Discurso pronunciado por el Dr. Marcos Córdoba

Acto de colación de grado del día 23 de mayo de 2008

Muy buenos días señoras y señores.

Quiero agradecer especialmente al Sr. Decano Dr. Atilio Aníbal Alterini y al Sr. Secretario Académico, Prof. Gonzalo Álvarez, el haberme distinguido al permitirme que haga uso de la palabra en oportunidad en que compartimos esta fiesta con los graduados de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires.

Compartimos la alegría y la satisfacción de haber participado en el resultado que es el que les otorga la más alta investidura de grado en el saber de estas ciencias.

La Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires es la que posee el mas amplio reconocimiento en la esfera nacional e internacional. Ustedes poseen hoy ese reconocimiento público. Y esa envestidura la han obtenido, ese reconocimiento público lo han logrado a través del esfuerzo permanente realizado durante estos años en el desarrollo mediante el estudio.

Ustedes se han formado con seriedad. Ustedes han sacrificado tiempos de placer dedicándoselos al sacrificio en la búsqueda del logro de esto que hoy es una meta alcanzada. Han dejado de ser una promesa para ser una realidad. Son ustedes quienes en el desempeño de la profesión que elijan a través de esta investidura que es el título que lo acredita, van a poder proveer de armonía a esta sociedad.

La carrera de las leyes es la adecuada para ello. La función del Derecho es proveer armonía mediante la certeza en la consecuencia de los actos de aquellos que quedan bajo su amparo.

No quiero distraer su atención con frases que les resultarían en este momento demasiado extensas. Simplemente felicitarlos y solicitarles que tengan en cuenta que ustedes no han egresado de esta Facultad. Como enseña el notable profesor de esta Casa Dr. Miguel Ángel Ciuro Caldani: “ha egresado el que sale, se ha graduado el que ha obtenido una jerarquía superior”, y ustedes la han obtenido.

Muchísimas gracias.