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Año XI - Edición 205 06 de diciembre de 2012

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Las nuevas tendencias de la regulación en Europa

  • Notas

El 7 de noviembre el catedrático de Derecho Administrativo de la Universidad Complutense de Madrid, Santiago Muñoz Machado, fue invitado a nuestra Facultad para disertar sobre las nuevas tendencias de la regulación en Europa.

La apertura y palabras de bienvenida estuvieron a cargo del profesor Guido Santiago Tawil, quien expresó que el derecho administrativo argentino y el derecho administrativo español se encuentran íntimamente vinculados desde sus orígenes, tanto por su herencia virreinal como por la influencia de la Constitución de Cádiz, de la que se cumplen en estos días 200 años. En definitiva, es indudable la enorme influencia de la legislación española en el derecho administrativo argentino y su doctrina. “Hoy nos visita (Santiago Muñoz Machado) quien para muchos de los viejos maestros constituye uno de sus más brillantes exponentes, un gran estudioso de los sistemas autonómicos, del planeamiento urbanístico, del servicio público de los mercados”, explicó.

Seguidamente, fue el turno de Juan Carlos Cassagne, encargado de la presentación de la conferencia que le seguiría. Cassagne destacó que Muñoz Machado pertenece a la raza de los juristas intelectuales, una especie que, según él, se da esporádicamente en el campo del derecho. Se trata de un jurista que piensa y hace pensar, que domina la historia europea y española como pocos, que no se pierde en los detalles sino que hace la clínica y cirugía de las ideas y concepciones dominantes de cada periodo histórico. Se trata de “un jurista moderno que nos pone a tono con la realidad que vivimos y no enseña el derecho y las técnicas que acompañan a las grandes transformaciones que están ocurriendo en el mundo”.

Finalmente, Santiago Muñoz Machado hizo uso de la palabra para anticipar que en su intervención se dispondría a analizar cómo se han producido en estos últimos años las transformaciones económicas que en todo Europa han hecho que se cambie de paradigma en lo que concierne a la relación del Estado con el mercado y del Estado con la economía.

Hasta principios de los años 80 las características de la relación de las administraciones públicas con la economía y los mercados tenía algunas características fundamentales. Una de ellas consistía en la fuerte presencia de la administración pública como gestor en los sectores estratégicos. En las que no era gestor, es decir, que no tenía participación por medio de empresas propias, actuaba con instrumentos de intervención que se desglosaban en la reglamentación, la prevención por medio de autorizaciones y licencias, y el control. Otra característica fundamental fue que las empresas públicas dominantes tenían generalmente una financiación privilegiada, distinta a la de las empresas privadas, en cuanto recibían muchos recursos del presupuesto público para desarrollar sus actividades sin que esto fuera cuestionado pese a poder repercutir sobre la libre competencia entre las diversas unidades económicas. También una característica adicional constituía el hecho de que existía una fuerte presencia de los servicios públicos de toda clase.

Muñoz Machado describió que la situación privilegiada de las empresas públicas se pasó a otro modelo de organización de su presencia en el mercado basado en la igualdad. Las empresas públicas que quedaron en pie debían funcionar financieramente en régimen de igualdad porque los mercados exigían que no hubiera ninguna clase de financiación privilegiada. Se ha pasado del Estado gestor al Estado regulador. “El Estado regulador se caracteriza por haberse retirado de la función de ser empresario, dejar esto a las iniciativas privadas, y posicionarse en un rol que se limita a regular los mercados, a vigilarlos, a controlarlos, a dictarles las normas o los estándares que deberán guiar los comportamientos de las empresas”, aseguró. Todo ello en vistas a promover la libre competencia y el buen funcionamiento de cada uno de los mercados. La función de regulación ha exigido una organización estatal destinada a tales fines. La creación de diferentes agencias reguladoras dispersas en toda Europa se ha fundamentado en el principio de especialidad, debido a que una administración local no cuenta con todas las herramientas para comprender todos los fenómenos sucedidos en su jurisdicción. De este modo, se crean agencias de regulación especializadas en, por ejemplo, el sector eléctrico o en el sector de las telecomunicaciones. Para Muñoz Machado se trata también de mantener a estas agencias independientes, alejadas tanto del poder público como de los mercados. “Hay que separar al regulador del operador, a la entidad que regula del operador que actúa económicamente en un mercado determinado”, resumió.

En el sector de telecomunicaciones, de energético, en el de correos, en el de ferrocarriles, en el de los juegos azar, entre tantos otros, se han ido constituyendo en España y en los demás países europeos muchos organismos reguladores con las características mencionadas más arriba. Sin embargo, alertó que subsisten variadas problemáticas. En Europa muchos de estos organismos reguladores no cuentan con una clara delimitación de sus competencias, lo que termina produciendo yuxtaposiciones competenciales entre distintas agencias. Con la venida de la crisis económica que azota a Europa muchos se han preguntado se la verdadera utilidad de estas numerosas agencias reguladoras. “No se trata de volver atrás del todo con la idea de que esos organismos tienen que ser independientes y que tienen que ser especializados, pero sí hay un replanteamiento de la necesidad de tanta proliferación de organismos de esta clase”, puso de resalto Muñoz Machado.

“El Estado regulador se caracteriza por haberse retirado de la función de ser empresario, dejar esto a las iniciativas privadas, y posicionarse en un rol que se limita a regular los mercados”, subrayó Santiago Muñoz Machado.