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Año XXIV - Edición 428 18 de septiembre de 2025

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Conferencia "Por una Constitución de la Tierra"

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El pasado 8 de septiembre, en el Salón Azul, se realizó la conferencia titulada “Por una Constitución de la Tierra”, organizada por el Centro de Graduados/as y la cátedra del profesor Jorge A. Rojas. Contó con la exposición del jurista italiano Luigi Ferrajoli, reconocido como una de las voces más influyentes del pensamiento jurídico contemporáneo.

La apertura estuvo a cargo de la vicedecana Silvia Nonna, quien destacó la trascendencia de la presencia de Ferrajoli y el valor de su propuesta, subrayando que la misma no interpela únicamente al mundo jurídico, sino a la humanidad en su conjunto.

A continuación, tomó la palabra Jorge A. Rojas, encargado de presentar al conferencista y de enmarcar la temática de la jornada. En su intervención, Rojas reflexionó en el escenario político actual, marcado por un preocupante crecimiento de los regímenes autoritarios frente a las democracias liberales. Señaló que, en la actualidad, “tres de cada cuatro personas viven bajo regímenes autocráticos”, lo que evidencia un retroceso en la vigencia de los principios democráticos. Para ilustrar este fenómeno, aludió a ejemplos concretos: mencionó al presidente de lo que denominó “el país más importante del mundo”, quien llegó a afirmar públicamente que pretendía incorporar Groenlandia, Canadá o incluso el Canal de Panamá a su territorio. Estos casos, explicó, muestran cómo líderes de distinto signo político, tanto de derecha como de izquierda, logran acceder al poder por vías democráticas, pero una vez allí buscan horadar las instituciones. El denominador común, advirtió, es la erosión deliberada de los sistemas democráticos, lo que produce una perforación institucional que permite modificar constituciones con el fin de perpetuarse en el poder y quebrar definitivamente el orden democrático. Rojas ejemplificó esta dinámica con la situación de México, donde, señaló, se ha impulsado una “ruptura del sistema de justicia” a través de iniciativas que pretenden instaurar la elección popular de jueces, lo que comprometería la independencia judicial. Con este panorama, agregó, el mundo enfrenta además otros desafíos: guerras, crisis migratorias y graves problemáticas medioambientales, que, en sus palabras, configuran un verdadero “auto-suicidio de la humanidad”. En este contexto, destacó la relevancia de la obra de Ferrajoli, a la que caracterizó como un tratado frente a las crisis actuales y como una propuesta alternativa de alcance global. Señaló, además, que la idea de una Constitución de la Tierra ya ha comenzado a tener impacto en ciertas regiones de Sudamérica, en particular a través de debates y pronunciamientos de tribunales constitucionales en países como Colombia y Argentina.

Tras esta introducción, se dio paso a la exposición de Luigi Ferrajoli, quien inició con un agradecimiento a los/as organizadores/as y al público presente. Luego se centró en lo que definió como una crisis profunda de la democracia contemporánea, en especial vinculada a la pérdida del papel regulador del derecho. Según explicó, esta crisis se manifiesta en la tendencia de muchos gobernantes a imponer sus opiniones y decisiones por encima de las constituciones, lo que implica una “amputación de la dimensión constitucional”. En otras palabras, se trata de la erosión de los límites que los derechos fundamentales y la separación de poderes imponen tanto al poder público como al privado, límites que, remarcó, constituyen la esencia misma de toda constitución democrática. Vinculó esta situación con la experiencia histórica. Recordó cómo, tras el abandono del fascismo en Italia y del nazismo en Alemania, se produjo un avance fundamental en la construcción de constituciones rígidas destinadas a impedir que esos horrores se repitieran. Establecieron, así, principios inderogables que ninguna mayoría puede vulnerar, como la prohibición de restringir el derecho a la vida o a la libertad. Este mismo proceso, agregó, también se reflejó en la experiencia latinoamericana, donde las dictaduras impulsaron la necesidad de instituciones más sólidas y de cartas constitucionales diseñadas para proteger de manera absoluta ciertos derechos fundamentales. A partir de este recorrido histórico, pasó a detallar los lineamientos centrales de su propuesta de una Constitución de la Tierra. Señaló que se trata de un proyecto normativo que busca responder a problemas que trascienden las fronteras nacionales, como las guerras, la degradación ambiental o las crisis humanitarias, y que, por su propia naturaleza, requieren soluciones jurídicas universales. En su visión, esta constitución mundial debe garantizar la paz, la justicia social y la sostenibilidad ecológica, limitando no solo el poder de los Estados, sino también el de los grandes actores económicos y financieros que operan a escala global La conferencia constituyó, en definitiva, un espacio de reflexión colectiva en torno a los desafíos actuales del derecho y la política en un mundo marcado por crisis múltiples.