Discurso pronunciado por el Dr. Juan Antonio Travieso

Acto de colación de grado del día 21 de octubre de 2011

Juan Antonio Travieso

Juan Antonio Travieso

Señora Decana, señora Secretaria Académica, señores Profesores, Profesoras, señores familiares de egresados, tíos, tías, padres, madres, sobrinos, sobrinitos, señoras y señores, egresados. Buenas tardes a todos y a todas.

Esta es la tercera o cuarta vez que me ha tocado el discurso de los egresados y me ha venido bien porque he podido verificar distintos aspectos que he considerado en cada una de las presentaciones. Las presentaciones en las que he hecho el discurso han respondido a distintas etapas, etapas de la Argentina y etapas de mi vida en lo personal. He hablado de principios, he hablado de valores, he hablado de distintas cuestiones y he invitado a los egresados a compartir determinados principios y valores que realmente ahora que lo miro con cierta perspectiva, me parece que fue un gran error en este sentido: porque si nos durante estos largos años de la carrera no hemos sabido impulsar valores y principios en ustedes, quiere decir que hemos fracasado y no es así. Es decir entonces, nosotros hemos transmitido, amamos lo que hacemos y hacemos lo que amamos. Y por tanto, eso es lo que hemos transmitido y queda esa idea en ustedes.

Hace poco he visto, en estos días que es muy común, se ha hablado del discurso de un gran creador en materia informática que es el señor Steve Jobs. Sin embargo, el discurso de Steve Jobs no se refiere a valores y principios, se refiere exclusivamente a aspectos que tienen que ver con el desarrollo y el único principio que he podido extraer y voy a ser criticado por ello -pero no importa, acepto esa responsabilidad- ha sido que en cada caída lo importante es volverse a levantar. Que es importante también para el futuro. Pero siempre me quedó la idea de que si uno expone determinadas cosas se siente como esos padres que dicen: Yo te avise. ¿Por qué no me hiciste caso? Y es un elemento bastante antipático.

Por eso, es que he decidido hablar de otro tema, es decir, de aquellos valores y principios que nos transfieren determinados paradigmas modélicos, es decir, ciertas personas que han influido sobre nosotros, como profesores especialmente, y que a través de ellos nosotros adquirimos valores y principios.

Estoy pensando en Isidoro Ruiz Moreno que tomaba un tren hasta Rosario para dar clases. ¡Iba hasta Rosario para dar clases! Estoy pensando en José María Ruda. En la época de las Malvinas, yo lo llamaba por teléfono -Miembro de la Corte Internacional de Justicia- me atendía el teléfono y no solamente eso, me recibía en su casa. Una modestia, una humildad increíble. Estoy pensando en Julio Barberis, que seguramente debe estar en este momento dando clases por algún lugar. Estoy pensando en Hugo Caminos. Fíjense que se niega a que le hagan un homenaje. Estoy pensando en Bofi Goyero, que daba clases en esta misma Facultad y que fue aquella persona que era no solamente un gran profesor en Derecho Civil sino que además fue mi primer profesor de obligaciones, además hablaba con nosotros y después cuando la dictadura militar de Onganía ingresó en nuestra querida patria, lo primero que hizo fue renunciar a la Corte Suprema de Justicia.

Estoy pensando en esos valores modélicos de esos Profesores como Zaffaronni, como D`alessio, ustedes no se imaginan el esfuerzo -y la señora Decana lo sabrá recordar porque ella fue Secretaria Académica largos años- el esfuerzo como profesor, primero como juez que juzgó a los integrantes de la última dictadura militar, pero además de profesor y además como Decano. ¡El esfuerzo! Se lo dializaba dos o tres veces semana y estaba acá, eso es un valor extraordinario, es un modelo a seguir.

Estoy pensando en este momento en Jorge Baqué, un gran profesor. Compartíamos largas horas hablando sobre filosofía del Derecho, transmitía todo, venía de la Escuela de Gioja, otro gran profesor, un modelo de honestidad. Con Jorge Baqué, después cuando la Corte se amplía de cinco a nueve, renuncia a la Corte Suprema de Justicia. ¡Qué valor! ¡Qué extraordinario! Y después me lo encontraba por la calle, él estaba paseando su perro. ¡Qué extraordinario! Solo, sin custodia, sin nada, sin rimbombancia, sin ningún tipo de elementos. Es decir, estos son grandes valores.

Conversaba con una persona sobre estas ideas de estas palabras que les estoy dando en este momento, que son palabras de nostalgia y de recuerdo de estos valores y modelos. Y me decía, todos estos valores que a usted le surgen son libros de biblioteca, realmente son libros de biblioteca, es decir, quizás deberíamos pensar en algo más que esos valores y estoy pensando entre esos valores vivos y cercanos. Todos nuestros egresados que han concursado en distintas competencias internacionales con nuestra querida Facultad de Derecho han ganado y han mantenido el prestigio de nuestra Universidad pública y de nuestra querida Facultad.

Estoy pensando en los egresados, que con el diploma de la Universidad de Buenos Aires y la Facultad de Derecho, obtienen todas las situaciones y todas las becas que sean necesarias para poder capacitarse en cualquier país del mundo. Universidad de Buenos Aires –Facultad de Derecho es una marca registrada y fundamentalmente estoy pensando también en ustedes. Porque ustedes también son modelos, no son proyectos de modelos. Los hemos visto en las clases, los hemos visto discutiendo, ustedes también tienen valores y principios.

Y quiero dejar para el final en este tema de valores y principios, y yo sé que algunas personas se van a enojar por lo que yo voy a decir pero yo adopto mi inimputablidad en este momento, o sea que tengo ciertos fueros. Y voy a hablar de los valores y principios de nuestra Decana, la primera Decana mujer que tenemos en nuestra querida Facultad. ¡Tardamos tantos años en tener una Decana mujer! Cada vez que vayan a una Universidad de cualquier lugar del mundo y mencionen el nombre de nuestra Decana, van a ver la importancia que tiene, de la misma forma como la importancia que tiene Carlos Nino o la importancia que tenía nuestro querido Germán Bidart Campos.
Estimados amigos, estimados futuros egresados dentro de pocos minutos, ahora es el momento de la despedida que es una bienvenida. Bienvenidos a la vida, bienvenidos al futuro.

Muchas gracias.