Discurso pronunciado por la Dra. Luciana Beatriz Scotti
Acto de colación de grado del día 7 de noviembre de 2025
Luciana Beatriz Scotti
Muy buenas tardes, señora vicedecana Doctora Silvia Nonna, señores y señoras, profesoras profesores, colegas, docentes, nodocentes, queridas graduadas y graduados de esta Universidad de Buenos Aires, familiares y amigos.
Hoy es un día de profunda emoción, y para mí es un honor decir unas breves palabras para acompañarlos en este momento.
Efectivamente este es un día que implica y que marca un antes y un después en sus vidas. Culmina una etapa de esfuerzo, de estudio de sueños, pero al mismo tiempo comienza otra en la que el conocimiento adquirido deberá ponerse al servicio de la sociedad.
Cada uno y cada una de ustedes trae consigo una historia distinta. Las horas de estudios, muchas veces después de un arduo trabajo, los apuntes compartidos, las clases, a veces ¿por qué no decirlo? interminables, los exámenes tan temidos, las alegrías de aprobar las materias, de ir avanzando en las carreras, y también alguna que otra frustración.
Sin embargo, ahora todos esos momentos se entrelazan en un denominador común, el orgullo de Ser graduadas y graduados de la Universidad de Buenos Aires. Y este no es solo un logro personal. Es ante todo un acto de trascendencia colectiva. Porque esta Universidad autónoma, pública y no arancelada, es un símbolo de lo que somos capaces de construir como Nación cuando creemos en la educación como derecho y no como privilegio.
La UBA encarna la convicción de que el saber transforma, emancipa y amplía los horizontes.
Nuestra Casa de estudios no solo enseña derecho, enseña ciudadanía, enseña el pensamiento crítico, y compromiso con la democracia. Aquí aprendimos que la ley no es un conjunto de textos inmóviles, sino una herramienta viva en permanente cambio que debe proteger la dignidad de las personas.
Ser abogadas y ser abogados en Argentina implica entonces algo más que ejercer una profesión. Significa asumir una responsabilidad cívica y ética, defender la Constitución, sostener las instituciones republicanas, garantizar que el derecho esté siempre al servicio de quienes más los necesitan.
La sociedad hoy deposita en ustedes una enorme confianza, la de ser intérpretes y guardianes de sus derechos. No la defrauden.
Sean profesionales comprometidos con la verdad, con la justicia, con la equidad, con la inclusión y con la libertad.
Defiendan las reglas de la democracia e incluso y sobre todo, cuando parezca más difícil de hacerlo. Y cuando el camino profesional le presente dilemas, recuerden siempre que esta Casa está abierta, que esta es su Casa. Siempre así lo será.
No olviden que aquí aprendieron, que pensar críticamente es una forma de libertad. Que el diálogo construye consensos y que el compromiso compartido nos hace más fuertes como comunidad.
A partir de hoy, el diploma que recibirán no es un punto de llegada. Es solamente un punto de partida. Llévenlo con orgullo, pero también con humildad.
Recuerden siempre que su formación fue posible, gracias al esfuerzo de un pueblo que cree en la educación como la más poderosa herramienta de transformación.
Permítanme finalmente compartir con ustedes una profunda convicción. En un mundo de cambios tan vertiginosos, la educación sigue siendo el acto más poderoso de esperanza.
Felicitaciones, graduadas y graduadas de la Universidad de Buenos Aires.
Hoy no sólo se reciben ustedes, se renueva una vez más la confianza, en la educación pública y de calidad, en la democracia y en el futuro de la Argentina.
Muchas gracias.