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Año III - Edición 59 18 de noviembre de 2004

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Proyecto Mariano Moreno

  • Nota de Tapa

La jornada, organizada por la Subsecretaría para la Reforma Institucional y Fortalecimiento de la Democracia de la Jefatura de Gabinete de Ministros y la Facultad de Derecho, tuvo lugar el 27 de octubre en el Salón Rojo.  El tema central fue “La importancia de la participación ciudadana en la mejora de la calidad de las instituciones”.

El acto de inauguración estuvo a cargo del Decano Dr. Atilio Alterini y de la titular de la Subsecretaría, Marta Oyhanarte. Primeramente, Decano enfatizó que la Facultad de Derecho tiene el deber de involucrarse en los problemas nacionales,  porque así lo dicen la Ley Federal de Educación, la Ley Superior de Educación y el Estatuto Universitario. Introduciéndose en el debate, sostuvo que hoy las instituciones están en quiebra y que la población no se siente representada por ellas. Pero por otro lado reflexionó que el “que se vayan todos” no es un valor rescatable, porque echa por la borda “lo trascendente de gobernar la polis”. No se trata de hacer política sino de construir representación y fortalecimiento de la democracia.

Marta Oyhanarte (Titular de la Subsecretaría) indicó que debemos asumir tres desafíos: el de la identidad nacional, el de la integración social, y el de la gobernabilidad. El primero implica conciliar la globalización con la individualización. En segundo lugar, no hay sociedad viable donde viven la extrema pobreza con la extrema riqueza. El tercero, implica integrar representación con participación. La meta debe ser lograr una democracia transparente, legítima, y convincente (por ello es importante el Decreto 1172 de Acceso a la Información). Las instituciones deben consideradas al tomar cualquier medida política o económica. La idea es convertir a los ciudadanos en socios pero para eso las instituciones deben tener una ética intachable que las vuelva eficaces. Para que el ciudadano se comprometa es imprescindible que pueda tener total acceso a la información.

A continuación, Felipe Pigna realizó una breve semblanza de Mariano Moreno.  Acusó que fue el primer desaparecido de la historia argentina. Cuando asumió el 25 de mayo la Secretaría de Guerra en la Junta llamó a las autoridades a terminar con los abusos de poder coloniales y con la corrupción en la Administración, pidiendo a su vez a los gobernantes que traten de ser hombres que se destaquen por su instrucción. Cuando fundó La Gaceta dijo “el pueblo tiene derecho a saber la conducta de sus gobernantes”. Allí publicó el Contrato Social de Rousseau que representaba sus deseos en la conducción del país. Por otro lado, Moreno no fue padre del unitarismo; de hecho, fue uno de los primeros en escribir y defender el sistema federal. Moreno fue envenenado por sus enemigos (entre ellos Saavedra) y eso se sabe por un dictamen judicial de la Asamblea de 1813 que así lo declara.

Primer Panel: La información es poder

Roberto Saba estructuró la exposición en tres preguntas: 1) si el acceso a la información es un derecho, 2) si ese derecho requiere de una norma que regule su acceso, 3) qué tipo de elementos debe contener esa norma para hacer efectivo ese acceso. En cuanto a lo primero, la ciudadanía toma decisiones permanentemente públicas y privadas que requieren de información que posee el Gobierno. El art. 13 de la Convención Americana de Derechos Humanos ubica como requisito para la libertad de expresión el acceso a la información. Por lo tanto ya podemos ejercer ese derecho judicialmente. Ahora, una regulación clara es imprescindible para poder facilitar la llegada. Debiera darse una legitimación activa muy amplia; el principio general debe ser la provisión; los procedimientos deben ser sumarios y por pocas vías, no permitiéndose el silencio infundado.

Guillermo Worman (Participación Ciudadana) alertó que ni el Decreto 1172 ni el Proyecto de ley contemplan el acceso provincial ni municipal amplios. Garantizar el acceso a la información es el primer paso para llegar a la meta que es que la información sea comprendida. Hoy la información es prácticamente incomprensible por la mayoría. El acceso a la información está vinculado con el ejercicio del poder; quien controla el conocimiento acumula poder. Si esto no se transforma en un debate ciudadano, si el periodismo no se preocupa, si la ciudadanía no se interesa por esto, no va a servir ninguna reforma. Los que más necesitan de este derecho son los que menos saben que lo precisan.

