Discurso pronunciado por la Dra. Marta Vigevano

Acto de colación de grado del día 28 de febrero de 2014

Marta Vigevano

Marta Vigevano

Muy buenas tardes, bienvenidos a este momento tan especial. Muy buenas tardes señor vicedecano, señora secretaria académica, profesores, profesoras, egresados, egresadas, familiares y amigos.

La verdad es un gran placer estar junto a ustedes en este momento. Es un momento muy especial, muy importante que todos los que estamos aquí lo hemos vivido en su momento.

Les voy a decir algo que no por conocido es, digamos, menos significativo. Hoy, indudablemente, llegaron todos ustedes a una meta muy importante, un verdadero logro que luego de años de trabajo y de esfuerzo se concreta en el tan anhelado diploma. Como egresados de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, a la cual eligieron ya hace un tiempo por su prestigio, por su valor académico, por los grandes juristas que enseñaron y enseñan.

Los egresados tienen que sentir un gran orgullo y una gran responsabilidad ya que en las aulas de esta facultad, en los últimos 5 o 6 años de estudio, se les brindó no sólo conocimientos específicos de sus propias carreras, de cada una de las materias que las componen, si no que generó en ustedes las capacidad de reflexionar, la capacidad de lograr una convivencia en el marco de la diversidad y el respeto.

Deseo fervientemente para nuestro país, para esta sociedad que ustedes componen, que estos cimientos les permitan, en los diversos ámbitos en que van a desarrollarse en el ejercicio liberal de la profesión, en el ámbito político, en el ámbito económico, en la justicia, que estos cimientos les permitan a todos ustedes construir una sociedad más justa y equitativa en la cual el respeto a la ley sea lo habitual y lo constante.

Ustedes, en estos momentos, se encuentran en un cruce de caminos. Si miran para atrás son todos los años que cursaron en esta facultad y a partir de ahora, a partir de este momento, tienen a la vista toda una vida, toda una perspectiva para poner en práctica lo que incorporaron, para seguir acrecentando los conocimientos pero no sólo de manera acumulativa si no de manera reflexiva, transmitirlos con compromiso y responsabilidad. Aprender sin reflexionar es malgastar energía, decía Confucio.

La educación es un valor supremo en una sociedad democrática y organizada porque la iguala, porque le da posibilidades de crecimiento y otorga dignidad al ser humano. A partir de este momento, yo les diría, comiencen un camino con misma pasión que iniciaron los estudios en esta facultad y retornen, vuelvan después de mucho tiempo, de años, de la actividad que cada uno de ustedes pueda desarrollar en distintos ámbitos, de los frutos que cosechen, vuelvan a la facultad, entreguen parte de esos frutos a esta casa que en su momento brindó tanto a través de los profesores que tratan de darles lo mejor, el mayor conocimiento, el mayor respeto para cada uno de ustedes.

Inicien este camino importante, yo les deseo con numerosos logros profesionales y personales. Pero nunca dejen de lado los principios humanistas que esta facultad les otorgó a cada uno de ustedes. Les deseo el mayor de los éxitos, la mayor de las suertes en este nuevo camino y vuelvan a esta facultad que les ha dado mucho y a la cual ustedes también pueden devolver mucho.

Muchos éxitos, muchas gracias y hasta pronto.