¡Seguinos!

Año XX - Edición 361 09 de septiembre de 2021

Buscar

Tercer taller sobre políticas de alimentos: “Multilateralismo: crisis y perspectivas”

  • Nota de Tapa

El pasado 18 de agosto el Centro de estudios interdisciplinarios de Derecho Industrial y Económico (CEIDIE) y el Observatorio sobre implementación del Acuerdo Mercosur-Unión Europea (OAMU) organizaron el tercer taller sobre políticas de alimentos que en esta ocasión versó sobre "Multilateralismo: crisis y perspectivas".

Participaron como expositores/as Liliana Bertoni (UBA) y José Luis Pérez Gabilondo (UBA). La coordinación general estuvo a cargo de Sandra Negro (UBA).

Liliana Bertoni, a modo de introducción, recordó la etapa transitada por el mundo los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial en la cual, a partir de la necesidad de recomposición de una sociedad destruida por la guerra, “se inició un periodo de paz, duradera, donde los Estados comenzaron a resolver sus problemas comunes de manera conjunta. Fue allí entonces donde el multilateralismo desempeñó un papel central (...) Los Estados consensuaron, establecieron reglas de funcionamiento del sistema internacional y adoptaron acuerdos esenciales para ese escenario en formación". Sin embargo, continuó: "Mucho tiempo ha pasado desde que esta institucionalidad fue útil y afín a la recomposición de la sociedad internacional. También pasaron muchas cosas en el ámbito internacional y no solo en la vida de los Estados, sino en la vida contemporánea donde asistimos, sin darnos cuenta, a una sociedad inmersa en una situación de cambios constantes, acelerados, permanentes, a los que lamentablemente en estos dos últimos años se sumó un suceso inesperado y extremadamente disruptivo como es la aparición de una de las crisis epidémicas más virulentas y expandidas de este siglo. Y a partir de allí pienso que bastaron prácticamente pocos meses para desordenar los 200 años de organización mundial y entrar en un período de desorientación general de nuestra sociedad contemporánea".

Como una de las consecuencias a esta crisis, la expositora detalló que los Estados se toparon con que las organizaciones mundiales de carácter global encargadas de manejar la vida de la sociedad en el ámbito internacional, pero “no fueron del todo útiles y no tuvieron las respuestas inmediatas adecuadas que los Estados esperaban para poder solucionar o poder encaminar esta crisis". Por lo tanto, entró en duda la utilidad del multilateralismo.

Para analizar esta cuestión, primero habló de organizaciones como la Organización Mundial de la Salud (OMS) o la Organización Mundial del Comercio (OMC). Respecto a cómo fue visto por los Estados parte el desempeño de la OMS durante la pandemia, comentó: "En la mayoría de los casos los países no se encontraron satisfechos con los lineamientos y recomendaciones que surgieron de esta organización (...) Muchos destacaron principalmente que no fueron claros, pero no solo eso. También que llegaron tardíamente y que no permitieron tener un lineamiento generalizado como se esperaba para enfrentar esta situación".

Entonces, explicó la oradora, cada uno de los Estados actuó de manera particular, dejando de lado la falta de recomendación de la OMS. A partir de esto, señaló que 194 países miembros de la OMS y otros actores globales comenzaron a pensar en la necesidad lograr una reestructuración de la organización; aunque todavía no han avanzado en gran medida debido a la todavía presente crisis. Tampoco dejó de destacar las acciones políticas llevadas adelante por Estados Unidos, como su momentáneo retiro de la OMS y su pausa en las contribuciones que le otorgaba.

Asimismo, mencionó las soluciones multilaterales adoptadas por la Unión Europea (UE). En este sentido, resaltó: "Donde mayormente creo que se consolida esta posición de la Unión Europea, donde dicen 'realmente somos multilaterales', es en dos puntos importantes. Uno de ellos es la alianza para el multilateralismo. Y el otro es la segunda conferencia en curso sobre el futuro de la Unión Europea. Ambos proyectos estaban en pie antes de la pandemia". Y comentó: “A mi entender, y muchos lo dicen, la Unión Europea busca una autonomía estratégica tanto interna como externa. Está fundamentada en el principio de solidaridad, transparencia, en principios que todos deberíamos recuperar para poder recomponer y salir de este camino de desvalores en los cuales hemos entrado en los últimos tiempos".

