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Año IV - Edición 69 16 de junio de 2005

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Presentación de Libro “Historias de los Pensamientos Criminológicos” de Ignacio Gabriel Anitua

  • Notas

La presentación comenzó con las palabras del Dr. David Baigún, quien afirmó que el primer impacto que recibió se debe a la rigurosidad científica de la obra.  Esta se evidencia en el análisis que Anitua hace sobre los autores que trabaja. Enrique Marí, maestro de “Iñaki”, decía –según Baigún– que para destrabar un texto había que usar el lápiz Faber, y eso de alguna manera así lo siente Iñaki cuando habla de la monografía de Massimo Pavarini “control y dominación”. Pero Iñaki, en su joven vida intelectual, no se limitó a destrabar textos –consideró Baigún- sino que acompañó su tarea de investigador con una participación activa en cursos y seminarios, aquí como en Méjico, Inglaterra, y Barcelona. “Yo a Iñaki lo conocí a través de sus artículos y de la tesis justicia penal pública.  Marí y Vergalli me habían hablado de su calidad y la lectura de sus trabajos fueron una confirmación: es un critico implacable y creativo, pero a la vez modesto”.  Iñaki configura una nueva ola de jóvenes estudiosos que van más allá de la “vanidad personal o el éxito efímero”. El  arquetipo del joven investigador debe ser un modelo que sirva de guía a sus compañeros. Lo que importa para construir el modelo es que intente generar transformaciones abiertas, esenciales, pero siempre en beneficio de la sociedad. Un intelectual comprometido con los conflictos. En relación con esto, Baigún continuo diciendo que no se trata de lograr un robot que condense información. “Aspiramos a un militante de la actividad científica, que acude a la multidisciplina para generar propuestas sólidas”.

Continuando, el Dr. Edmundo Hendler agregó que Iñaki ha nadado por muchas partes del mundo, completó su formación en Universidades extranjeras; por eso el hecho de que lo tengamos entre nosotros y que haya publicado esta obra en la Argentina y la presentemos en esta Casa es enormemente auspicioso.

Con respecto a la obra, en primer lugar le pareció muy significativo que ella esté dirigida a los alumnos. Es por esto que la obra está escrita en forma de dialogo con el estudiante, lo que la hace particularmente llevadera. Es una herramienta que le brinda al estudiante la posibilidad de reflexionar sobre una cantidad de textos que se centran en la criminología.  

Además entendió muy relevante que estas “historias de los pensamientos criminológicos” abandonan  la ingenuidad de la historia evolucionista que se encarga de explicar las prácticas no discursivas. “La obra más que una historia es una verdadera etnología” –expresó Hendler-, teniendo en cuenta la distinción que hace entre estos términos Claude Lévi-Strauss, definiendo a esta última como aquella que aprecia en los discursos los significados inconscientes.

A su turno Eugenio Zaffaroni añadió  que hay un acierto en la exacta coincidencia entre el título y la obra, porque como el mismo título señala, lo que estaba faltando era un desarrollo de la historia de los pensamientos criminológicos tal como la ofrece Iñaki. Y dijo: “es un libro que me gusta mucho leer, pero además este es un libro que me hubiese gustado escribir”. En el derecho penal y en la criminología tenemos una proclividad a descubrir lo ya descubierto –afirmó Zaffaroni-, por efecto de una gravísima perdida de memoria respecto de los pensamientos e hipótesis anteriores. Todo esto lo muestra Iñaki con enorme claridad a medida que va desarrollando la historia de los pensamientos. En cada pensamiento va vinculando el momento en que tuvo lugar con su marco político, con su marco ideológico, con su marco filosófico, etc. Se aparta de la historia convencional, inicia la historia de la criminología en el siglo XIII. La criminología existió desde que existió el poder punitivo.

Sostuvo que es un libro original, sin parangón en nuestra lengua. Un libro intenso, denso pero ameno, de lectura agradable. Usa un buen castellano, claro, correcto, pero no rebuscado. Nos conduce a un criterio, muestra la unión inseparable entre criminología y derecho penal. Presenta una posición humanista, el criterio de los Derechos Humanos que se encuentra en contradicción con el poder punitivo. Concluyó que el aporte que Iñaki ha hecho con esta obra, que ayuda a clarificar los conceptos, es uno de los más importantes que se realizaron en la Argentina en los últimos años.

Anitua se mostró muy agradecido con sus maestros, sus guías. Aunque con humildad resistió que lo consideren un ejemplo, agregó que tampoco es bueno rechazar del todo los elogios porque se dice que el que rechaza un elogio es porque espera dos, por ello hay algunos que sí aceptó.  Fundamentalmente, aquellos que tienen que ver con su uso de la memoria, dado que es lo que él intentó volcar en el libro: lo que Foucault llamaba genealogía. Lo que siempre han hecho los sociólogos. Esto es lo que intentó, pero no en forma de historia, porque lo sabido también tiene que ver con los derechos humanos, con conocer al otro, con respetarlo.