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Año XII - Edición 222 21 de noviembre de 2013

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VI Jornadas Intercátedras de Derecho Administrativo
"Pasado, presente y futuro en la enseñanza del Derecho Administrativo. La visión desde la cátedra"

  • Nota de Tapa

Las VI Jornadas Intercátedras de Derecho Administrativo tuvieron lugar el pasado 30 de octubre y versaron sobre el pasado, presente y futuro de la enseñanza de esta materia.

El acto inaugural estuvo a cargo de la Decana Mónica Pinto y del profesor Guido S. Tawil. De este modo, Pinto resaltó las numerosas actividades propuestas por las cátedras de Derecho Administrativo, mientras que Tawil destacó lo grato de estas jornadas al buscar realizar un trabajo interno sobre este tema.

El primer panel, moderado por el profesor Gregorio Flax, trató “El Derecho Administrativo en la UBA. La enseñanza y las cátedras (1960/2007)” y contó con las disertaciones de los profesores Agustín Gordillo, Héctor Mairal y Jorge Sáenz.

Inició el bloque el profesor Agustín Gordillo,quien resaltó la importancia de aprender a pensar y a hacer. A partir de varios ejemplos, el orador explicó el sistema de enseñanza de la escolástica. Seguidamente, compartió su método de enseñanza en base a la resolución de casos y su experiencia como alumno de acuerdo con el sistema pasatista, leyendo un manual y repitiéndolo.

Reflexionó también sobre la importancia de aprender de los alumnos, y el deber de bajarse del pedestal del profesor que sabe todo y que nunca se equivoca porque de esta manera no va a poder enseñar ni a pensar ni a aprender.

Héctor Mairal opinó que el profesor y el alumno están en un mismo nivel tratando de pensar, de descubrir juntos qué es lo que hace a una verdadera universidad, y planteó algunos interrogantes sobre la enseñanza: qué se enseña, cómo presentar al Estado al enseñar Derecho Administrativo y cómo se enseña, si debe impartirse conocimiento o método, si se enseña a pensar o se enseña sustancia, temas.

Finalmente, recordó el antiguo estudio de autores europeos al considerar a la doctrina argentina como menor.

Para concluir, Jorge Sáenz realizó una crítica sobre la forma en que se ha impartido la enseñanza del Derecho Administrativo, teniendo en cuenta las distintas circunstancias, el contexto que rodeó a la enseñanza en cada momento. En este sentido, contó su experiencia personal como alumno, basada en leer, ir a clase y repetir. Se entendía que la Facultad de Derecho lo que debía proporcionar a los estudiantes era una enseñanza estructurada de ciertas instituciones ordenadas en un sistema. Luego, la modalidad fue cambiando y se intentaron otros métodos de enseñanza, por ejemplo, planteando problemas. Resaltó también la responsabilidad social al dar por aprobada una asignatura “porque un abogado puede hacer mucho daño” y opinó que “la manera de formar a un abogado es haciendo de abogado”. Para finalizar, resaltó los aportes teóricos de primera magnitud de toda la teoría de la argumentación, la antigua retórica aristotélica.

Los siguientes paneles discutieron “El Derecho Administrativo en la UBA. Testimonios de los antiguos profesores adjuntos” y “¿Cómo mejorar la enseñanza del Derecho Administrativo?”.

El último panel, moderado por el profesor José Francisco García Mira, se refirió a los desafíos que enfrentan la enseñanza y las cátedras de Derecho Administrativo en la actualidad. Los expositores fueron los profesores Fernando García Pullés, Guido S. Tawil, Carlos F. Balbín y Ernesto A. Marcer.

En primer término, el profesor Fernando García Pulles trató el tema de la enseñanza desde cinco aspectos diferentes. Comenzando por el objeto, destacó que el Derecho Administrativo fue mutando y evolucionando a lo largo de los años debido a la existencia de una mayor protección del Estado con los administrados ocupándose de los derechos sociales y colectivos donde las sentencias tienen efecto extra partes, los recursos administrativos se amplían y la legitimación se desvanece. Por lo tanto, se desarrolló un nuevo Derecho Administrativo reemplazando al tradicional que solamente se encargaba de los derechos individuales, donde lo importante era el acto administrativo y la reacción del particular, el recurso administrativo. Por otra parte, analizó a los sujetos (educando y educador) que integran la relación de enseñanza, subrayando la importancia de la objetividad, que implica advertir la propia ideología con el objetivo de que el estudiante pueda tomar su reparo en ello, de la imparcialidad, admitiendo que se educa desde la perspectiva personal y, por último, un compromiso que es la pasión por enseñar. En cuanto al método, éste debe ser deductivo, empírico, casuístico y dogmático, debiendo adaptarse a los tiempos modernos. Por último, indicó que los valores éticos deben primar como metodología de enseñanza.

Acto seguido, el profesor Carlos F. Balbín advirtió que la universidad pública debe ser plural y desempeñar un rol comprometido con la justicia social, ya que constituye un instrumento por medio del cual se puede igualar a la comunidad. Sin embargo, existe en la actualidad una marcada homogeneidad de clases sociales en los estudiantes, por lo que ese objetivo debe restablecerse. Luego recordó que el Derecho no se enseña de forma repetitiva sino argumentada y razonadamente.

 El profesor Ernesto A. Marcer recomendó que los métodos de enseñanza sean mixtos con el objetivo de que se aprenda tanto la teoría como su aplicación en el caso práctico. A su vez, expresó la idea de que la asignatura Elementos de Derecho Administrativo sea anual, debido a su transcendencia en la vida pública.

Por último, tomó la palabra el profesor Guido S. Tawil para destacar la importancia de la cátedra dentro de la universidad y de la sociedad. Esta debe cumplir un rol institucional trabajando con el Gobierno y el Congreso, participando en los debates en torno a los proyectos de ley, siempre dentro de un ámbito de neutralidad. Para finalizar, agradeció a todos los organizadores y colaboradores de la jornada.

El profesor Carlos F. Balbín advirtió que la universidad pública debe ser plural y desempeñar un rol comprometido con la justicia social, ya que constituye un instrumento por medio del cual se puede igualar a la comunidad.