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Año XIII - Edición 227 17 de abril de 2014

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Derecho, Innovación y Tecnología

  • Notas

Conjuntamente organizado por el Departamento de Posgrado y el Departamento de Derecho Público II, el 8 de abril pasado tuvo lugar en el Salón Azul una jornada introductoria al curso de posgrado sobre derecho, innovación y tecnología que se desarrollará durante el segundo cuatrimestre de 2014. La presentación estuvo a cargo del profesor Juan Antonio Travieso, director del curso.

La primera parte del evento fue iniciada con la exposición del licenciado Rodolfo Vacchiano, quien se cuestionó acerca de la nueva frontera que se le plantea al Derecho desde el punto de vista de la innovación tecnológica. Esta frontera es la de la información, la cual profundiza y modifica las relaciones económicas. “La aparición de la información, mediante bancos de datos y redes de bancos, es un elemento constitutivo del desarrollo del sistema capitalista en todo el planeta”, afirmó. Asimismo, determinó como elemento globalizador al sistema financiero. El expositor adhirió a la idea de que, a consecuencia de la información y del sistema de comunicación, se amplía la frontera de globalización que coloca al modelo de desarrollo más en intensidad que en extensión. Respecto a los tratados internacionales, Vacchiano indicó que poseen características complicadas. “Para avanzar en competitividad se debe ser muy cuidadoso desde el punto de vista de la regulación, sobre todo en lo que tiene que ver con el sistema de información”, aseveró. En este sentido, entendió que debe definirse si solo el Estado tiene acceso a la información o si también podrán tenerlo los organismos privados. “Desde el punto de vista económico, respecto a la tecnología y a la innovación, debe resolverse la situación del acceso a la información, la creación de autoridades de supervisión, control y auditoría, el rol del Estado, la responsabilidad de los agentes privados y en quien descansa la capacidad de retención de estos datos”, sostuvo.

Posteriormente, Jorge Linskens expresó que existe un fenómeno muy poco discutido en torno a la tecnología en las organizaciones del Estado. “Desde el punto de vista de los tecnócratas, siendo yo parte de ellos, las restricciones que tiene el Estado para hacer las cosas son una máquina de frustración”, manifestó. A su vez, para los políticos, los técnicos que trabajan para ellos no cumplen con sus funciones adecuadamente. Por lo tanto, surge una dicotomía permanente donde los técnicos ganan, ya que se encuentran en sus puestos de manera vitalicia y esperan la renovación de autoridades. “Cuando uno mira esto, se explica porque los sistemas informáticos demoran tanto en hacerse”, advirtió Linskens. Seguidamente, comentó que los sistemas informáticos deben hacerse de acuerdo a un contexto organizativo, con las características especiales que presenta cada organización como son los organismos del Estado. A modo de ejemplo, destacó que el sistema que utiliza la AFIP se realizó en el año 2002, en un momento muy crítico, y sigue siendo aplicado. “En ese contexto se hicieron los sistemas. Si uno mira para adelante desde el punto de vista institucional esto se puede lograr, pero implica que políticos y tecnócratas se reúnan”, planteó el disertante.

A continuación, Mónica Litza, quien se desempeñara como Directora Nacional del Registro Nacional de Reincidencia, dijo que en Argentina se está viviendo un cambio de paradigma respecto a la aplicación de la tecnología en la gestión. “Hay una fuerte impronta de avanzar hacia soportes diferentes, como el caso del Poder Judicial en un proceso de despapelización”, ejemplificó Litza. Refiriéndose a su experiencia en el Registro, señaló que se trataba de un organismo cerrado y de corte tradicional, donde se consumía mucho tiempo y horas-hombre, y que actuaba bajo demanda, sin interactuar ni proponer. Durante su gestión, el certificado de antecedentes penales, expedido por este registro, pudo digitalizarse y, actualmente, el ciudadano puede ver el resultado vía web y solo debe concurrir una vez al registro. “A partir de los cambios realizados en este organismo, Argentina comenzó a participar como speaker en importantísimos congresos internacionales de identificación de personas”, declaró. Por otra parte, explicó cómo debe ser un “organismo abierto”, participativo y tendiente al diálogo. En este contexto, mencionó que el Registro logró tender puentes digitales con otros organismos del Estado y con el Poder Judicial. “Me parece importante que comencemos a pensar contenidos diferentes vinculados con un nuevo paradigma en la Argentina, que tiene que ver con la tecnología aplicada a la gestión”, añadió Litza.

Por su parte, Valentina Delich se refirió a las regulaciones de propiedad intelectual, expresión legal de una intención política de promover la innovación y la tecnología. “Decimos que llamamos propiedad intelectual a toda forma de propiedad intelectual desde 1995, porque entonces fue firmado un tratado internacional que regula siete formas de propiedad intelectual”, aseveró. En el marco de un breve análisis histórico, la expositora comentó que en 1995 se propuso integrar los temas de propiedad intelectual a la organización comercial: dentro de la Organización Mundial de Comercio se facilitaría el cumplimiento de las regulaciones, ya que posee un sistema de solución de controversias muy eficiente, por el que si alguien gana un caso, se obtienen concesiones comerciales. Mencionó como un problema global la regulación de los derechos de autor, en virtud de la expansión de las tecnologías. Asimismo, otra discusión pendiente es la patentación, ya que puede incentivar a invertir solo en lo patentable.

Posteriormente, tomaron la palabra Luis Auge, Mary Teahan, Mariano Peruzotti, Estefanía Santos y Eduardo Barbarosch, quienes se refirieron a diversos temas relacionados con el curso.

“Me parece importante que comencemos a pensar contenidos diferentes vinculados con un nuevo paradigma en la Argentina, que tiene que ver con la tecnología aplicada a la gestión”, sostuvo Mónica Litza.