Discurso pronunciado por el Dr. Martín Böhmer

Acto de colación de grado del día 1 de marzo de 2019

Martín Böhmer

Martín Böhmer

Buenas tardes, quiero agradecerles a las autoridades por esta oportunidad.

Me pidieron que sea muy breve así que a los egresados y egresadas, hoy les diré: felicitaciones colegas.

Bueno, faltado el asunto, ahora quiero hablarles a quienes vinieron a acompañar a mis colegas a esta ceremonia.

Nosotros trabajamos muy bien aquí. Hicimos lo que debíamos a hacer. Ustedes seguramente asistieron en los últimos años a una metamorfosis de sus seres queridos que hoy ingresan a mi profesión. Esa hija, hijo, hermana, hermano, pareja, tan buena gente, tan persona sensible y cariñosa, tan compañera de charlas interminables, debería haberse transformado. Si nosotros hicimos lo que debíamos hacer. En palabras de Kafka: “en un horrible insecto”.

Me explico, ese ser, que ustedes solían conocer, seguramente comenzó a interrumpir temas familiares con exabruptos del tipo: “Pero a lo mejor se puede ver también desde este lado”, y este lado era la defensa de una posición indefendible en la tradición familiar. O frente al relato de una barbaridad que cometió alguna persona, este personaje que solía ser tan razonable dijo: “Tal vez habría que verlo desde su perspectiva”. O frente a lo que solía ser acuerdo irrefutable en grupo de amigos ahora esta personita afirma que “eso no es un argumento”. Pero como dicen “Todo pasa”.

Los estudiantes crecen, se cuidan más cuando hablan con ustedes, ya saben hasta dónde llegar y cuando parar. Ahora empieza una nueva etapa, y ustedes tienen que entenderlo. Y si pueden, si quieren y si se atreven a acompañarlos. Si nosotros trabajamos bien aquí, mis colegas van a ir a trabajar con ropa diferente al resto de ustedes. Van a rechazar regalos que nadie rechazaría. No los van a acompañar en festejos desaforados, no se van a emborrachar con ustedes, ni van a bailar sobre las mesas de los bares. Si nosotros trabajamos bien, van a ver personas con las que no van a poder compartir deportes, espacios sociales o asociaciones. Si nosotros trabajamos bien, van a defender gente horrible, causas horribles. Si trabajamos bien, mis colegas van a decir muchas veces que no, a los que muchos dirían que sí. Si nosotros hicimos lo que tenemos que hacer, sus seres queridos van a ser parte de una profesión que no tiene como objeto ganar plata. Por lo tanto, mi primer consejo es: huyan, apártense de ellos. Pero, si aún sabiendo todo esto, quieren seguir estando cerca, tal vez sea bueno que sepan porque mis colegas quieren ser mis colegas. Lo que ellos y ellas quieren, es ser parte de la forma en que ustedes reciben sus conflictos. Y quieren que cuando ustedes tengan un problema grave no recurran a la fuerza para resolverlo. Quieren que paren la mano y vengan a verlos.

Nadie entrega la tenencia de sus hijos, la quiebra de su empresa o su libertad a una persona en la que no confía. Nadie entrega las cosas más valiosas que tiene, a quien vió la noche anterior descompuesto por el alcohol o a los abrazos con su adversario o recibiendo instrucciones de otros. Mis colegas quieren ser mis colegas para honrar la confianza de ustedes, para asegurarles que los conflictos que siempre existirán en una sociedad diversa y vibrante como la nuestra, se van a resolver conforme los acuerdos a los que ustedes van llegando cuando votan, cuando dictan leyes, cuando crean costumbres, cuando escriben en los medios, cuando marchan en las calles.

Mis colegas quieren ser mis colegas, para honrar la decisión de ustedes de vivir en democracia y respetar los derechos que escribieron en la Constitución. Mis colegas quieren ser mis colegas, y hoy se comprometen a hacerlo, para recordarnos y recordarles la vergüenza que vivimos hace unos años. Recordar las violaciones masivas y sistemáticas de derecho a con nuestros ciudadanos, recordar los habeas corpus rechazados por colegas nuestros, recordar la presencia de colegas nuestros en todas las dictaduras.

Hoy mis colegas se comprometen a ser mis colegas, a convertirse definitivamente en ese extraño ser que creció cerca de ustedes para recordarnos y recordarles, siempre, que estamos comprometidos en vivir en democracia de acuerdo a nuestra Constitución.

Hoy mis colegas se comprometen frente a nosotros a honrar esa forma de vida que nos asegura que lo que fuimos, que lo que hicimos, no lo seremos ni lo haremos, nunca más.

Muchas gracias.