Discurso pronunciado por el Dr. Marcos Córdoba

Acto de colación de grado del día 4 de noviembre de 2011

Marcos Córdoba

Marcos Córdoba

Buenas Tardes Sr. Vicedecano, Prof. Dr. Alberto Bueres, Sra. Secretaria Académica, Prof. Dra. Silvia Nonna, Sr. Secretario de Investigación, Dr. Marcelo Alegre. Buenas tardes a los graduados, buenas tardes a todos quienes participamos de este momento de inmensa alegría.

Los que estamos aquí reunidos estamos compartiendo un momento de plena felicidad, una felicidad que nos importa, por supuesto, a todos aquellos que hemos estado vinculados a los que se gradúan, a los que obtienen este título de tan alta jerarquía, que es el que se obtiene en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires. Un título que distingue en el mundo del Derecho a quienes lo ostentan. Aquellos que se han formado en esta Casa de Estudios son escuchados en todos los ámbitos jurídicos del mundo. Cuando se piensa en el Derecho argentino, se identifica al Derecho argentino con la UBA y eso es respetado. Y eso es lo que hoy ustedes poseen. Y por eso el motivo de alegría y por eso la felicidad, pero esta felicidad y esta alegría es el producto, es consecuencia del sacrificio.

Todo aquel que ha estudiado seriamente ha hecho un sacrificio. Se ha privado de horas del placer para dedicarlos a horas del estudio, ha sentido en algún momento sed de saber y cuando ella se siente queda incorporada, como un hábito. Ustedes se irán sintiendo sed de saber. Eso se logra acá, porque los que acá enseñan se preocupan de que sean ustedes quienes adquieran la capacidad de realizar los procesos intelectuales necesarios para poder llegar a conclusiones serias, razonables y fundadas. Ustedes son hombres del Derecho. Ustedes piensan en base al Derecho y el Derecho en la República, en la República Argentina, en esta República con división tripartita de poderes implica algo sumamente valioso y que debe ser garantizado por quienes tienen la capacidad que ustedes hoy tienen, que no es sólo respetar el Estado del Derecho sino que es salir a buscarlo, es obtenerlo y cuando se lo tiene, protegerlo. Y ese Estado de Derecho resulta de la letra de la Constitución Nacional, la que indica esa división de poderes y la que indica cada una de las funciones de esos tres poderes. Y notablemente esos tres poderes en la República Argentina son ejercidos en mayor medida por quienes se han formado en las ciencias que acá se estudian. El Poder Ejecutivo nacional es ejercido por quien ostente el título de abogado, la Cámara de Diputados de la Nación está integrada en su mayoría por abogados, la profesión más representada en el Senado de la Nación argentina es la abogacía, el mayor número de profesionales identificados en una misma área que han ocupado Ministerios nacionales han sido los abogados, no sólo de Justicia, sino también de Trabajo, de Salud.

El ejercicio pleno de los conocimientos que ustedes poseen son los que deben garantizarnos en el futuro la satisfacción, la seguridad, la certeza y la libertad. El ejercicio de la vocación del abogado le permite no sólo ser juez, no sólo ser abogado litigante, le permite ser empresario, le permite, lo habilita para ser profesor, para ser investigador. Todo eso lo poseen hoy ustedes. Todo eso es un elemento útil para la satisfacción, para la felicidad. Y eso es lo que hoy les deseo, que obtengan felicidad en el ejercicio de su vocación.

Gracias.