Discurso pronunciado por el Dr. Gustavo Alfredo Bruzzone

Acto de colación de grado del día 16 de noviembre de 2012

Gustavo Alfredo Bruzzone

Gustavo Alfredo Bruzzone

Buenas tardes, Señora Secretaria Académica, Silvia Nonna, autoridades presentes, colegas, profesores y profesoras de esta casa, familiares, invitados, queridos y queridas graduados y graduadas que hoy egresan.

En primer lugar quiero agradecerle a la Señora Decana, Mónica Pinto, que haya pensado en mí para que en representación de la Facultad de Derecho y de la Universidad de Buenos Aires me dirija a ustedes hoy.

Hoy para todos los que estamos acá no es cualquier día. Es un día cargado de significaciones, donde el pasado y el futuro se encuentran en la encrucijada de la evaluación de lo que fue y lo que lograron y se abren las incertidumbres, anhelos y proyectos por venir. Por ese motivo es un día cargado de intensidades para todos, para los distintos grupos que hoy conformamos esta reunión, para los profesores, para todo el mundo de la casa, de la Facultad, para ustedes, egresados, y para las familias también.

Los profesores y todos los que hacemos la Facultad nos sentimos congratulados porque la misión que hemos cumplido llegó a su término y el resultado son ustedes que están allí. A mí me ocurre algo muy especial porque tengo el honor también, aparte de haber sido propuesto para decir estas palabras, porque voy a entregar un título, y para mí es un honor doble saberlo porque es la abanderada la que le voy a entregar el título.

Cada acto de colación de grados, entonces, para los profesores tiene que representar algo. Y lo que yo me estaba planteando hoy, cuando pensaba estas líneas que quería compartir con ustedes, era qué es lo que nos tenemos que plantear permanentemente los profesores. Los profesores nos tenemos que plantear si el trabajo que llevamos adelante en la Facultad de Derecho, como profesores, es acorde a las exigencias que la sociedad tiene puestas en nosotros o no y de qué manera podemos llegar a mejorarlo permanentemente todos los días.

Permítanme dos cuestiones nada más que quiero señalar del punto de vista de esta casa, del punto de vista de esta Facultad, y la responsabilidad como profesores. Desde hace mucho tiempo hay dos cuestiones que me persiguen respecto de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires. Una es el servicio de biblioteca que tiene la Facultad, y la segunda cuestión es el carácter profesional o no que tienen los profesores que acá enseñan.  Respecto de la primer cuestión, no puedo dejar de decir que las últimas gestiones que tuvo la Facultad de Derecho han mejorado sensiblemente el servicio de biblioteca que tiene la Facultad. Pero en tiempos de internet, de era digital, evidentemente todo esto tiene que cambiar y modificarse todavía más a como está en este momento, y tenemos que ir avanzando hacia los retos  del futuro y los retos que la tecnología nos presenta en este momento. La biblioteca, eso debería ser y siempre lo tendría que haber sido así, el corazón de la Facultad, porque la biblioteca es el lugar donde las señas, que nosotros damos cuando enseñamos, ustedes las pueden multiplicar, los hoy egresados, los que están estudiando en la Facultad. Es el lugar más importante, el corazón de la Facultad. Y en segundo lugar, el carácter de profesores de la Facultad, como todos ustedes saben, en general los que enseñamos en la Facultad de Derecho no lo hacemos full time en su gran mayoría, la gran mayoría de los profesores son profesores que están part time dentro de la Facultad, que vienen un rato, que no se dedican de tiempo completo. Los que somos egresados de esta casa, profesores de esta casa y tuvimos el honor de poder haber hecho estudios de posgrado en el extranjero, sabemos que en otras facultades los profesores son profesionales, es decir, están de día completo y todo el tiempo en la facultad dando clases o en actividades que tienen que ver con eso, incluso en la investigación. Yo creo que este es un debate que en algún momento nos tenemos que dar. Y esto no es que lo estoy diciendo simplemente porque recalco respecto de los profesores, si no porque se los estoy diciendo a ustedes, a los que están egresando en el día de hoy. 

Hoy es el momento culmine de un proyecto que llevaron adelante, pero es la encrucijada de otro momento. El titulo servirá de acá en adelante para otro tipo de actividad, la actividad de estudiante quedó de lado y se habrán de dedicar a otras actividades. Pero lo que si es cierto es que la Facultad de Derecho los va a seguir esperando para que se sigan formando para que nos reemplacen a los que hoy somos profesores y el debate respecto del carácter profesional de los profesores es algo que en algún momento nos tenemos que dar. Si esa realidad de como es ahora la Universidad, la Facultad de Derecho, tiene que ser modificada o no, es una discusión que yo creo necesaria que la tenemos que dar también con los noveles egresados, que también muchos de ustedes están haciendo sus primeras armas en la Carrera Docente acá en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires. En realidad, la relación entre profesores profesionales y profesores que se dedican a otra actividad como la profesión liberal o trabajan en Tribunales, es importante para saber hasta qué punto los estudios abstractos y la realidad práctica pueden llegar a unirse en algún momento, y si solamente tiene que haber profesores que enseñen abstracciones o trabajen desde ese lugar. Y esta es una realidad que tenemos que discutir y trabajar entre todos. Pero este es un debate al que espero que se sumen ustedes noveles egresados y que lo hagamos en breve.

