¡Seguinos!

Año IX - Edición 166 16 de septiembre de 2010

Buscar

Thomas Pogge en la Facultad de Derecho - “Enfrentado a sí mismo: aspiraciones y realidades del Derecho Internacional”

  • Nota de Tapa

DURANTE SU CHARLA POGGE HIZO MENCIÓN AL CASO ARGENTINO OBSERVANDO QUE EN NUESTRO SISTEMA DE NORMAS EXISTE UN MASIVO DÉFICIT EN LOS DERECHOS HUMANOS QUE RESULTA EVITABLE A TRAVÉS DE UNA RE-ORGANIZACIÓN QUE PERMITA EL ESTABLECIMIENTO DE UN MODELO ALTERNATIVO.

El 26 de agosto la Secretaría de Investigación invitó al Profesor de Filosofía y Relaciones Internacionales en Yale University, Dr. Thomas Pogge, quien expuso su disertación “Enfrentado a sí mismo: aspiraciones y realidades del Derecho Internacional”.

Para dar inicio, la Decana Dra. Mónica Pinto indicó que el Prof. Pogge ha participado en conferencias de todo el mundo defendiendo un impuesto mundial sobre los recursos naturales destinado a erradicar la pobreza en todos los continentes.

A continuación, el Prof. Thomas Pogge señaló que tanto los particulares como las empresas y los Estados pueden violar derechos humanos, como también las normas pueden hacerlo. Aclaró que, en ese caso, la responsabilidad yace en aquellas personas que diseñaron o impulsaron esas normas. En consecuencia, estableció algunas condiciones que definen a aquellas normas que violan los derechos humanos, como la existencia de un déficit en esta materia, el aporte activo de parte de la sociedad en el diseño o imposición de estas normas y aquellos que se encargan de diseñar o imponer ese tipo de reglas.

En cuanto al sistema de normas en Argentina, observó que existe un masivo déficit en los derechos humanos y que resulta previsible y evitable, pudiéndose terminar a través de una reorganización de las normas. “Un sistema de normas alternativo podría reducir en gran medida este déficit de derechos humanos, no sólo en Argentina, sino a nivel internacional”, expresó. Explicó que este principio se encuentra consagrado en el artículo 28 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, el cual establece que toda persona tiene derecho a que se establezca un orden social e internacional en el que los derechos y libertades proclamados en esta Declaración se hagan plenamente efectivos. De tal modo, propuso que el ordenamiento mundial debe mínimamente alcanzar con el cumplimiento de los derechos humanos en la medida que sea razonable.

Por otra parte, centralizó su exposición en la problemática de la pobreza ya que la mitad de la población mundial no tiene acceso seguro a un mínimo social y económico que permita cumplir con las necesidades básicas de la vida. En este orden de ideas, aseguró que se trata de un gran problema a nivel social pero en términos económicos es pequeño. Remarcó que este problema se basa en la inequidad, la cual ha crecido en una enorme proporción y encontró su causa en la globalización ya que las normas internas de cada país implementan decisiones de nivel internacional, generando una creación de normas poco transparentes y menos controlable por los ciudadanos. Recordó también que la vida de todas las personas tiene el mismo valor y que debe ser posible que todos alcancen a cumplir con sus necesidades básicas. “La falta de cumplimiento de los derechos humanos se debe al diseño de normas globales; esto se podría evitar si estas normas se diseñaran de tal modo que se pudiera cumplir con los derechos humanos ya que el imperativo debe ser que se respeten de la manera más razonable posible”, aseveró. Sin embargo, subrayó que muchas personas no apoyan esta idea porque opinan que la pobreza se desarrolla de manera muy diferente en cada país y la evolución de la pobreza se explica por factores locales, por lo cual las variables globales no pueden tenerse en cuenta.

“Pequeñas reformas son fáciles de lograr en el futuro aunque siempre haya efectos impredecibles”, manifestó. Hizo mención entonces a las tecnologías que preservan el medio ambiente, resaltando su importancia en el futuro y aclarando que actualmente se recompensan con una cuota que permite utilizar la invención, lo cual significa que muchas personas no utilizan esa innovación porque resulta muy caro. “Sería mucho más inteligente si se pudieran utilizar esas tecnologías de manera gratuita y recompensar al creador de una manera distinta”, finalizó.

En un encuentro con el Secretario de Investigación, Dr. Marcelo Alegre, el Prof. Thomas Pogge se refirió a la entrega de medicamentos y los costos de su fabricación. También aludió a la situación en Argentina, considerando que se trata de un país en desarrollo que tiene un gran número de enfermedades. Mencionó, a su vez, la propuesta de los fondos de salud, por la cual las compañías tienen la posibilidad de obtener ganancias con el desarrollo de medicamentos para enfermedades cuyas investigaciones no suelen ser rentables. “Los próximos pasos consisten en desarrollar programas piloto de fondos de salud globales incorporando medicamentos en un determinado país a un bajo precio, lo cual va a ayudar a observar cómo el innovador introduce un medicamento de manera diferente cuando se le paga en base al impacto que genera y no la ganancia”, expuso. Agregó que actualmente cuando el innovador introduce una nueva medicina, obteniendo su patente en un país subdesarrollado, se centra en las personas que pueden comprar el medicamento, pero le resulta muy costoso hacerlo conocido e instruir a las personas sobre su utilización. Así, comentó que este programa durará un año y se llevará a cabo el próximo, permitiendo medir el impacto y mostrar la diferencia. Con respecto a la asistencia financiera, explicó que los fondos globales pueden ser los financistas de las recompensas en materia de salud y los países que trabajen en ello pueden solicitar el fondo global. De tal modo, aclaró que a través de esa recompensa monetaria, la empresa se compromete a ofrecer medicamentos a un bajo precio.