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Año IV - Edición 69 16 de junio de 2005

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Instituto de Investigaciones Ambrosio L. Gioja. Seminario Permanente sobre Reforma Política

  • Notas

El pasado lunes 6 de junio tuvo lugar en el Salón de Usos Múltiples del Instituto Gioja la segunda sesión del Seminario Permanente sobre Reforma Política. En esta ocasión, la Lic. Virginia Oliveros y el Dr. Gerardo Scherlis presentaron un trabajo sobre la manipulación de los calendarios electorales en Argentina entre 1983 y 2005. Los expositores comenzaron señalando la notoria falta de atención recibida por este tema en el marco del actual debate sobre la reforma política, destacando que la fijación de las fechas electorales constituye un elemento central de todo régimen electoral.

En tal sentido, el Dr. Scherlis repasó las implicancias que tiene la concurrencia o el desdoblamiento de elecciones y las diferentes instancias en los que estas acciones pueden presentarse en un régimen presidencial y federal como el argentino. En función del así llamado "efecto arrastre" que suele operar desde el cargo electivo que es percibido por el electorado como el más importante, la concurrencia de la elección presidencial o la de gobernador con elecciones legislativas nacionales tiende a trasladar la polarización que normalmente tiene lugar en la elección ejecutiva hacia la legislativa.  Esto da lugar a una multiplicidad de efectos, entre los que destacan la obtención de una mayoría parlamentaria en favor del presidente mayor que si las elecciones son separadas y la reducción del número de partidos con representación, algo que también ocurre cuando la concurrencia tiene lugar entre gobernador y legisladores nacionales.

La facultad con la que contaron los gobernadores durante casi 20 años para establecer la fecha de elecciones legislativas nacionales de acuerdo a sus intereses les proporcionó una herramienta decisiva para la competencia electoral. Sin normas que fijaran una regulación clara al respecto, el hecho mismo de definir la fecha de la elección, haciéndola coincidir o despegándola de otra, se transformó en un aspecto central de la lucha política.

La Lic. Oliveros describió el modo en que esta manipulación se hizo presente desde la restauración democrática en 1983. Destacó especialmente el caso de 1991, cuando el gobierno decidió - y acordó con la principal fuerza de oposición- desdoblar las elecciones legislativas nacionales en cuatro grupos de provincias a los fines de diluir el impacto de algunas derrotas que estimaba seguras y de obtener un mejor resultado final.

El segundo caso notorio fue el de 1999, cuando solamente seis provincias realizaron las elecciones para diputados nacionales y gobernadores provinciales junto a las presidenciales.
Finalmente, las elecciones de 2003 merecieron la mayor atención, ya que fue entonces cuando la manipulación alcanzó las mayores proporciones. El ciclo de renovaciones legislativas y de gobernadores se inició en Santiago del Estero el 15 de septiembre de 2002 y finalizó el día 23 de noviembre de 2003 con las elecciones en Corrientes, San Luis y Tierra del Fuego (legisladores nacionales) y Entre Ríos (gobernador y legisladores nacionales). Atendiendo a la situación política específica de cada provincia, los gobernadores se valieron de la facultad que les otorgaba la ley para organizar el calendario electoral según lo que estimaron más los beneficiaría, personalmente o a su grupo político.

Los expositores destacaron la reforma del Código Electoral sancionada a fines de 2004 (ley 25.983), que establece una fecha fija para los cargos nacionales, pero advirtieron que las inocultables motivaciones de la reforma refieren a la voluntad del poder ejecutivo de hacer de la elección de octubre próximo un plebiscito de la gestión del gobierno nacional. Sólo dichas circunstancias explican que en esta ocasión se haya establecido una fecha unificada, instituto que otros países - entre ellos nuestra vecina República Oriental del Uruguay- tienen previsto en la Constitución Nacional.

Los disertantes plantearon finalmente la necesidad de incluir en el debate sobre la reforma política la opción por la concurrencia o desdoblamiento entre elecciones ejecutivas y legislativas, y entre elecciones nacionales y provinciales, señalando los diversos argumentos en favor y en contra de cada una de las posiciones (gobernabilidad versus controles recíprocos entre los poderes; hartazgo ciudadano versus mayor claridad a la hora de votar, entre otros). Pero, en todo caso - señalaron-, lo que no debería permitirse es que la opción quede en manos de los gobernantes, ya que de ese modo se les asigna una injustificable ventaja en la competencia electoral.

Tras la exposición, tuvo lugar un amplio debate entre los asistentes, donde además de plantearse diversos ejemplos sobre la problemática de los calendarios electorales, se vinculó el tema planteado con diferentes aspectos del régimen político y con las causas más profundas de la actual crisis de representación política.