Por eso, si bien se acaba formalmente su etapa de estudiante, se inicia otra más intensa que habrán de optar en el inmenso menú de posibilidades que el título de abogados les presente. Hoy, aunque no son tal vez conscientes, es uno de los días más importantes de su vida. El día que dieron la última materia o el día cuando empezaron a cursar, pero hoy con el título en sus manos es un día para evaluar todo lo que transcurrió hasta llegar a este momento y de aquí en adelante como se van a proyectar hacia el fututo el resto de sus vidas con esta hermosa profesión que eligieron. Pero no por el hecho de ser abogados o abogadas, el título de abogados no representa nada. Es importante tenerlo presente porque es la culminación de un proyecto que empezaron un día y que pudieron terminar, pero no significa absolutamente nada.  El reto está en qué es lo que van a hacer con ese título el resto de sus vidas, cómo lo van a utilizar.

Podrán dedicarse a la profesión liberal y les deseo el mejor de los éxitos, y si bien esa opción viene generalmente de la mano del crecimiento económico y prosperidad, lo que es legítimo como aspiración, no puede ser la única guía del trabajo que van a llevar adelante. Ojalá hagan lo posible para que, en el marco de la profesión, los pueda enfrentar a ese caso, a ese asunto, a esa cuestión que tengan que resolver que les permita, más allá de lo económico, vibrar y sentir que desde el lugar de abogados están luchando por el derecho, haciendo un aporte para lograr una sociedad más justa. Su incursión en la administración de justicia, muchos de ustedes probablemente sean empleados hoy, como lo es Rocío, a propósito feliz día del judicial a todos los que lo son. Luego pues van a ser secretarios, funcionarios, van a seguir haciendo carrera, algún día quizá incluso lleguen a ser jueces. Sepan que los cargos no representan absolutamente nada si los cargos no son honrados, los cargos en sí mismos como el título de abogado no va a representar nada.

Así como hoy ven que su esfuerzo valió la pena y se concreta en la recepción del título por el que tanto trabajaron, mañana, en el balance de sus vidas, se van a preguntar lo mismo con el uso que dieron al título obtenido y que les vamos a dar en el día de hoy. Y yo creo que esa intensidad la tienen que saber canalizar correctamente. Hablando de esfuerzo, permítanme dirigirme a los familiares ahora, a todos los familiares de ustedes, parientes, amigos, familia en general, que hoy vinieron a acompañarlos. Yo les agradezco que hayan venido, que estén acá y los felicito a todos, porque estoy seguro que han contribuido en el esfuerzo de ellos para que pudieran llegar a este lugar y a este momento. Sin el esfuerzo de las familias, sin ese apoyo que tuvimos atrás todos los que alguna vez estuvimos sentados en ese mismo lugar no lo podríamos haber logrado. Entonces es muy importante y muy importante también que estén hoy. Y esto lo digo porque probablemente muchos sea la primera vez que vienen a la Facultad de Derecho, quizás han pasado cientos de veces y nunca pudieron ingresar. Así que, yo les sugiero que hoy ustedes sean un poco anfitriones también de sus familias para mostrarles cuáles eran los lugares por los que transitaron durante todos estos años en la Facultad. Yo siempre pienso y me acuerdo dónde cursé la primera materia o el aula donde me recibí, algunas ya la remodelaron, fue hace mucho tiempo, pero uno lo puede llegar a ver, ustedes todavía los deben tener cerca, es decir, que hacer una recorrida por las instalaciones de la Facultad y que se enteren qué quiere decir eso de la parlante o la silenciosa sería interesante para poder socializarlo con ellos en vivo y en directo, y esta es una buena oportunidad.

Queridos noveles colegas felicitaciones, esta es su casa y como profesor les digo que nosotros vamos a seguir estando acá. Y del punto de vista de lo que a mí me toca como profesor decirles que espero que algún día ustedes nos puedan venir a reemplazar a nosotros en los lugares, en las plazas que estamos ocupando en este momento. Por eso, lo único que les puedo decir es hasta pronto, nos vemos acá, nos vemos en Tribunales, nos vemos en la vida a la que tenemos que honrar toda los días. 

Muchas gracias, nada más.