Discurso pronunciado por el Dr. Leandro Vergara

Acto de colación de grado del día 9 de octubre de 2025

Leandro Vergara

Leandro Vergara

Ser egresado o egresada de la Universidad pública es antes que nada un privilegio inmenso, pero también, por supuesto, una gran responsabilidad. 

Jamás debemos olvidar que la Universidad pública y gratuita no se sostiene sola. Se sostiene con los aportes y el trabajo de toda una sociedad con sus impuestos y con su confianza. Por eso la comunidad espera mucho de nosotros, de los egresados, de los docentes. Espera compromiso, excelencia, sensibilidad social, ocasión de servicio.

Puede haber en este tipo de eventos tan lindos, emociones de diverso tipo, o sea, nosotros hemos visto que hay emociones que se repiten recurrentemente. Ustedes dirán, puede haber un poco de miedo. Puede haber un poco de desamparo, termina una etapa. 

Pero también hay otra emoción que está presente, que es el orgullo. El orgullo de pertenecer a una Facultad de Derecho que, pese a todas las dificultades, fue ubicada el año pasado en el puesto número 28 en el ranking QS del mundo. Y que al menos hasta este año, somos la Facultad de Derecho dentro de las universidades, la primera de toda Latinoamérica. 

Precisamente por eso, ustedes son parte de la generación que egresa con este galardón. Y eso es importante. No es menor. Es la prueba de que, pese a todo la educación pública argentina puede estar entre las mejores del mundo, cuando se la sostiene, se la cuida y se la honra con el trabajo y con la dedicación. 

La democracia y las instituciones republicanas, están presentes. No corren peligro. Pero tampoco están garantizadas para siempre. Se construyen día a día con paciencia, con trabajo, con la palabra, con la ley, con el cumplimiento en la ley. 

A partir de hoy, ustedes cuentan con una caja de herramientas necesarias para precisamente contribuir con esa tarea.

Recuerden, siempre que el derecho no es un fin en sí mismo, sino una herramienta que permite construir una sociedad más libre, más igualitaria, más fraterna. 

La Universidad de Buenos Aires para ustedes siempre será su alma mater. Ese vínculo no se corta, se adhiere a la sangre y al corazón. Esta Facultad, que como ustedes conocen, además del grado, cuenta con un Departamento de Posgrado, con programas de actualización, con maestrías, con doctorados. 

Tenemos un Centro de Graduados que ofrece espacio de perfeccionamiento profesional. Contamos con carreras docentes, donde ustedes pueden comenzar esta maravillosa tarea de entrar en el mundo de la academia. 

Estar más cerca de lo que queremos no es llegar, sino reconocer que estamos en el camino y en ese camino hecho de esfuerzos de aprendizajes y de vínculos, bueno lo pienso ahora, hay una forma de felicidad. Me parece. Cada sentencia, cada dictamen, cada clase que impartan, cada caso que tomen, será una manera de acercar la realidad a nuestros ideales. Esa es tal vez la verdadera tarea del profesional, del jurista, no ceder en su deseo de justicia, pero tampoco confundir justicia con poder. 

Hoy celebramos sus logros, pero también celebramos la Universidad pública que nos permitió, y lo hizo posible. 

Esta extraordinaria institución que sin preguntar origen ni fortuna, abre las puertas del conocimiento y convierte  los deseos de progreso individual, en un bien colectivo. 

Cuidar la Universidad, cuidar la Facultad es cuidar la igualdad, la libertad y la dignidad, que nos permite seguir más cerca de lo que queremos como país. 

Y antes de terminar, quisiera dejarles una última reflexión. 

Muchas veces escuchamos decir que la educación pública es costosa. Y sí. Es verdad, es costosa, pero como recordó alguna vez un rector norteamericano, si creen que la educación es cara, prueben con la ignorancia. Nada resulta más caro para un país que renunciar al conocimiento, a la innovación, al pensamiento crítico y a la oportunidad que cada generación aprenda un poco más y mejor que la anterior. 

Nuestra universidad pública no es un gasto. Es una inversión. Es una inversión moral también y colectiva. Cada biblioteca, cada aula, cada profesor, cada profesora que enseña son el modo en que el país cree en sí mismo. 

Promover la educación pública es sostener la convicción de que el talento no nace del origen, sino del esfuerzo y de las oportunidades que la innovación, la ciencia y el pensamiento crítico abren para todos por igual. 

Así que celebren, agradezcan y vuelvan a la Facultad. Vuelvan, vuelvan como docentes, vuelvan como investigadores, como alumno de posgrado o simplemente vuelvan como ciudadanos comprometidos. Porque una sociedad que forma profesionales con sensibilidad ética y compromiso con el Estado de Derecho y sus Instituciones, avanza paso a paso hacia la Nación que todos y todas queremos construir. 

Muchas gracias y felicitaciones a todos los colegas.