de 1918 y de la decisión de eximición de aranceles, y que además no es un claustro de minorías. Esta ceremonia es prueba de su masividad. Pero que, a lo largo de su historia, no ha renunciado a su vocación por la excelencia académica, tanto en la enseñanza, la investigación, la extensión y la vinculación. Este es el rasgo que la distinguió a lo largo de la historia y que persiste. Por eso constituye y constituirá siempre un alto honor haber estudiado en esta casa.

Escucharán algunas voces que cuestionan la masividad, la gratuidad o el co-gobierno. Recuerden, sin embargo, que esos son atributos que la han destacado. Así, esta universidad será para ustedes lo que es para nosotros, un ámbito de pertenencia. Es donde iniciaron su camino de formación y a donde podrán regresar para continuar con sus estudios cuando lo deseen. Los estará esperando.

Señoras y señores graduados hoy es un día en el que pueden sentirse orgullosos de haber obtenido este logro. Mañana, quizás sea momento, para afrontar nuevas obligaciones y desafíos, pero hoy pueden disfrutar. Hoy se merecen festejar, y si me permite, háganlo junto a sus afectos, que han aportado su parte para la obtención de sus títulos. Mención especial, aquellos que han finalizado sus estudios de posgrado y también a sus familias. Pues se trata también de una actividad, que necesita del apoyo y de la comprensión de quienes los acompañan en esa importante decisión de continuar con su especialización.

Una última reflexión, en el futuro cuando deban resolver una cuestión que se les presente, o quizás definir una controversia, cuando tengan que adoptar decisiones profesionales, y surjan las dudas que todo dilema generan, reflexionen y confíen. En esos momentos aparecerán los conocimientos aquí forjados. Confíen en su criterio. Han sido bien formados. Y aun así, no estuvieren del todo convencidos, recuerden los preceptos romanos: vivir con honestidad, no dañar y reconocer a cada uno lo suyo.

Muchas gracias.