Discurso pronunciado por la Dra. Mónica Pinto

Acto de colación de grado del día 7 de noviembre de 2014

Mónica Pinto

Mónica Pinto

Buenas tardes a todos, un placer estar aquí con ustedes en esta ceremonia de colación de grados. No los voy a distraer mucho tiempo, simplemente saludarlos en nombre del cuerpo docente de la facultad, en nombre de mis colegas.

Nosotros sabemos que, cuando uno termina un ciclo de estudios como el universitario, hay un momento de gran relajación que es cuando uno termino la última materia, cuando uno aprobó el último curso, cuando rindió la última materia libre. Pero también sabemos que hay un momento absolutamente simbólico que es el de la ceremonia de hoy.

Hoy ustedes no vienen a buscar nada que no hayan conseguido ya en esta facultad, por eso siempre los invitamos a sonreír y les decimos que está todo hecho, lo que tenían que hacer para hoy ya lo hicieron. Pero esta ceremonia tiene un altísimo valor simbólico, ustedes se llevan este cartoncito que a veces pueden poner en un cuadro, que otras veces guardan en un placard, que a veces ni siquiera desenrollan a lo largo de la vida pero sin el cual no podrían empezar el capítulo siguiente, que es el del ejercicio profesional en cualquiera de todas sus infinitas variantes. Sin este cartoncito, que hoy se llevan de acá, no podrían decir que son abogados, que son traductores, que son calígrafos, que son profesores de enseñanza media y superior en Ciencias Jurídicas y ese valor simbólico es el que yo quiero rescatar hoy con ustedes.

Ustedes, hoy, están cerrando el capítulo de la carrera de grado, unos años invertidos en esta facultad, en los cuales han cursado mucho, han estudiado, han tenido que trasnochar, han transpirado. En fin, años en los cuales ustedes y quienes los rodearon tuvieron que esforzarse bastante para poder llegar aquí. Años en los cuales nosotros, quienes tenemos el privilegio de enseñar derecho en esta Casa, intentamos invertir lo mejor para tratar de dotarlos de una mente abierta y entrenada en el arte de pensar en derecho y de una caja de herramientas, ni muchas, ni pocas, pero las suficientes para que ustedes puedan enfrentar el mundo del derecho, el de hoy, el de mañana cuando nos cambien todos los códigos y todas las leyes y el de pasado mañana de 10, de 20, de 30, de 50 años. Un entrenamiento que esperamos que haya sido exitoso porque los que se gradúan en esta casa son siempre personas que llevan la marca indeleble de la Facultad de Derecho de la UBA en todo lo que diseñasen. Un entrenamiento que, les reitero, esperamos que sea exitoso porque de ese entrenamiento depende su ejercicio profesional y ese ejercicio está, quieran o no quieran, indisolublemente unido con el manejo de la cosa pública, lo que ustedes hagan tiene incidencia en la cosa pública, tiene incidencia en el Estado de Derecho, en la calidad de la democracia que todos vivimos. Por eso intentamos decirles que dejen las chicanas de lado, que lean bien los expedientes, que busquen dónde está el titular de los derechos, que se fijen qué es lo que pasa del otro lado.

Nosotros tenemos el privilegios de ser, todos, la mayoría de los que están aquí, egresados de esta Facultad de Derecho de la Universidad Pública de la Ciudad de Buenos Aires, de una universidad que no nos pidió ningún compromiso ideológico mas que el respeto por la Constitución y las instituciones republicanas y democráticas, eso que yo les voy a pedir ahora en unos segundos a cada uno de ustedes. Y ese es un compromiso importante, porque en realidad respetar la Constitución y las instituciones democráticas y republicanas no se logra con una simple abstención. Esto es cosa de trabajo diario, esto es cotidiano, esa es una construcción permanente en la que cada uno de ustedes va a estar involucrado quiera o no quiera, y lo que haga bien va a sumar y lo que haga mal nos va a restar a todos.

Nosotros tenemos también el privilegio de vivir en democracia desde hace varias décadas, nos las quiero nombrar pero que sean muchas y que nunca dejen de ser décadas de democracias. Y esa democracia no es solamente que funcione el Congreso, que vayamos a votar a la equis cantidad de tiempo y que elijamos quien va a ser presidente o presidenta, legislador u otra cosa, o que los tribunales sean independientes. Esa democracia exige participación plena, que la sociedad sea más democrática porque todos encontremos nuestro lugar, esa democracia exige respeto por la diversidad, respeto por el género. Tres mujeres hay en la bandera hoy, hace 50 años no hubiera habido ninguna y esto habla de dónde está parada la sociedad argentina, una sociedad que no se hizo por casualidad, que se hizo porque mujeres y hombres trabajaron para que esta sociedad se hiciera.

Nosotros enseñamos Derechos Humanos en esta facultad desde 1985, que se aprobó el Plan de Estudios después del restablecimiento democrático, y lo que pretendemos no es que cada uno de ustedes se pare y recite la Declaración Universal o los pactos que están en la Constitución, lo que pretendemos es que cada vez que actúen se acuerden que esa actuación es con respeto de libertad y de dignidad de todas las personas sin discriminación. Yo estoy convencida de que la calidad de la enseñanza que ustedes han recibido es buena, que a lo mejor podría haber sido mejor, esto no hay que dudarlo nunca. Siempre la excelencia va a estar más lejos desde donde uno está parado y por eso los exhorto a que hagan de esa formación solo el punto de partida de sus prácticas profesionales.

Vuelvan acá todas las veces que les haga falta para perfeccionar esa formación, vuelvan acá para hablar con sus maestros los temas que los puedan agobiar, vuelvan acá para ayudarnos con la educación legal continua que es lo que ofrecemos para los graduados de esta facultad durante mucho tiempo. Piensen que ustedes se egresan de la misma facultad de derecho de la que egresaron quince presidentes argentinos, muchos procuradores generales, muchos presidentes y jueces de corte, y muchos hombres y mujeres muy anónimos que todos los días construyen este país con voluntad, con grandeza, con amor.

Sean felices, ejerzan el derecho que es una actividad maravillosa y vuelvan a la facultad que vamos a estar siempre contentos de recibirlos.

Gracias.