Claudio Jacquelin (Secretario de Redacción del Diario La Nación) contrapuso que la información no sólo es poder sino que es democracia. Alertó sobre casos donde el propio Gobierno, yendo en contra de la norma, no concede información a algunos medios periodísticos. “Hay que ser cuidadosos con la voluntad del Estado de inmiscuirse a través de la ley en la información de los medios de comunicación”. El derecho a la información es también obtener datos que el Estado preferiría callar. A la comprensibilidad debe agregarse la actualidad de los datos; que la información sea oportuna y nueva.

María Laura Leguizamón (Asuntos Constitucionales del Senado) adujo que hoy debe darse más prioridad a la sanción de la ley que a la precisión del articulado. “Hay muchos legisladores que están entorpeciendo el tratamiento con pretensiones de agregar puntos y comas”. El 8 de mayo de 2003 se dio media sanción en Diputados y desde principios de 2004 se está discutiendo en el Senado. Queda 1 mes para poder sancionar la ley. La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) expresó la adhesión a la ley. A los debates fueron invitados a exponer en el Congreso varios juristas y periodistas reconocidos. En sí la ley está ya preparada para ser sancionada.

Victoria Martínez Aráoz (Asesora de la Subsecretaría) sostuvo que una de las incorporaciones más importantes del proyecto, que ya está en el decreto, es el acceso gratuito online al Boletín Oficial. Hoy puede el ciudadano presenciar las reuniones directivas de los entes reguladores. En www.mejordemocracia.gov.ar ya funciona la publicación de audiencias con personas de interés. El plazo para proveer la información es de 10 días hábiles, garantizándose la gratuidad como principio. La información debe ser completa, oportuna y veraz.

Como mejorar nuestras instituciones

Felipe Fucito (Profesor de la Facultad de Derecho) señaló algunos obstáculos. “Si alguna vez tuvimos un pacto social éste ha sido meramente formal”. Ya desde la Constitución de 1853 el pacto distó de ser inclusivo. “El pacto hay que hacerlo, no rehacerlo”. Nosotros creemos que la norma va a salvar mágicamente nuestra condición. Todo el tiempo andamos buscando culpables en otros. Antes de poder construir un pacto cívico debemos construir una honestidad individual. Si no deponemos la idea de violencia para solucionar nuestros conflictos nos va a ir mal. Debemos mirar hacia delante; hay que llegar a algún consenso sobre algo.

Carlos March (Poder Ciudadano) sostuvo que desde la caída de De la Rúa la participación ciudadana ha mejorado muchísimo. Aunque también hay un gran desgaste de los partidos políticos en su representación, lo que fortalece a los organismos no gubernamentales. “Sin estas organizaciones la democracia sería mucho más débil”. El desafío es cómo generar incidencia. Y esa debe ser la meta de todo organismo de la sociedad civil: la construcción de campos de fuerza. Hay que cambiar la concepción defensiva por una pro-activa. La coyuntura nos da permanentemente la posibilidad de crear y pensar en estrategias.

Carlos Gabeta (Le Monde Diplomatique) reflexionó que nuestro país necesita una revolución. “Sobran ejemplos para explicar el deterioro institucional y ético al que llegamos”. El desarrollo no pasa sólo por lo económico sino por los pactos no escritos que los ciudadanos cumplen. Nuestra historia tuvo cosas positivas también; hubo generaciones en nuestro país que tuvieron una idea de lo que querían del país y fueron a su búsqueda. “¿Hoy cuál es nuestra idea de país?”.

Marcelo Bermolén (Asesor de la Subsecretaría) cabe preguntarse si la falta de participación popular ha sido la causa o la consecuencia de nuestra crisis. Los representantes necesitan recomponer su relación con la gente; es necesario desterrar malos hábitos. Las empresas y los medios deben acompañar las transformaciones. Lo primordial es la transformación de la cultura y los valores de honestidad, esfuerzo y solidaridad. Desde las facultades debe Incorporarse a los jóvenes en la toma de decisiones.