¡Seguinos!

Año XIII - Edición 233 10 de julio de 2014

Buscar

Violencia intrafamiliar: el recorrido de una denuncia

  • Notas

Con la organización del Departamento de Becas, el pasado 19 de junio se realizó en la Sala de Audiencias de la Facultad de Derecho la conferencia Violencia intrafamiliar: el recorrido de una denuncia”, la cual contó con la participación de funcionarios de la Oficina de Violencia Doméstica de la Corte Suprema de Justicia de la Nación y Martha B. Gómez Alsina, magistrada a cargo del Juzgado Nacional en los Civil N° 102.

En primer lugar, Sara Grunfeld expresó que la violencia intrafamiliar es un tema de mucha especificidad. Entendió que este tema no era abordado tiempo atrás ni tampoco se encontraba dentro de la agenda pública ni académica. “Si miramos para atrás, nos vamos a encontrar en la década del ‘70, donde era casi imposible pensar que uno encontrara un patrocinio jurídico dispuesto a acompañar a alguna víctima de violencia”, señaló. Así, indicó que en la década del ‘80, con el advenimiento de la democracia, la temática comienza a estar en la agenda pública y empieza una verdadera campaña de sensibilización con relación a esta cuestión, en donde ya se hablaba de la violencia y se empezaron a diagramar, desde el Estado, capacitaciones en el ámbito de los abogados y en el ámbito de efectores sociales, que estaban encargados de acercar esta temática a la gente. Seguidamente, evocó que Argentina ha adolecido siempre de una falta de estadística y de información pública, lo cual impide que se pueda determinar aproximadamente cuales son los números y lugares donde hay violencia. Sin embargo, en la actualidad, a partir de la creación de la Oficina de Violencia de la Corte, es un tema que claramente empieza a estar resuelto. “Las estadísticas se hacen para poder generar políticas públicas que terminen de resolver el problema. Pero no es un éxito que cada vez tengamos más denuncias, sino por el contrario, va a ser un éxito, desde el punto de vista social, si este flagelo de la violencia familiar empieza a decrecer”, manifestó. En lo que atañe a la Oficina de Violencia de la Corte, señaló que es única en el mundo, ya que funciona las 24 horas del día, tiene equipos día y noche y es un ámbito en donde se trabaja en forma interdisciplinaria.

Luego, Nancy Mugica explicó el recorrido de las personas que llegan a la oficina y cuál es el producto del trabajo del equipo interdisciplinario en relación con la entrevista que toma a las personas que desean comunicar la situación por la que atraviesa. “Nosotros trabajamos en equipos que están conformados por trabajadores sociales, psicólogos y abogados”, remarcó. De esta manera, señaló que tratan de generar un acta y un informe que sean elementos y recursos que puedan ayudar en la toma de decisión a los jueces y a los distintos operadores que van a estar involucrados en la situación. Así, observó que las personas llegan con la intención de tener protección frente a situaciones que están atravesando. “Lo que nosotros realizamos dentro de esa unidad de atención es una entrevista semidirigida y la cual va a estar guiada para que nosotros obtengamos todos los contenidos que sean necesarios, tanto para el ámbito civil como el penal, para que se puedan tomar decisiones en cuanto a las protecciones o para continuar con la investigación en caso de que hubiera delitos”, reseñó. De este modo, manifestó que el trabajo que se realiza dentro de la unidad de atención va a estar avocado a la construcción del acta y del informe que van a dar cuenta de la situación por la que atraviesa la persona y, en caso de que se tratase de violencia doméstica, el nivel de riesgo que está atravesando, a los fines de que pueda obtenerse una medida de protección.

Hacia el final, hizo mención a las características de las personas que llegan a la oficina y remarcó que las personas que llegan a realizar una denuncia por violencia doméstica son personas que están atravesando situaciones de mucho conflicto, de riesgo de vida y que viven en contextos de dificultad social.

A su turno,Silvia Bignoneañadió que la oficina tiene médicos que revisan a las personas que llegan con lesiones, a los fines de determinar el tipo de lesión y también para poder sacar fotos. “Este tema de las fotos ha determinado un cambio en lo que es el proceso penal, porque las fotos tienen un efecto directo en los juicios orales”, analizó. Del mismo modo, entendió que una denuncia implica pasar de lo privado a lo público, es decir, poder empezar a hablar de lo que sucedía puertas adentro para poder pedir ayuda, medidas de protección o un reordenamiento jurídico cuando se trata de situaciones que sobrevienen a la separación. “Para la persona, la entrevista ya es un lugar reparatorio, porque tal vez es la única oportunidad para muchas de ellas de ser escuchadas desde un lugar diferente”, examinó. Para finalizar, explicó que el ciclo de la violencia tiene tres fases: una tiene que ver con la acumulación de la tensión, la cual puede durar días, semanas, meses y hasta años; luego viene el episodio agudo de agresión, donde emerge por primera vez una agresión física y donde hay una suerte de descontrol de los impulsos; y, finalmente, la fase tres tiene que ver con el arrepentimiento o la “luna de miel”, es decir, la persona agresora se muestra cariñosa, pide disculpas y promete cambios.

Por último, Martha B. Gómez Alsina evocó que el trabajo que hacen en los juzgados de familia cuando cae una denuncia. “El juzgado debe actuar con suma celeridad, inmediatez, debe adoptar la medida cautelar a tiempo, y además debe tener una vinculación muy estricta con la interdisciplina”, aseguró. Observó que los denunciados más frecuentes son parejas o exparejas y cónyuges o excónyuges. En cuanto a las medidas que se adoptan, señaló a la medida más común: la prohibición de acercamiento y simultáneamente un oficio a la policía federal, para que preste asistencia y se cumpla esta prohibición de acercamiento. Hacia el final, describió las características comunes de las víctimas, y dentro de las cuales mencionó: sometimiento, baja autoestima, exculpación constante y minimización y justificación de los hechos.

“Las estadísticas se hacen para poder generar políticas públicas que terminen de resolver el problema. Pero no es un éxito que cada vez tengamos más denuncias, sino por el contrario, va a ser un éxito, desde el punto de vista social, si este flagelo de la violencia familiar empieza a decrecer”, manifestó Sara Grunfeld.