Desafíos del activismo en Derechos Humanos

   

Encuentro de Derechos Humanos con Mariela BelskiDesafíos del activismo en Derechos Humanos

El 3 de septiembre pasado el Centro de Derechos Humanos (CDH) invitó a la Directora Ejecutiva de Amnistía Internacional Argentina, Mariela Belski, para hablar sobre los desafíos del activismo en derechos humanos.

Tras la presentación de Martín Sigal, Director del CDH, Mariela Belski comenzó la reunión explicando que Amnistía Internacional se trata de un movimiento de personas. “Amnistía Internacional no se dice a sí misma ‘somos una ONG’. Es un movimiento porque tiene una característica muy particular, son 7 millones de personas que colaboran con la organización de distinta manera”, destacó. Asimismo, comentó que existe una Amnistía por país aproximadamente. “En Rusia no se puede, en China tuvimos problemas con temas de Google, internet y Amnistía y demás. En los países que se puede tener, hay una sección de Amnistía”, mencionó. Belski también resaltó que Amnistía tiene un fuerte trabajo con activistas. Luego, hay muchos jóvenes, que son otro grupo, y después existen los voluntarios. En este sentido, se trata de un movimiento de personas que hacen distintas cosas por la organización. “Después estamos nosotros, el staff que trabaja y hace realidad la agenda temática de la organización”, continuó.

Posteriormente, expresó que hace cuatro años llegó a ser Directora Ejecutiva y se tomó su tiempo para pensar qué hacer con Amnistía en Argentina. “El desafío que yo tenía era posicionar a Amnistía en Argentina. Posicionar una institución en un país significa, básicamente, que la organización empiece a ser una voz relevante en los temas que la organización trabaje, que coinciden con la agenda política de un país”, detalló. De esta manera, analizó que esto presenta una particularidad: Amnistía no solo trabaja temas de Argentina, sino también temas regionales e internacionales. “Teníamos dos desafíos más: posicionar los temas que Amnistía trabaja internacionalmente en Argentina, por ejemplo lo que pasa en Siria, Libia (…) En un país donde se habla bastante poco de lo que pasa en el mundo con los derechos humanos”. El otro desafío se vinculaba con los temas regionales. En este sentido, aseveró que se armó hace cuatro años un equipo de trabajo con una agenda. “La agenda de Amnistía Internacional se establece a nivel internacional. Estos 7 millones de miembros que les conté, al ser miembros, tienen el derecho a participar de la formación de la agenda de la institución. La agenda de la institución se forma y define en un espacio internacional”, indicó. Con relación a esto, aclaró que no todos los países en los que trabaja Amnistía son prioritarios. Lo que se hace, por parte de Amnistía, es decidir qué países son prioritarios en términos de derechos humanos. “Por un lado, nuestro trabajo consiste en visibilizar la situación de derechos humanos en esos países que se definieron como prioritarios, y también, en generar una agenda doméstica local de temas relevantes”, manifestó. Por otra parte, expresó que Amnistía tiene dos campañas muy fuertes que realiza durante dos años. “Si bien se priorizan algunos países, todo el movimiento, todos los países del mundo que tienen una Amnistía trabajan para potenciar esas dos campañas. Las dos campañas que terminan ahora son salud sexual y reproductiva y tortura”.

Destacó, asimismo, que “Amnistía es una organización a la cual la recibe cualquiera del gobierno al que le pidas una reunión”, describió. Las organizaciones, en cambio, no tienen esa posibilidad. Entonces, una de los valores agregados que Amnistía les puede dar a las organizaciones es acercar a las organizaciones para que dialoguen con el gobierno, que de otra manera no las recibirían. “Otras de las fortalezas que tiene Amnistía y que puede colaborar con otras organizaciones es internacionalizar los temas que trabajan”, remarcó.