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Año XXIV - Edición 424 26 de junio de 2025

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Riesgos procesales: Sesgos y estereotipos en la prueba de las medidas de coerción

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El pasado 6 de junio, en el Salón Carlos Nino del Instituto Gioja, se llevó a cabo el seminario “Riesgos procesales: Sesgos y estereotipos en la prueba de las medidas de coerción”, organizado en el marco del Proyecto DeCyT 2423, dirigido por el profesor Gonzalo Miranda. La actividad contó con la destacada participación de la docente e investigadora uruguaya Lucía Fernández Ramírez, presidenta del Foro Uruguayo de Derecho Probatorio, quien compartió una serie de claves teóricas y herramientas prácticas desde una perspectiva interdisciplinaria, aportando una mirada regional a esta problemática. La coordinación estuvo a cargo de Julia Berruti y Agustina Gómez Loffreda.

Primero se contó con las palabras de Julia Berruti. En ellas dio una introducción y un panorama general del programa, como también unos agradecimientos a los/as organizadores/as y a la Facultad. Dentro de la primera, hablo de la finalidad del proyecto de investigación, el cual es, en sus palabras: “Establecer criterios objetivos para verificar la existencia de riesgos procesales en la prisión preventiva”. Agregó que se tienen en cuenta tres ejes para abordar la investigación: el primero, ligado a la inteligencia artificial; otro vinculado a la prisión preventiva con el razonamiento probatorio y, por último, el área que vincula la prisión preventiva con la perspectiva de género. Aclaró que la propuesta fue trabajar con las últimas dos, para llegar hacia una reflexión crítica o un análisis crítico sobre la existencia de sesgos y estereotipos en la valoración de la prueba, al momento de dictar una medida de coerción. Esto último, la llevó a presentar a la expositora principal.

Así entonces comenzó con su exposición, Lucía Fernández Ramírez, la cual comenzó hablando de la importancia de la construcción de conocimiento el cual, según ella, “se logra creando comunidad, más allá de lo que uno puede estudiar individualmente”. Además aclaró, que no vino a imponer saberes, sino que a introducir algunas líneas argumentales abiertas al debate. Dentro de su planificación de la actividad, contó, que lo primero que pensó para comentar, fue el espacio en el que se desarrollaría la actividad: el Salon Carlos Nino del Instituto Gioja. Puntualizó lo significativo que es en materia de derechos humanos y los límites contra el poder punitivo que ejerce el estado y cómo este poder muchas veces pone en jaque los derechos de las personas. Esto la hizo pensar, en cómo las personas piensan las utopías, y le pareció importante destacar la postura sobre este tema que tenía Carlos Nino. “Habría dos tipos de utopías, una válida y otra inválida, la diferencia entre ambas, es que una nos permite hacer una evaluación situada”, planteó. Aquí también trajo a otra autora, Donna Haraway, la cual trabajo mucho la epistemología feminista. De ella desarrolló una parte de su teoría que señala la importancia de manejar todos los abordajes desde un conocimiento situado y no desde un no lugar. Esto la hizo volver hacia la idea de utopismo válido, el cual siempre debe ir de la mano de las consideraciones situadas, que siempre se abordan. Quiso puntualizar que el ir a ellas, sin esta consideración, vacían de contenido y crean una frialdad respecto a la relación del ser humano y el proceso. Todo esto, explicó, debe tener un sentido, porque posee una gran influencia en varios de los temas a abordar, sobre todo, manifestó, si miramos a la prisión preventiva que se ha puesto en debate en la Corte Interamericana, donde se discute si hay una consideración situada válida. Sobre este análisis, reflexionó, que si uno en definitiva se dedica a hacer trabajos de estos conceptos de manera abstracta, completamente desarraigados de la realidad, es muy probable que caigan en la arbitrariedad. Dicho esto, también quiso introducir otros puntos de partida, los cuales dividió en dos grandes líneas. Por un lado, compartió unas ideas previas, que a su parecer la han ayudado a pensar el tema, simplemente como disparadores; y en segundo lugar, quiso plantear una mirada situada en algunos casos jurisprudenciales provenientes de Uruguay, sin centrarse de lo procesal, sino en los hechos que se podrían compartirse en ambos países. Así entonces, destacó la ayuda que ha significado para ella la lectura de autoras que se salen de lo que es el derecho, para nutrirse de otras herramientas fuera de nuestra comodidad. Para ejemplificar esta primera cuestión trajo a colación una obra que trabaja todo lo que tiene que ver con la neurobiología del cerebro y la construcción y concepción social y cultural de la categoria sexo y genero. Otro libro que mencionó fue El fin del sesgo, de Jessica Nordel, el cual trabaja determinados ejemplos que nos ayudan a pensar y muy bien sobre cómo operan a nivel cultural los sesgos y los estereotipos. Continuó entonces con sus puntos de partida, donde retomó cuatro cuestiones, puestas en formato de carta, de las cuales explicó: “Uno lee el título de la misma y luego desarrolla el concepto”. El primero que tomó como ejemplo fue la prisión preventiva, porque según ella, es la que más implicancia tiene en la afectación de los derechos de la persona. De la misma comentó que si uno la piensa desde ideas preconcebidas sin tener en cuenta el contexto, ya no va a ser una medida cautelar sino que se va a estar trabajando como una pre condena. Desarrolló el resto de su exposición, teniendo en cuenta la teoría introducida y los conceptos a debatir, utilizando los casos jurisprudenciales uruguayos. Para finalizar habló de la legislación, y sostuvo cómo está prevé el riesgo a la víctima y a la sociedad. Con la finalización de su exposición, se dio lugar a un espacio de preguntas y conversatorio con los/as presentes.