Testimonio de Hélène Goldsztajn. Memoria viva del Holocausto
Testimonio de Hélène Goldsztajn. Memoria viva del Holocausto
En el Salón Carlos Nino del Instituto Gioja, el pasado 13 de agosto, se desarrolló la actividad “Testimonio de Hélène Goldsztajn: Memoria viva del Holocausto”. El encuentro, que marcó el cierre de las actividades académicas 2025 de la Diplomatura en Igualdad y No Discriminación del Ciclo de Cursos Online, tuvo como expositora principal a Hélène Goldsztajn Gutkowski, sobreviviente del Holocausto. Acompañaron la presentación Lautaro Furfaro, profesor de Derecho Internacional de los Derechos Humanos y co-profesor en la Maestría de Derecho Internacional de los Derechos Humanos; Lidia Asorati, coordinadora del Programa “Testimonios de Sobrevivientes del Holocausto” de la Fundación Konrad Adenauer; Sebastián Aebert, coordinador de proyectos de la misma fundación; y Mariana Kohan, profesora de Antisemitismo y Discriminación de la diplomatura. La actividad fue coorganizada junto al Programa “Testimonios de Sobrevivientes del Holocausto” de la Fundación Konrad Adenauer, el Centro de Derechos Humanos y la Maestría en Derecho Internacional de los Derechos Humanos de la Facultad de Derecho de la UBA. El objetivo fue ofrecer a estudiantes, docentes y público general un espacio de escucha, memoria y reflexión sobre los horrores del Holocausto y la persistencia de la discriminación, a partir de un relato en primera persona que enlazó la historia con los desafíos actuales en materia de igualdad y derechos humanos.
Hélène Goldsztajn nació en París en 1940 y, durante la ocupación nazi, fue escondida por una familia católica durante más de dos años. Tras la liberación de París en 1944, se reencontró con su familia. En 1961 emigró a la Argentina, donde se graduó como socióloga y trabajó en la Alianza Francesa.
Para comenzar, Lautaro Furfaro destacó la importancia de los testimonios, ya que permiten profundizar en los horrores de la historia de un modo que los textos muchas veces no logran. “Es muy significativa la presencia de Hélène”, señaló. Luego, vinculó esta reflexión con las limitaciones del estudiante de derecho, que tiende a interpretar los conflictos sólo a través de narrativas legales. Relacionó esto con el debate en torno al título de la actividad “Memoria viva del Holocausto”, y su traducción al hebreo “La Shoá”, que significa “catástrofe”, comentando también otras interpretaciones vigentes.
Posteriormente, Sebastián Aebert se refirió a las actividades que la fundación desarrolla en distintos países y, en particular, en Argentina. “Trabajamos en el fortalecimiento de los valores e instituciones democráticas”, afirmó. Relató cómo, desde que asumió la coordinación, el contexto internacional había empeorado, pero sostuvo que actividades como esta otorgan relevancia a la temática y a las organizaciones que trabajan en ella.
A continuación, Lidia Asorati tomó la palabra y retomó la frase “Tocar la historia con la mano”, explicando: “Con el testimonio, somos la memoria oral, lo que nos hace muy importantes; y, si el contexto internacional lo permite, debemos continuar con esta memoria oral para transmitirla a las nuevas generaciones”.
Por su parte, Mariana Kohan remarcó cómo la memoria del Holocausto nos ayuda a reflexionar en una época donde los discursos de odio han proliferado nuevamente, no sólo en el antisemitismo. Citó una frase del museo del Holocausto: “El que salva una vida salva al mundo entero”.
Finalmente, tomó la palabra la expositora principal. Hélène Goldsztajn comenzó explicando que era sobreviviente de la Shoá, aunque no había estado en un campo de concentración ni en un gueto, ya que tenía sólo cinco meses de vida cuando las fuerzas alemanas entraron en París. “Soy de las más jóvenes; cada vez somos menos. Por eso es muy importante el trabajo de recolección de testimonios de testigos vivos”, subrayó. Explicó que los/as llamados/as “niños/as escondidos/as” durante la Shoá se autodenominaron así, y que en general su supervivencia se debió a que hubo adultos/as que los escondieron, ya que solos no podían sobrevivir. Se trataba de menores de entre 0 y 12 años al comienzo de la guerra. Describió que el nazismo buscaba exterminar al pueblo judío, y que dentro de la Segunda Guerra Mundial existía una “guerra dentro de la guerra” cuyo objetivo era eliminar a los/as niños/as, considerados portadores del futuro. Por ello, los padres intentaban esconderlos a toda costa, incluso a riesgo de sus propias vidas. Hélène profundizó en el contexto histórico, repasando una serie de hechos desde la Primera Guerra Mundial, que dejó a Alemania en una situación crítica y facilitó las condiciones para la Segunda Guerra Mundial y el inicio del proceso de aniquilamiento. Se refirió a la invasión alemana a Francia, destacando que muchos/as voluntarios/as extranjeros/as, incluidos/as exiliados/as de conquistas previas de Hitler, se alistaron para defender a su nueva patria. Sin embargo, Francia cayó en junio de 1940, lo que dio paso a la ocupación alemana y a un gobierno colaboracionista que participó activamente en el secuestro y asesinato de familias judías. Relató que dentro de Francia hubo numerosos campos de concentración, desconocidos para muchos hasta años después del conflicto, ya que buena parte de los registros fue destruida al final de la ocupación, entre junio y agosto de 1944. Esto, sumado a la vergüenza posterior, hizo que se ocultara esa parte de la historia durante mucho tiempo. En su testimonio, compartió anécdotas personales, desde la pérdida del negocio de su padre hasta las redadas nocturnas de la SS y la Gestapo en su barrio, siempre remarcando la protección que recibió de sus padres.