Discurso pronunciado por el Dr. Marcelo Gebhardt

Acto de colación de grado del día 20 de septiembre de 2018

Marcelo Gebhardt

Marcelo Gebhardt

Buenas días a todos. Señora secretaria académica, Doctora Silvia Nonna. Dr. profesor consulto Felipe Fucito, profesores y abogados que me acompañan en esta entrega, abogados egresados, profesores para la enseñanza media y superior y procuradores.

Me toca ocupar esta tribuna hoy por un pedido especial del Dr. Alberto Bueres, nuestro decano, para celebrar con ustedes los graduados, la entrega de sus títulos ganados y merecidos.

Este discurso está destinado a celebrar esa obtención de un título después de varios años de esfuerzo y aprendizaje que la facultad les confiere. Pero además queremos recibirlos en la comunidad profesional y desearles a todos el mayor éxito y ventura en el ejercicio de sus tareas y en el desarrollo de sus proyectos.

Es una ocasión festiva y también formal, que nos da lugar a que reflexiones sobre nuestra misión en la sociedad. Nuestra misión como profesionales, abogados y profesores. No sólo porque el momento inaugural de esta etapa es siempre propicio para mirar para adelante, sino porque también es esa sociedad la que con su esfuerzo contribuyó decisivamente a vuestra graduación.

El título que hoy reciben, que certifica sus conocimientos, es más que una habilitación para actuar. El abogado, son ustedes la mayoría que reciben el título, es antes que nada un operador calificado de la paz social. Tiene como misión esencial ejercer el derecho como presupuesto de la realización de la justicia y consecuente preservación de la dignidad del hombre. Los otro graduados que hoy también reciben sus títulos están comprendidos en la misión de insertarse en la sociedad como servidores del bien común.

Estas formulaciones tienen una enorme gravedad en estos tiempos donde los roles profesionales sufren el descreimiento de una sociedad castigada por la mentira y la corrupción. Es paradójico que ni la nuestra, ni la mayoría de las profesiones conserven la consideración de la sociedad que con sus propios recursos como dije prodiga esta estructura universitaria para la elevación del conocimiento. Hemos caído bajo una crítica que peca de generalizaciones y desesperanza en el hombre.

Por eso propongo en esta ocasión celebratoria, que pongamos nuestra atención y empeño a evitar ese agobio, y evitar el desencuentro. Los convoca a ayudar, a superar las divisiones que enfrentan a los argentinos. Realzando primero el orgullo de nuestras profesiones, y de la abogacía en especial, con el propósito de que demos frutos extendidos en la tarea de afianzar la justicia. Sólo una convivencia pacífica y respetuosa nos irá dando el ámbito necesario para lograr una sociedad más solidaria.

Y para tan importante propuesta, yo quiero convocarlos en nombre de nuestra Facultad para que abracemos nuestra profesión con la convicción de que está dirigida a lo más excelso de la creación. Que es el hombre, y que necesita convivir en paz y crecer para su elevación como ser digno y trascendente.

Los convoco al trabajo y a la capacitación permanente. No sólo de ese modo seremos eficientes para contribuir al mejoramiento de la convivencia pacífica de nuestros ciudadanos. Quiero conjurarlos en una consigna que el interés y los derechos cuya defensa nos sean confiados nunca puedan secundarizarse en pos de un logro personal nuestro. Así persuadiremos a la sociedad de que habernos facilitado el accceso al conocimiento y al título que hoy entregamos, fue una gran idea para superar el desencanto y la desesperanza. Queremos proponerles que la verdad sea su pasión. Los convocamos a que se conviertan en artífices de la concordia y la tolerancia, que aprendan a dialogar, a convivir en democracia. Sólo así podremos superar esta sociedad crispada.

Rechacen siempre los caminos tortuosos del soborno y las componendas. Que los reconozcan por su amor a la justicia. Que se los visualice intransigentes ante cualquier atropello a los derechos que la Consitución Nacional garantiza.

Señores, bienvenidos a esta conjura que les he hecho, no es poca cosa invitarlos a luchar por la justicia.

Felicitaciones a todos.