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Año XVII - Edición 309 20 de septiembre de 2018

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El derecho a la ciudad. Los debates y las experiencias de políticas urbanas desde la perspectiva de derechos humanos en Europa y América Latina

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En el Aula 1 de Extensión Universitaria, el pasado 9 de agosto se llevó adelante la actividad "El derecho a la ciudad. Los debates y las experiencias de políticas urbanas desde la perspectiva de derechos humanos en Europa y América Latina".

El encuentro fue coordinado por Sebastián Tedeschi (profesor adjunto Filosofía del Derecho, UBA) y participaron en calidad de expositores Gerardo Pisarello (primer teniente de alcalde de la ciudad de Barcelona y profesor titular de Derecho Constitucional en la Universitat de Barcelona), Ana María Falu (profesora en la Universidad Nacional de Córdoba y directora del Instituto de Investigación de la Vivienda y Hábitat) y Cristina Cravino (especialista en conflictos urbanos y docente de posgrados en diversas universidades nacionales y en el exterior).

Sebastián Tedeschi recordó que hace más de quince años participan de un movimiento mundial por el derecho a la ciudad, al principio articulados a la propuesta de la Carta Mundial del Derecho a la Ciudad. “El derecho a la ciudad retoma todo un trabajo del urbanismo crítico europeo que se resignificó en América Latina a partir de luchas concretas, de movimientos sociales urbanos por la vivienda, contra la discriminación o la expulsión de los vendedores ambulantes, por más participación política en las decisiones de la ciudad, contra la expulsión de los inmigrantes, con la agenda de género”, sostuvo.

Por su parte, Cristina Cravino afirmó que “América Latina es un experimento interesante para construir nuestras propias utopías a partir de experiencias y que en este momento miramos con mucha atención a Barcelona en momento de desesperanza, en que buscamos algún lugar en particular, creo que Barcelona en un norte particular”.

A continuación, planteó la cuestión de ciudad formal e informal y su vinculación con las leyes: “En algunas ciudades de América Latina, la mayoría de la ciudad es informal, interpela qué está pasando con las leyes para que queden fuera de la legalidad y claramente son fragmentos de ciudad pero no reconocidos como tal, entonces buena parte de las luchas de los habitantes son por ser reconocidos”.

En este marco, surgen formas de intervención en disputa: “Siempre está la cuestión del urbanismo y aparece la relación entre las intervenciones físicas y sociales y cuáles son las relaciones entre ambas. Y también qué capacidad tiene la normativa de incidir en la transformación de la realidad”.

A su turno, Ana María Falu reconoció “que más allá de una letra y una retórica que tiene utilidad, hemos fracasado. América Latina lo que expresa no es más que la evidencia del fracaso. (…) Es un fracaso porque ha aumentado la desigualdad, las condiciones se han hecho más obscenas en la sociedad actual, por lo menos en las sociedades latinoamericanas, pero lo haría extensivo al conjunto de las ciudades del mundo”.

Asimismo, destacó que “las mujeres venimos impulsando una agenda radical. Hemos sido implacables en la defensa de los derechos humanos y hemos puesto en la agenda de igualdad en el centro de la agenda del desarrollo. Esto es tema nuevo y que también ha venido interpelando a estos consensos internacionales del mundo de vivienda, hábitat y ciudad”. En ese sentido, retomó el derecho de las mujeres a la ciudad como una categoría teórica y como una categoría política.

Y en esa línea argumental, explicó que se refería a una categoría teórica “porque hemos necesitado de construir una argumentación teórica, científica, basada en datos estadísticos con un esfuerzo enorme porque con muy poco apoyo desde los entes científicos, desde los entes de producción de conocimiento. Y digo política porque esta argumentación que todavía estamos construyendo lo que busca es la transformación”.

Al cierre, Gerardo Pisarello recordó la experiencia de Barcelona.“Una ciudad que con los Juegos Olímpicos en los años noventa aprovechó ese momento para abrir la ciudad al mar, para que se produjeran algunos procesos urbanísticos interesantes, pero al mismo tiempo, generó procesos de especulación, procesos de exclusión, que comenzaron a generar la sensación para muchas de las personas que vivían y vivíamos allí que estábamos perdiendo la ciudad”, explicó.

En este contexto, la coalición electoral Barcelona en Comú llegó al poder tras ganar las elecciones municipales en 2015. “Irrumpimos gente que no veníamos de la política profesional, gente que habíamos estado vinculados a movimientos importantes de esa época como era la Plataforma de Afectados por la Hipoteca o como el 15-M, que fue la versión hispana del 2001 en Argentina, que marcó una gran crisis de representación los partidos políticos tradicionales y una crisis naturalmente del modelo económico financiero que estaba generando auténticos destrozos sociales”, concluyó.