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Año XII - Edición 216 29 de agosto de 2013

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Programa “Género y Derecho” - Jornadas de capacitación en trata de personas para profesores universitarios

  • Nota de Tapa

El 14 de agosto comenzaron las jornadas de capacitación en trata de personas para profesores universitarios en el marco del programa institucional “Género y Derecho”. Este primer encuentro tuvo lugar en el Salón Rojo y contó con las palabras de la coordinadora del programa Esclavitud Cero, Mercedes Assorati. La Decana Mónica Pinto expresó unas palabras introductorias recordando el enfoque de este programa institucional de la Facultad.

Seguidamente, Mercedes Assorati detalló los objetivos del programa Esclavitud Cero: la incorporación de la problemática sobre trata de personas como un contenido obligatorio en las universidades públicas, la búsqueda de una solución integral del problema trabajando desde la denuncia hasta la reinserción social, la asistencia y representación jurídica a las víctimas y la realización de convenios con organizaciones no gubernamentales y religiosas para la asistencia directa. “Se busca institucionalizar el tema de la trata para que los gobiernos entiendan qué es lo que está ocurriendo y hagan algo al respecto”, puntualizó.

Assorati se refirió a la trata como una forma moderna de esclavitud. En ese sentido, agregó que “en la actualidad hay más esclavitud que en cualquier otro momento de la historia de la humanidad” y sostuvo que el valor del ser humano se ha depreciado y ha pasado a ser prácticamente nulo. De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo, la trata de personas recauda anualmente unos 32 mil millones de dólares anuales, pero teniendo en cuenta la pérdida que representa para la economía la suma se eleva a 50 mil millones, montos superiores a los productos brutos y deudas externas de muchos países.

La expositora definió a la esclavitud como la situación en la cual una persona ejerce sobre otra los atributos del derecho de propiedad o alguno de ellos (poder de compra de venta, de vida, de muerte, de tortura). Al referirse a la esclavitud, distinguió que ésta puede ser tanto laboral como sexual y mencionó como características del trabajo forzoso la falta de voluntariedad, la explotación y la situación de vulnerabilidad de las víctimas.

Además, mencionó la Convención suplementaria sobre la Abolición de la Esclavitud, que establece como institutos considerados como formas modernas de esclavitud a la servidumbre por deudas, la servidumbre de la gleba, la obligación de una mujer a contraer matrimonio y las prácticas en virtud de las cuales un niño o joven es entregado por sus padres con el propósito de que se explote su persona. En virtud de esta normativa ya no es posible solamente legislar en base a la ley nacional ya que ésta y otras Convenciones son parte integrante de la Constitución y deben ser aplicadas.

En la misma línea argumental, comentó la preocupación de la comunidad internacional por la masividad que empiezan a tener estos delitos en los últimos veinte años a partir de la globalización y de la globalización del negocio del crimen organizado. De acuerdo con el último informe de las Naciones Unidas, en el año 2012 se encontraron víctimas de trata de 136 nacionalidades diferentes, siendo 118 los países explotadores y 460 las rutas de la trata. Sin embargo, esta preocupación no está centrada en los derechos de las víctimas sino en la persecución penal del crimen organizado.

Siguiendo con su exposición, Assorati mencionó como problema central en el delito de trata que “la mayor parte de las víctimas de trata no tiene conciencia alguna de su explotación” ya sea por una cuestión cultural, familiar o por su vulnerabilidad. “La obligación del Estado es brindar protección a todos, sea cual sea su origen”. La reparación y restitución de derechos para las víctimas puede darse desde lo civil, laboral y administrativo porque “las víctimas de trata son víctimas de grandes violaciones a los derechos humanos y por tanto el Estado tiene la responsabilidad de reparar a esas víctimas y garantizar la no repetición de esas violaciones”, concluyó.

“La mayor parte de las víctimas de trata no tiene conciencia alguna de su explotación”, resaltó Mercedes Assorati.