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Año XIV - Edición 246 23 de abril de 2015

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Los juristas del siglo XVIII. Nuevas preguntas, nuevas respuestas

  • Notas

Organizada por el Departamento de Ciencias Sociales, el 27 de marzo pasado en el Auditorio de la Facultad se realizó la conferencia “Los juristas del siglo XVIII. Nuevas preguntas, nuevas respuestas”,a cargo de Sergio Núñez y Ruiz-Díaz. La actividad fue coordinada por Alberto David Leiva y Susana López.

De manera introductoria, el director del Departamento de Ciencias Sociales, Ricardo Rabinovich-Berkman, expresó que una de las cuestiones asumidas desde el departamento es ayudar y apoyar a todos los docentes, con cierta prioridad a los jóvenes que están llevando adelante sus investigaciones y sus tesis doctorales. Acto seguido, Susana López señaló que la une a Núñez y Ruiz-Díaz una larga trayectoria académica. “En todos estos años, Sergio, además de mi amistad y estima personal, se ha hecho acreedor de un profundo respeto profesional como investigador”, destacó. Por su parte, Alberto D. Leiva describió al expositor como un profesor dedicado a su profesión y a la investigación. “No todos los historiadores del Derecho pensamos igual pero tenemos algunas cosas en común. Una de estas cosas en común es buscar constantemente nuevos enfoques y nuevas fuentes”, puntualizó.

A su turno, Sergio Núñez y Ruiz-Díaz manifestó que el título de la conferencia es algo amplio. “Si bien el tema de mi investigación de tesis es un tema concreto que es la obra de Domingo Muriel, jesuita y jurista, (…) cuando hablo de los juristas del XVIII estoy refiriéndome no solo al padre Muriel sino a todos esos profesores, abogados y canónicos que establecieron ciertas pautas en cuestiones jurídicas, que si bien no tuvieron impacto en ese momento, sí lo van a tener después”, afirmó. Del mismo modo, comentó que hasta bien entrado el siglo XIX, todavía no existe esa división taxativa como hay ahora de las cuestiones civiles de las cuestiones religiosas. En este sentido, en esta época, lo habitual es que lo eclesiástico esté imbuido de lo civil y viceversa. Por otra parte, declaró que las universidades americanas y españolas conocen perfectamente a los autores ilustrados. “Encontramos que en autores del siglo XVIII hay una presencia importante del concepto del racionalismo”, agregó. En referencia a la Universidad de Valladolid, indicó que estuvo abierta al influjo del pensamiento ilustrado y los profesores y alumnos que transitaron esas aulas van a tener una formación mucho más enciclopedista que los de la Universidad de Salamanca o los de Alcalá de Henares, tres de los grandes centros de formación hispanos del siglo XVIII. “En el caso de Hispanoamérica, no nos tenemos que olvidar en función de la influencia de la Ilustración de la Universidad de Charcas. También va a influir posteriormente a distintos patriotas americanos, como Moreno o Castelli, que van a estudiar allí”, relató. De esta manera, declaró que la Universidad de Charcas va a estar regida hasta 1767 por la Compañía de Jesús, la Orden de los Jesuitas, grupo religioso que surge a mediados del siglo XVI con el fin de contrarrestar las ideas del protestantismo y que desde el principio va a tener un permiso especial de los papas para que los juristas de la Orden de los Jesuitas conozcan todos los textos que tienen circulación. En consecuencia, el expositor aseveró que los padres jesuitas, tanto de Charcas como de Córdoba del Tucumán, conocen la obra de los ilustrados ingleses y franceses y todas las corrientes políticas que surgen en este siglo XVIII, complejo y convulsionado. Seguidamente, subrayó: “A partir de principios del siglo XVII los misioneros de la Compañía de Jesús van a hacerse cargo no solo de territorios en la provincia de Córdoba, sino también de todo lo que es el litoral de nuestro país, zonas habitadas por los guaraníes que van a ser ordenadas con forma de reducciones o misiones”, recordó. Este régimen de misiones, ordenado a través de los religiosos, va a permitir que los guaraníes tengan un medio de vida que no ha sido conflictivo respecto a lo que vivían ellos en su “anterior estado de naturaleza”. Si bien eran de carácter nómade, los jesuitas logran que bajo un orden establecido se respete lo que es el mundo de los propios guaraníes, manteniendo de alguna manera su orden social, su respeto a los caciques y tradiciones, mientras no contradigan las tradiciones de los españoles. “Los padres jesuitas van a permitir que los guaraníes en territorio ordenado por ellos mantengan en gran parte sus antiguas formas de vida”, resaltó. Por otra parte, evocó que en 1767 se produce la expulsión de los jesuitas, no solo de América sino de todos los territorios de la monarquía. “En 1767, el padre Domingo Muriel estaba en España, él era el representante de la provincia del Paraguay ante la corte de Madrid y es detenido en Cádiz”, recordó. Así, el orador toma a este sacerdote como un ejemplo no solo por ser un jurista, sino porque en su obra se encuentran elementos tanto del antiguo derecho que se enseñaba en las universidades jesuitas como elementos de los racionalistas. Respecto a esto, con relación a su Derecho Natural y de Gentes, Muriel hace dos grandes divisiones entre lo que tiene que ver con derechos generales de las personas y derechos contractuales o propios del derecho civil. “Lo que vamos a encontrar en este Derecho Natural y de Gentes es que va a utilizar tres núcleos de conocimientos: el que tiene que ver con la antigua escolástica española, el que se basa en el Derecho Civil, en la utilización de la obra de Justiniano y los autores de la postescolástica del siglo XVI y XVII y una tercera línea de autores que son los racionalistas, franceses y alemanes”. Hacia el final, Núñez y Ruiz-Díaz remarcó que “la idea sería que tengamos una visión mucho más amplia de lo que es el siglo XVIII, no tanto de compartimientos estancos, y reivindicar la figura de estos clérigos juristas pero que han dado mucho para lo que es la realidad de la actualidad, aunque quizá no lo veamos”.

“La idea sería que tengamos una visión mucho más amplia de lo que es el siglo XVIII, no tanto de compartimientos estancos, y reivindicar la figura de estos clérigos juristas que han dado mucho para lo que es la realidad de la actualidad, aunque quizá no lo veamos”, remarcó Sergio Núñez y Ruiz-Díaz.