Discurso pronunciado por el Dr. Darío Richarte

Acto de colación de grado del día 19 de mayo de 2011

Darío Richarte

Darío Richarte

¿Que tal? Buenas tardes señora decana, autoridades de la facultad, distinguidos colegas profesores, titulares, asociados, adjuntos, ex alumnos muchos de ellos a los que puedo ver o reconocer acá sentados, compañeros del personal no docente y bueno seguramente familiares y amigos de las personas que tienen el gran honor de jurar hoy acá o prometer en este acto.

La verdad que es una gran alegría poder participar de esta jura dándoles un brevísimo mensaje, se que seguramente están todos muy ansiosos por emprender este nuevo camino en sus vidas. Puedo percibir el orgullo que deben sentir de ustedes mismos en este momento y hasta puedo ver las caras de amigos, de padres, de abuelos que seguramente estarán muy orgullosos de lo que ustedes pudieron lograr. Pero esto es el comienzo de un nuevo camino. Si bien es el final por supuesto de un ciclo que se corona con la obtención de este diploma, es el comienzo de un nuevo camino en las vidas de cada uno de ustedes que tienen por delante. Y lo que tienen por delante ya sea como abogados, como abogados practicantes o sea como miembros del Poder Judicial de la Nación o como miembros del Poder Ejecutivo Nacional, ya que esta Facultad se caracterizó siempre por haber dado como egresados a ex presidentes, a destacados miembros del Poder Judicial, diputados, senadores, dirigentes en general, de los buenos, es decir, de los democráticos pero también de los malos por que también de esta Facultad salieron muchos que justificaron o sirvieron para justificar las dictaduras militares que existieron en nuestro país.

De todas maneras, ustedes se van a enfrentar fundamentalmente a un gran desafío y lo que yo simplemente quería decirles es que nunca pierdan de vista que cuando una persona recurre a un abogado o recurre ante un juez o ante un fiscal, en realidad esta recurriendo o va a recurrir a ustedes porque eventualmente tiene un problema que ustedes tienen que tratar de resolver y no es un problema menor, es un problema en donde muchas veces está en juego o su patrimonio o problemas familiares o inclusive su libertad, o inclusive cuestiones que tienen que ver de manera muchos más general en términos sociales con la noción de justicia que tienen que imperar en un país, en un país democrático al que aspiramos tener cada día con más democracia como el nuestro, con más libertad.

La decana, la voy a citar, la Dra. Mónica Pinto, aunque no le guste, profesora titular de Derechos Internacional Público y de Derechos Humanos, realmente alguien sumamente prestigioso no solo en la Argentina sino que en el mundo y sobre todas las cosas la primera decana mujer de la Facultad de Derecho, la cual además tuve el honor de votar como representante del claustro de profesores en el Consejo Directivo dijo no hace mucho en una Jura que “la practica del Derecho permite consolidar y reforzar el estado de derecho, permite trabajar por la transparencia en la adopción de las decisiones pública, por la rendición de cuentas de los funcionarios, permite trabajar por la superación de la pobreza, abriendo la puerta a lo accesos, al acceso a la justicia, al acceso a la salud, al acceso a la educación, aquellos accesos que son el tema del día. Trabajar en el Derecho permite también estar al lado de cada hombre y de cada mujer y de cada niño para que las decisiones que se tomen en lo público y en lo privado no supongan lesión para la libertad y la dignidad de cada uno en condiciones de igualdad. El trabajo en el Derecho es en definitiva esto que hace que cada día podamos respirar más ampliamente y mejor. La realidad es que esto no depende enteramente de los otros, no depende enteramente de los demás, no depende del gobierno, no depende de la presidenta enteramente, tampoco de los legisladores o del Poder Judicial. Cada uno de nosotros está en posición de hacer algo para que estos también dependa de nosotros.

Lo que se les va a pedir hoy aquí que asuman un compromiso. Ustedes los asumirán de acuerdo a sus creencias y a sus convicciones. En este sentido la Jura de hoy entonces significa un montón de cosas. Significa el compromiso de colaborar en la construcción mejor y el reconocimiento de valores importantes que se sintetizan en él. Significa el compromiso con nuestro país, con sus provincias, con sus tierras, su cielo, sus mares, sus paisajes, sus costumbres, sus pasiones, su gente y el rostro de todos y cada uno de los argentinos. Significa el mismo compromiso con el país que asumieron otros argentinos en otras épocas. Compromiso como el de épocas de Belgrano, con el comienzo de una vida independiente de España en la que pudiésemos ir creciendo como nación. Compromiso como el de unos años después, en tiempos de Alberdi, con la sanción de nuestra Constitución Nacional y el comienzo de la nación con la consagración de los derechos y garantías para los ciudadanos. Y más tarde con Sarmiento y la generación del 80, las bases de un país modelo en educación, cultura y progreso al cual acudían decenas de miles de inmigrantes para buscar un futuro mejor. Compromiso como el de Hipólito Irigoyen y Juan Domingo Perón, en la incorporación a la vida cívica a los sectores más desposeídos y la búsqueda de una sociedad más igualitaria. Compromisos como el que asumieron en distintas áreas tantos argentinos destacados como Borges, Sabato, Cortazar. Compromiso como el de César Milstein y Leloir, que fueron Premios Noble de ciencias. La de Saavedra Lamas y Pérez Esquivel Premios Nobel de la paz. La de Piazzolla, la de Dicépolo, la de Charly García. La de Fernando Fader, la de Xul Solar, la de Pettoruti, de tantas personas en tantos ámbitos de la vida nacional que con su accionar cotidiano se comprometieron con los valores de nuestro país. Compromiso también como el de tantos argentinos anónimos que trabajan día a día contribuyendo al bienestar de sus familias y de la comunidad. Compromiso con la reafirmación de nuestra identidad lograda, la unidad de todos y cada uno de los argentinos en el marco de la democracia, de la libertad y la justicia. La búsqueda del bien, la paz y la seguridad para todos y no solo para unos pocos. Y además compromiso para que el Derecho nunca más sea utilizado por dictaduras para justificar el autoritarismo, el terror y la censura. Compromiso con la memoria y compromiso con el futuro.

Muchas gracias.