Finalmente, concluyó: "El camino hacia el multilateralismo es el camino que seguramente nos permitirá entrar en una nueva etapa. Una etapa positiva, de cambios. Sin embargo, (...) me parece que existen distintas aristas del multilateralismo. Me parece que hay un multilateralismo europeo que opta por el multilateralismo institucionalizado, que se ha enfocado a la defensa de la institucionalidad y la defensa del derecho internacional. Podemos observar, también, que existe un multilateralismo que podríamos llamar hegemónico, aunque parezca contradictorio y lo hemos visto presente en las actuaciones políticas en las organizaciones. Y existe un punto de vista diferenciado tanto de los países emergentes como de los países desarrollados, que practican en ocasiones un multilateralismo defensivo o revisionista basado en no en las viejas y positivas organizaciones que nos acompañaron hasta ahora sino en ocasiones con narrativas, discusiones, objetivos y prácticas diferenciadas que no aportan demasiado al fortalecimiento de esta nueva etapa".

Por su parte, José Luis Pérez Gabilondo inició su exposición mencionando de manera de general a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas; y particularmente con relación a la cuestión de la seguridad alimentaria: el segundo y el tercer objetivo de Hambre Cero 2030 y el Objetivo de Desarrollo Sostenible de la calidad de vida de la población. Desde una perspectiva regional, señaló: "Estos objetivos parecen estar lejos, y hay un panorama acuciante en la medida en la que la FAO, por ejemplo, nos indica que América Latina y el Caribe el 7.4% de la población al año 2019 vivía una situación de hambre". Resaltó los planes planteados a nivel nacional para combatir esta situación.

En el marco internacional, se refirió primero a la Cumbre Mundial de Seguridad Alimentaria en donde se plantearon una serie de objetivos más políticos como el de asegurar alimentos seguros y nutritivos, cambiar o reventar los sistemas de producción hacia esquemas de consumo más sustentables e impulsar una producción positiva hacia la naturaleza. "Objetivos que ciertamente nadie puede dejar de acompañar, como en todo requiere de alguna manera desglosar cada uno de esos componentes", detalló.

Luego, en cuanto a la visión del comercio internacional, comentó: "Es un instrumento generador de alimentos, por un lado. Y, al mismo tiempo, es un instrumento de desarrollo". Y dijo: "Mi comentario a poner sobre la mesa al referirnos a seguridad alimentaria es el de reafirmar la importancia de profundizar el proceso de la renegociación agrícola que de alguna manera es un unfinished business de la Rueda Uruguay". Agregó: “Esto tiene como telón de fondo el componente medioambiental porque no podemos ignorar el deterioro del planeta por efecto invernadero, por la cantidad de gases en la atmósfera, por el deterioro de la biodiversidad. Pero, a su vez, cuando vemos este contexto y vemos el esquema de producción, vemos los efectos en el planeta de alguna de estas políticas, también tenemos que tener presente que este no es un proceso que se inicia hoy, sino que tiene una desarrollo histórico al que muchos de aquellos que promueven algunos aspectos de los modelos al día de hoy lo han alcanzado a partir de la explotación de estos recursos a nivel global; y, desde una posición de desarrollo, se toma en esas sociedades la importancia de preservar el planeta. Nosotros tenemos que crecer porque si no salimos de la pobreza no hay posibilidad de llevar adelante armónicamente la agenda".

"No puede analizarse el concepto de seguridad alimentaria aislada del contexto productivo que lo genera. O sea, los debates de la Cumbre Alimentaria tienen que tener la perspectiva de las cadenas productivas que están detrás en el mundo, y de los marcos normativos y ambientales que regulan el funcionamiento de las cadenas productivas", reflexionó.

Finalmente, señaló: "Es importante no asumir acríticamente dicotomías norte-sur en este debate (...) porque en el proceso de reforma agrícola en la Rueda Uruguay claramente estaba identificado dónde estaban los sectores que protegían y subsidiaban, y donde estaban los que querían liberalizar porque tenían mejores condiciones competitivas. Hoy a esto hay que ponerle el caveat de la presión ambiental cuando se generan políticas que no pueden ser sustentables, por un lado, y el hecho adicional de que el apoyo interno ya no es solo patrimonio exclusivo de algunos actores (...)".

Video