Discurso pronunciado por la Dra. Susana Novile

Acto de colación de grado del día 19 de febrero de 2010

Buenos días. Quiero aprovechar esta oportunidad, en primer lugar, para agradecer la invitación que me ha hecho el señor Decano, al haberme permitido pronunciar unas palabras en este acto, tan trascendente en la vida de un estudiante, como es llegar a su graduación.

En ese sentido, quiero felicitarlos a todos y a cada uno de ustedes por el logro alcanzado, producto del esfuerzo y la constancia. Pero también quiero felicitar a todas aquellas personas, presentes o no en este acto, que los acompañaron a lo largo de todos estos años para alcanzar la meta.

Reconozco de nuevo, y resalto, el merito de la labor cumplida para llegar a tan deseado titulo de abogado. Hago mía su alegría y la de todas las autoridades, profesores y empleados de esta casa de estudios, por haber alcanzado, en ustedes, el objetivo deseado. Pero no puedo dejar de recordarles, antes de que partan hacia el ejercicio de su profesión, los valores que hemos tratado de inculcarles a lo largos de estos años. Tales como el respeto de la Constitución Nacional, del sistema democrático, de la libertad de derechos, de la igualdad entre todos y, en particular, de los Derechos Humanos.

Hemos tratado de darles las herramientas necesarias para que puedan desenvolverse en el ejercicio de la profesión, ya sea en la profesión liberal, en la investigación, en la docencia o en la judicatura, pero siempre teniendo como norte el rol noble de nuestra profesión. En el decir de Orgaz, la abogacía puede ser “ la más noble de las profesiones o el más vil de los oficios”. Por eso hoy, vuelvo a repetir, cuentan con las herramientas que le van a permitir defender derechos y buscar la mejor solución para las personas y los casos que le traigan a su conocimiento. Pero no olviden que debemos evitar el litigio o el conflicto en sí mismo, debemos tratar de solucionarlo pacíficamente, evitando así generar conmoción social.

Les toca a ustedes empezar el ejercicio de su profesión en el año del bicentenario. El rol del abogado, en este país, se encuentra íntimamente relacionado con lo o con la política, por ende están en condiciones de convertirse en sujetos activos, cada uno en el lugar que ocupe, para aportar a una convivencia pacifica, al desarrollo de las instituciones y, en consecuencia, honrar el trabajo de nuestros antecesores y proyectarlo hacia un futuro mejor, tendiente a recuperar los espacios que ocupó nuestro país antaño.

Para ese desafió cuentan ustedes con los elementos que se le han brindado y los que esta Facultad puede aun brindarles, porque hoy parten pero es necesario continuar con el perfeccionamiento y la actualización de los conocimientos. Y para eso, sus profesores los esperamos en los cursos de especialización, doctorados, jornadas especiales de estudio, congresos y muchas otras actividades.

Por último, he de reiterar mis felicitaciones a los graduados, a sus familiares, a sus amigos, pero he de permitirme también saludar al señor Decano y agradecerle, ya en el final de su periodo, la libertad y el respeto del ejercicio de la enseñanza, así como el ordenado funcionamiento de esta Facultad.

Gracias y, de nuevo, felicitaciones.