Día internacional de la democracia
El 15 de septiembre, en el Salón Azul, se llevó a cabo una actividad con motivo del Día Internacional de la Democracia,organizada por el Observatorio de Derecho Electoral. La conferencia estuvo a cargo del profesor Alberto Ricardo Dalla Via, profesor titular de Derecho Constitucional y vicepresidente de la Cámara Nacional Electoral.
En el inicio de su exposición, Dalla Via planteó una reflexión que calificó de “paradojal”: que recién en 2007 las Naciones Unidas hayan establecido el Día Internacional de la Democracia, cuando el concepto ya era discutido por los griegos hace siglos. A partir de esta observación, se preguntó por qué una noción tan antigua parece ser reivindicada recién en tiempos modernos. Este punto lo llevó a vincular la situación con la historia constitucional argentina, recordando que en la Constitución de 1853 el término “democracia” no aparece mencionado. Explicó que para los constituyentes de entonces, especialmente la Generación del 37, la democracia evocaba la demagogia y el caos, en gran parte por la influencia negativa de la Revolución Francesa, donde el paso de la soberanía del rey a la del pueblo terminó derivando en el terror y la guillotina. “La democracia que conocían era la directa, y eso era sinónimo de anarquía y violencia”, explicó. Sobre este trasfondo histórico, analizó cómo se diseñó el sistema político argentino, optando por un modelo representativo y republicano inspirado en los Estados Unidos. No se trata, subrayó, de una admiración automática a ese país, sino de una búsqueda de instituciones que garantizaran derechos y estabilidad.
En este sentido, destacó el valor de la obra Democracia en América (1837) de Alexis de Tocqueville, quien relató cómo la igualdad social y el sistema institucional norteamericano sorprendieron a los europeos y ofrecieron una alternativa frente a los excesos de la revolución francesa. El conferencista también citó a Hannah Arendt, quien comparó las revoluciones francesa y estadounidense y consideró a esta última triunfante precisamente porque logró consolidar instituciones duraderas. Mientras que en Francia, dijo, se peleaba por el pan sin soluciones de fondo, y finalmente surgió Napoleón con un imperio que desvirtuó el espíritu revolucionario, en Estados Unidos se construyeron estructuras que aseguraron la libertad y la estabilidad política. En relación con esas estructuras, Dalla Via resaltó dos pilares fundamentales: el Senado, concebido como una cámara de carácter aristocrático para garantizar equilibrio y estabilidad, y la Corte Suprema, que aseguró la protección de derechos y el control constitucional. “Hoy puede sonar anticuado hablar de aristocracia, pero en ese contexto fue un diseño pensado para evitar el desorden y sostener la república”, explicó.
El orador recuperó además un debate clave de la tradición argentina: la discusión entre Domingo F. Sarmiento y Juan Bautista Alberdi sobre los derechos civiles y políticos. Sarmiento defendía la ampliación de derechos para todos, mientras que Alberdi proponía que los derechos civiles fueran universales pero los políticos estuvieran reservados a ciudadanos con plena capacidad cívica. Este contrapunto, señaló, revela las tensiones históricas de nuestro país entre inclusión, estabilidad y construcción institucional.
Finalmente, Dalla Via invitó a reflexionar sobre el presente y el futuro de la democracia. Señaló que el fortalecimiento de las instituciones y la claridad conceptual sobre lo que significa la democracia son indispensables para enfrentar los desafíos actuales. “Nuestra Constitución es republicana y representativa, pero necesita ciudadanos conscientes y comprometidos”, afirmó. Con estas palabras concluyó una conferencia que no sólo repasó la historia de la democracia y sus raíces intelectuales, sino que también llamó a proteger los valores e instituciones que permiten su vigencia real.