Mesa redonda 30 años de la sanción de la Ley de Educación Superior
El pasado 19 de agosto, en el Salón Rojo, tuvo lugar la mesa redonda “30 años de la sanción de la Ley de Educación Superior”. La misma contó con la participación de Mónica Marquina (investigadora del CONICET, profesora en las Universidades de Buenos Aires y Nacional de Tres de Febrero), Adriana Puiggrós (profesora emérita de la UBA) y Ernesto Villanueva (rector emérito de la Universidad Nacional Arturo Jauretche).
Al inicio, Ernesto Villanueva destacó la importancia de la ley y del evento de reflexión sobre la misma ya que “es una ley que ha tenido una historia previa y posterior a su aprobación muy extraordinaria porque fue resistida, fue cuestionada por el movimiento estudiantil, por los sindicatos docentes, por la comunidad universitaria democrática, fue judicializada, tuvo varias enmiendas, la más importante precisamente del año 2015”.
Luego, Adriana Puiggrós resaltó algunos “hitos decisivos de la historia legal de la educación superior en la argentina”, comenzando por “la Ley Avellaneda, en el gobierno de Roca” la cual es importante ya que “avanza, en este cuerpo legal, en la organización de un sistema”, aclarando que en esa época lo que la ley establecía era “una forma de gobierno y una relación con el Poder Ejecutivo”, pero así también establecía “la asamblea universitaria, la forma de elección del rector cada cuatro años con una posibilidad de reelección, el Consejo Superior formado por los decanos, y una modalidad de nombramiento de profesores”. Posteriormente, hizo mención al movimiento reformista de 1918, que “en realidad no está en contra de la ley Avellaneda” pero que si es “anticlerical, es latinoamericanista, y levanta las tres banderas, la autonomía universitaria, la libertad de cátedra y el cogobierno”, sobre esto último destacó especialmente el logro del cogobierno, puesto que “le daba, no sólo un lugar al estudiantado y ahora a los trabajadores no docentes en muchas universidades”. También aludió a que en 1949 se dictó el decreto que le confiere la gratuidad a las universidades estatales. Continuó señalando que “va a ser la Ley Taiana de 1974, la Ley 20.654, la primera ley que va a reunir las cuatro banderas: la autonomía, la libertad de cátedra, el cogobierno y la gratuidad” y es con eso que “termina de construir lo que son y que deben seguir siendo las bases de la universidad argentina”.
A su turno, Mónica Marquina basó su exposición en el análisis del porqué de la continuidad de la Ley de Educación Superior, comenzando por su hipótesis que establece que “la ley es el resultado de un equilibrio entre intereses contrapuestos”. “La norma tuvo un origen, pero la norma no fue exactamente lo que quiso el gobierno de entonces, y al mismo tiempo, tampoco fue bloqueada por quienes en ese momento estaban en contra o se oponían a la norma”, indicó. “Hubo una suerte de ajuste mutuo a lo largo de estos treinta años entre modelos universitarios”, explicó. Asimismo, señaló que “en aquel momento uno podía decidir entre un modelo neoliberal y lo que en ese momento, y hoy todavía yo identifico por el reformismo” y esta puja, al pasar los años, “se dio entre ese modelo más reformista y un modelo más estatista”. En ese sentido, sostuvo que “ninguno de estos modelos logró imponerse del todo, y esto explica por qué la ley sigue estando y por qué forma parte de nuestra vida”. No obstante, remarcó que esta falta de imposición logró una especie de “equilibrio, una convivencia o acuerdo tácito” y este equilibrio “explica la durabilidad de la norma, pero también una deuda importante, la imposibilidad de que la educación superior, desde la normativa, sea un modelo innovador”. También mencionó que, si bien las reformas de la Ley de Educación Superior fueron muy importantes, tuvieron un tinte más bien simbólico y que “las transformaciones que existieron en el sistema se canalizaron por otras vías que nada tuvieron que ver con una ley orgánica y una ley marco” sino que “en general fueron a través de algunas leyes, muchas resoluciones que, como se sabe, no tienen la fuerza de una ley y por eso duran lo que dura un gobierno”.