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Año XIII - Edición 239 23 de octubre de 2014

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Presentación del libro “Memorias entre dos mundos”, de Mario Bunge

  • Nota de Tapa

Con una gran asistencia, el pasado 1º de octubre tuvo lugar la presentación del libro “Memorias entre dos mundos”, de Mario Bunge,en el Salón Rojo de la Facultad de Derecho.

Para comenzar, el Presidente de Eudeba, Gonzalo Alvarez, consideró que la presentación de un nuevo libro es siempre una satisfacción pero en algunas ocasiones existe una satisfacción adicional. “Este es el caso, por la relevante personalidad científica de Mario Bunge, la admiración por su trayectoria, tan diversa y profunda”, manifestó. Consideró que tiene una fuerte identificación personal con muchas partes del libro. “Uno reconoce cosas que nos han pasado a muchos que nos dedicamos a la vida universitaria”, remarcó. Así, consideró que el libro es atrapante, además de referirse a varios temas. “Es profundo y académico, pero también de lectura muy amena y divertida”, estimó.

Acto seguido, Javier López de Casenave realizó un “elogio de la juventud de Mario Bunge”. Destacó que Bunge se reúne con jóvenes porque eso lo ayuda a mantenerse joven. “Creo que he tenido una suerte muy grande por haber conocido a Mario hace no mucho y creo que tengo el honor de contarme entre las personas con las cuales él cotidianamente intercambia sus impresiones”, afirmó. Señaló, entre otras cuestiones, la gran vitalidad y el ritmo de actividad de Bunge. Recordó, asimismo, que hace cinco años se creó un seminario que se dicta en la Facultad de Ciencias Exactas, el cual permite interactuar personalmente con Bunge.

Seguidamente, Pablo M. Jacovkis expresó que Mario Bunge le ha contado anécdotas sobre la adolescencia de su padre. Entre otros puntos del libro, destacó las pinceladas de época. “Dos cosas de la juventud de Mario siempre me impresionaron y están claramente descriptas: la Universidad Obrera, con un selecto grupo de profesores (…) y la Revista Minerva”, mencionó. Indicó que es notable la discreción de Mario respecto a algunas facetas de su vida. “Sin haberse graduado (…) publica en 1945, como único autor, un artículo sobre física en Nature, posiblemente la revista científica más importante del mundo”, resaltó. Hacia el final, Jacovkis comentó que a lo largo de todo el libro Bunge realiza una defensa cerrada de la ciencia contra la pseudociencia. “Mario aclara que no hace falta ser científico profesional para defender la ciencia (…) Razonar científicamente no es privilegio de los científicos, cualquiera puede y debe hacerlo”, analizó Jacovkis.

A continuación, Alfonso E. Lizarzaburu denominó a su presentación “Mario Bunge: filósofo, epistemólogo y humanista argentino-canadiense universal. Prometeo liberado”. El orador expresó que Bunge hace de su vida su obra maestra y estimula a empujar los límites de la ignorancia y vivir una vida basada en la verdad, la justicia, la solidaridad, la belleza, el coraje, la perseverancia y la integridad. Lizarzaburu estableció un puente entre el Prometeo griego y el Prometeo argentino-canadiense, Mario Bunge. “Don Mario es para mí Prometeo liberado porque lanza sus flechas amorosas hacia un proyecto de vida enraizado en la larga e inconclusa historia de la humanidad, de la que él se apropia permanentemente”, prosiguió.

Luego, Lilian O´Connell de Alurralde recordó que conoció a Bunge en Buenos Aires durante el tiempo del retorno a la democracia, lo que permitió su regreso al país y su reintegro a la carrera diplomática, carrera de la que había permanecido apartada durante el autotitulado Proceso. No obstante, puntualizó que fue su destino en Canadá el que creó la posibilidad de un mayor acercamiento a Bunge y a Marta. Evocó numerosas anécdotas y repasó la relación de amistad que la une con el autor de la obra. “No hay personas más naturales y llanas que Mario Bunge y Marta”, consideró. Con relación a la filosofía del derecho, entendió que durante un largo tiempo quedó huérfana de una concepción más general, de una lógica, de una gnoseología, de una ontología, y fundamentalmente, de una axiología. “También es cierto que como reacción a ciertas fórmulas del derecho natural, consideramos durante mi época de estudio que lo único importante era el derecho positivo y cualquier otra cosa no era científica. Sin embargo, de ese modo, quedaba siempre fuera del campo del abogado el tema de la lege ferenda y eso me parece que ha sido uno de los empobrecimientos de la filosofía del derecho”, describió.

Por su parte, Miguel A. Quintanilla Fisac declaró que aunque conoce a Bunge hace muchos años nunca tuvo oportunidad de utilizar un foro para dejar explícito su reconocimiento. También evocó su relación con Bunge y entendió que era el único de los presentes que era filósofo profesional, aquellos que Bunge fustiga en sus memorias. “Tiene excepciones, una de ellas parece que soy yo”, manifestó. Por otra parte, entendió que es un filósofo profesional atípico, aprendiendo de Bunge que se puede realizar filosofía sobre la base del conocimiento que se puede obtener en otros sitios, como la ciencia, la tecnología o la experiencia cultivada con el máximo nivel de profesionalidad posible.

Posteriormente, Gustavo Romero describió como “extraordinaria” la publicación de este libro en castellano por parte de Eudeba y Gedisa. “Es extraordinario por dos razones: por la trayectoria de Mario y porque la obra filosófica de Mario Bunge también es extraordinaria. Si uno tiene que pensar en un filósofo comparable con Mario Bunge, el único nombre que se me ocurre es Bertrand Russell”, analizó. Además, destacó particularmente la coherencia en la obra de Bunge.

Finalmente, Mario Bunge tomó la palabra y expresó su agradecimiento a los expositores y presentes.

“Mario aclara que no hace falta ser científico profesional para defender la ciencia (…) Razonar científicamente no es privilegio de los científicos, cualquiera puede y debe hacerlo”, analizó Pablo M. Jacovkis.