Discurso pronunciado por la Dra. Griselda Capaldo

Acto de colación de grado del día 13 de julio de 2018

Griselda Capaldo

Griselda Capaldo

Señor Vicedecano Prof. Dr Marcelo Gebhardt
Señora secretaria académica, Prof. Dra Silvia Nonna
Señor Sub-secretario académico,
Señora Decana de la Facultad de Agronomía, Ing. Agr. Marcela Gally
Señores profesores,
Colegas que en esta colación de grado recibirán sus diplomas,
Familiares, amigos e invitados especiales

Para cada uno de ustedes hoy culmina ese largo camino que iniciaron hace unos 5 ó 7 años.
Transitaron sus estudios en esta Facultad gracias al privilegio de la gratuidad que enaltece al sistema público de educación superior en la Argentina.

Para ustedes, han sido años de esfuerzo intelectual pero también físico, pues muchos de los que están aquí presentes han amalgamado los estudios con las fatigas del trabajo diario, y así fueron enhebrando sus vidas en la que confluyeron la tenacidad, el sacrificio, el deseo de superación y la satisfacción final de haber alcanzado el objetivo que se propusieron al iniciar la carrera.

Todo eso sucedió, seguramente, acompañados por sus padres, sus amigos y sus esposos o esposas, sus hijos, sus afectos.

A partir de hoy portarán el título de Abogado, Traductor y Calígrafo Públicos y Procurador así como sus Diplomas como Doctores y Especialistas de la UBA, todo ellos conferidos por una Universidad que encabeza el ranking de las mejores en Latino América y que sobresale, además, en el ranking internacional al ubicarse entre las 200 mejores del mundo, sobre un total de 20.000 que han sido evaluadas este año.

Perciban el privilegio que eso significa y, por favor, hónrenlo siendo íntegros, éticos, consecuentes con la búsqueda incansable del valor justicia, como en vida lo hizo uno de los Premios Nobel que esta Facultad – nuestra Facultad - le dio al mundo: me refiero al Dr. Carlos Saavedra Lamas.

La profesión que escogieron, en el caso de los abogados, no sólo los habilita para abogar ante los tribunales y dirimir conflictos, sino que a ellos como al resto de quienes hoy se gradúan les da la oportunidad de ser artífices de la paz social, es decir, de cultivar las bellas artes que conducen al bien común.

Recuerden que lo que la ley no prohíbe, sin embargo puede prohibirlo la honestidad.

La honestidad es una de esas bellas artes que hay que cultivar porque, como decía Séneca, es el primer capítulo en el libro de la sabiduría. Nuestra sociedad reclama personas honestas. Ustedes lo saben y sus familias y allegados también. El ejercicio de la abogacía, en sus múltiples expresiones profesionales, así como el de Traductor y Calígrafo Públicos, el de Procurador y el de Doctores y Especialistas les dará una oportunidad única para ponerlo en práctica.

Parafraseando a un querido profesor de esta Casa, que ya no está con nosotros, el Dr Jorge Arana Tagle, les sugiero que:

  • Ayúdennos a recuperar el valor de la palabra dada, honrando su cumplimiento.
  • Sean humildes, siempre.
  • No esperen ser sabios demasiado pronto, pero recuerden que el primer capítulo del libro de la sabiduría, como ya les dije, deben escribirlo cultivando la honradez.
  • Disfruten con todo su ser cada momento de inspiración.
  • Sepan ver… al mirar.
  • Sepan callar…y escuchar.
  • Confíen en que cada pregunta tiene una respuesta… Búsquenla con dedicación, esmero, sinceridad… con cierta neutralidad y desinteresadamente.
  • Sean auténticos… Jamás olviden que serán ustedes sus propios jueces….Una persona debe vivir su vida sabiendo que algún día sentirá la necesidad de mirar hacia atrás para ver el camino que recorrió. Y allí notará que él o ella es…lo que ha hecho con su vida y de su vida.

Esta Casa, que los acogió durante tantos años como estudiantes, confía ahora en ustedes como profesionales.

No duden en regresar a ella cada vez que tengan sed de profundizar su formación, de buscar respuestas, de cederle gratuitamente vuestro tiempo como ella gratuitamente se los concedió para que se formen, de encontrar la inspiración que a veces es esquiva, pero por sobre todas las cosas de sentir que siguen siendo parte de esta inmensa familia universitaria en la que la sociedad tiene puesta sus ojos pero también su esperanza.

Iluminen su alma para ser mejores cada día, iluminen al país con su ética, para quienes abracen la abogacía iluminen al Derecho con su necesidad de justicia y equidad.

Los felicito en nombre de toda la comunidad académica y les deseo fervientemente que tengan un futuro venturoso.

Muchas gracias.