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Año XIII - Edición 234 14 de agosto de 2014

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Premio Pregonero al Jardín maternal de la Facultad por su labor con la literatura y la lectura

  • Notas

 

Los Premios Pregonero, que se entregan en forma ininterrumpida desde el año 1990 en la Feria del Libro infantil y juvenil, tienen como objetivo dar público reconocimiento a Proyectos dedicados a difundir la literatura infantil y al trabajo sobre la lectura. El Jurado de la edición 2014, que estuvo integrado por Marcela Carranza (especialista en Literatura infantil), Diana Tarnofky (narradora oral), Fernando de Vedia (escritor) y Oscar González (presidente del comité organizador de la Feria del libro), decidió otorgar el premio Pregonero en la categoría “Institución” al jardín maternal de nuestra Facultad.

¿Por qué leemos?

Por María Emilia López

Directora del Jardín maternal

Puede resultar desconcertante un pensamiento sobre la lectura en un jardín maternal, donde los niños tienen entre 45 días y 3 años de edad. Sin embargo, nosotros leemos con todos los bebés desde que llegan al jardín, aún a los 45 días de vida. Y cuando egresan, a los 3 años, todos son lectores voraces, atrevidos, hábiles y creativos.

Pero ¿de qué se trata leer con un bebé? Al nacer, los bebés tienen por delante una de las tareas más complejas para los seres humanos: “leer” e interpretar qué significan cada una de las manifestaciones del mundo, entrar en el lenguaje, intentar comprender los mensajes y la cultura. También deben aprender a leerse a sí mismos, entender y dar sentido a las sensaciones desconocidas que los abruman una vez que salen del vientre de sus madres: el hambre, el calor o el frío, las manipulaciones corporales. Entre el medio acuoso y de constante bienestar que provee el útero y los cambios del mundo externo hay un universo de signos para interpretar, comprender, organizar. Por eso podemos decir que los bebés “leen” desde que llegan al mundo. Y hay algo más: ese aprendizaje tan vital que hacen desde el nacimiento -comprender los signos intercambiados por los seres humanos alrededor suyo y apropiárselos para poder comunicarse con los demás- lo realizan según su propio método, que es el método de todo ser parlante: no comenzando por el comienzo, sino insertándose siempre en un tejido de circulación que ya ha comenzado.

La lengua es entonces el laberinto que los acoge y a la vez los entrena en la función simbólica y en la comunicación, la caja de resonancia en la que los primeros pictogramas (así podríamos llamar a los esbozos de significado, a los gestos, sonidos, olores, movimientos, miradas que en sus repeticiones comienzan a decirles algo) se van transformando en grandes significados.

Leer, entonces, es construir sentidos, ejercicio vital para el desarrollo de la inteligencia, de la sensibilidad, para aprender a ordenar los hechos del mundo y las propias vivencias.

En el jardín maternal leemos todo lo que nos rodea, pero además leemos libros, leemos poesía, cuentos, historietas, álbumes; ofrecemos la literatura desde los primeros días y vamos complejizando el repertorio literario en función de los intereses y las habilidades que van desarrollando nuestros pequeños lectores.

Contamos con una biblioteca para niños de más de 3.000 volúmenes, especialmente seleccionados. Los chicos leen libremente tantas veces como lo deseen, todas las salas cuentan con su propia biblioteca; los adultos estamos disponibles para acompañar y sostener un espacio de intercambio, estimular los imprevisibles caminos creadores que las historias despiertan en los niños, porque la riqueza de una experiencia de lectura no solo radica en la presencia de los buenos libros. No es dada al bebé la palabra si no hay un adulto disponible y atento, tampoco la experiencia de la lectura literaria si los libros no son sostenidos en las primeras transmisiones por algún compañero generoso y dispuesto al pacto de ficción.

Vivir desde los primeros tiempos de la vida la experiencia de la lengua del relato, esa que provee la literatura, enriquece profundamente la capacidad de pensar, de imaginar, de construir sentidos nuevos. Por eso nuestros niños muestran, además de un gran interés por la lectura, un pensamiento profundo y creativo.

Nuestra biblioteca es andariega, cada niño puede llevarse diariamente libros a su casa, y de esa manera se amplían notablemente sus oportunidades de lectura, porque puede gozar con su familia sus libros preferidos. Muchos padres descubren a los grandes autores para niños a través de estas experiencias.

Desarrollamos también dentro del Programa de Formación docente continua diversas instancias de formación e investigación con los maestros, con el propósito de darle a esta experiencia poética su mayor potencialidad.

Diseñamos y ejercemos una política pública de lectura para bebés y niños pequeños, en la que el placer de leer, como el placer de jugar, es el eje conductor de la experiencia. Una forma de relación con el mundo más abierta y creadora. Un despertar a la cultura nutrido de fantasía, sensibilidad e inteligencia.