Teoría constitucional y justicia en el pensamiento de Hans Kelsen. Reflexiones a la luz del caso Prusia contra Reich de 1932
El pasado 21 de octubre, en la Sala Vélez Sarsfield, tuvo lugar la actividad “Teoría constitucional y justicia en el pensamiento de Hans Kelsen. Reflexiones a la luz del caso Prusia contra Reich de 1932", organizada por el Centro de Estudios Hans Kelsen. La profesora Leticia Vita participó en calidad de expositora.
La apertura del evento estuvo a cargo del director del Centro, el profesor Martín D. Farrell, quien proporcionó algunos datos de contexto útiles para comprender uno de los casos más famosos de la década del '30 en Europa, junto con algunas reflexiones personales sobre los principales protagonistas de la época.
A su turno, la profesora Leticia Vita se ocupó de un episodio en particular de la reflexión kelseniana que permite profundizar nuestra mirada sobre el rol de la justicia constitucional en el pensamiento de Kelsen: su comentario a la sentencia del Tribunal Estatal de Leipzig de 1932. El caso se desencadenó en 1932 a raíz del así llamado golpe de estado de Prusia del 20 de julio de ese año. Este consistió en la intervención federal –con destitución de las autoridades locales– y declaración del estado de sitio en la región de Prusia, como consecuencia de una serie de disturbios entre el partido nazi y el comunista. A partir de esos hechos, el gobierno de Prusia inició una demanda contra el gobierno central (Reich) que desembocó en la sentencia del 25 de octubre de 1932 que Kelsen comentó para la Revista Die Justiz poco tiempo después. Algo que agrega un condimento especial a este proceso es que el abogado del Reich había sido su oponente intelectual más grande, Carl Schmitt; y que por el lado de Prusia actuó como abogado el jurista Hermann Heller.
La reflexión de Kelsen da cuenta de su pensamiento sobre la importancia de delimitar un Tribunal Constitucional en la Constitución con suficientes garantías para el control de constitucionalidad, pero al mismo tiempo transmite un gran pesimismo. Kelsen era consciente de que la democracia de Weimar estaba acabada. El comentario debe ser leído también con otras dos obras de la época como son Defensa de la democracia, de ese mismo año, y Forma de Estado y visión del mundo, de 1933. En ambas Kelsen reafirma que era una de las pocas voces de su tiempo que aún levantaba la voz para defender a la democracia de sus enemigos.