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Año V - Edición 88 15 de junio de 2006

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Primer Taller Internacional sobre Sinergias Ambientales entre las Aguas Continentales y las Marinas

  • Nota de Tapa

En el Diccionario de la Real Academia Española, la palabra Sinergia significa “Acción de dos o más causas, cuyo efecto es superior a la suma de los efectos individuales”. En términos ambientales, sería algo así como el encuentro de dos o más ecosistemas que en conjunción pueden transformar radicalmente la situación de todo el conjunto, ya sea enriqueciéndolo o contaminándolo.

Movidos por esta lectura particularmente nueva de los fenómenos naturales, la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica y la Secretaría de Investigación de nuestra Facultad, subsidiaron la realización en nuestro país del “Primer Taller Internacional sobre Sinergias Ambientales entre las Aguas Continentales y las Marinas”. Durante los días 29 y 30 de mayo, profesores y especialistas de distintas latitudes se congregaron para dar un debate acerca de los últimos descubrimientos en materia hídrica y, sobre todo, para generar “sinergias académicas”, a través de la colaboración y el intercambio de conocimientos interdisciplinarios y transfronterizos.

En el acto de apertura, la Dra. Griselda Capaldo explicó que la propuesta tuvo como fin el hallazgo de visiones globales y complejas sobre los temas ambientales. De este modo, sostuvo que este tipo de discusiones deben atravesar tanto el mundo científico, como el académico y el institucional, para así poder de una vez por todas superar el discurso jurídico “ascético”.

En un mismo sentido, el Vicedecano de la Facultad, Dr. Tulio Ortiz, comentó que se debió a ese intento por conjugar las distintas disciplinas, que la Secretaría de Investigación ha brindado todo el apoyo posible a la actividad. “En la ciencia actual hay más una tendencia a cerrarse que a superar diferencias” —expresó—, de modo que no dudó en felicitar a los organizadores y participantes del encuentro por la iniciativa.

A continuación, Derecho al día tuvo el privilegio de presenciar una de las conferencias centrales del Taller, a cargo del Dr. Christian Guy Caubet, venido directamente desde la Universidad de Santa Catarina, Brasil, quien tuvo como eje de exposición el problema actual de los Recursos Hídricos en las Relaciones Internacionales.

Nuestro invitado comenzó desarrollando un concepto que hoy está en boga: sociedad de riesgo. Esta frase fue inventada por el alemán Ulrich Beck en 1973, para quien las sociedades postindustriales se caracterizan por generar impactos gigantescos y desastrosos en sus contextos, a causa de las nuevas y complejas formas de producción.

Caubet, sin embargo, indicó que el problema ambiental no consiste tanto en una situación de hecho ingobernable por lo inabordable, sino que tiene que ver más con la terrible falta de información que impera entre la gente. Peor aún, es el ocultamiento y la falsedad deliberada de muchos gobernantes lo que a la vez impide ver la realidad de los hechos y evita que la ciudadanía reclame la realización de medidas políticas concretas.

En lo que corresponde al agua, en 1997 se celebró una Convención en Nueva York que nunca entró en vigor, donde se estipulaba una colaboración estrecha entre Estados ribereños. 
“Los países de la Cuenca del Plata nunca firmaron ese texto” —indicó nuestro invitado— porque en verdad en América del Sur la cuestión de la navegación “ya no es un problema”, sino que las preocupaciones por esta región pasan hoy por el consumo y la contaminación de los recursos.

En ese sentido, Caubet se mostró muy crítico respecto a los discursos universales imperantes. Según su visión, existe una concepción del mundo heredada desde la época de la colonización, a través de la cual los países desarrollados miran con cierto desprecio la naturaleza. “No entienden la lógica de la preservación” —agregó. De ese modo, para nuestro expositor impera el prejuicio de que los “salvajes” del tercer mundo no saben aprovechar sus recursos de forma políticamente correcta.

Entonces, “¿qué sucede?” —continuó Caubet. El agua potable pasa a ser declarado un recurso de interés universal que, como tal, da lugar a la fiscalización directa de la comunidad internacional sobre su uso, perturbando la soberanía de los países en desarrollo. Mientras que en las décadas del sesenta y setenta se intentó desde la ONU una especie de cooperación o injerencia consentida en los países, lo que hay ahora es una “máscara ideológica” que, bajo el discurso del interés universal humanitario, esconde la pretensión de inmiscuirse en las políticas tercermundistas. “Hay una persistencia muy grande en este sentido”, —opinó nuestro especialista con cierta desconfianza.

Siguiendo con la desmitificación de tan bienvistas afirmaciones, Caubet subrayó que las guerras del futuro difícilmente vayan a basarse en las disputas por el agua, por el simple hecho de que las batallas se terminarán librando cuando menos estemos hablando de ellas. Para aclarar esto, explicó que, sin darnos cuenta, hoy la trasferencia de los recursos se da a través del “agua virtual”. Mediante esta modalidad, el líquido viaja hacia países con escasos recursos hídricos insertado en productos embutidos. Es decir que cada vez se exportan  más alimentos con mayores contenidos de agua, pero sin que nos percatemos de ello.

Ante este panorama, y para terminar, el profesor Christian Guy Caubet propuso como posible solución en la que todas aquellas personas que tengan conocimientos sobre estos problemas se dediquen incansablemente a la divulgación entre toda la población.