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Año XVII - Edición 302 17 de mayo de 2018

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Presentación del Diccionario Panhispánico del Español Jurídico

  • Nota de Tapa

En el Salón Rojo, el pasado 26 de abril se llevó adelante la presentación del Diccionario Panhispánico del Español Jurídico, dirigido por Santiago Muñoz Machado.

Participaron del encuentro el decano de la Facultad, Alberto J. Bueres; el embajador de España en Argentina, Javier Sandomingo Núñez; el profesor emérito de la UBA, Juan Carlos Cassagne; Ismael Mata, coordinador por la República Argentina de la obra presentada;el presidente de la Academia Argentina de Letras, José Luis Moure; y el director de la obra.

Para comenzar, el decano Alberto J. Bueres remarcó: “Constituye para esta Facultad y para mí en lo personal una elevada distinción realizar este acto de presentación. No se trata de un simple acto de extensión universitaria, sino que por sobre ello hoy se presenta el diccionario por primera vez en el mundo del derecho”. Asimismo, explicó que la obra cuenta con la participación de la Real Academia Española, el Consejo del Poder Judicial, como así también de las cortes y tribunales superiores de Iberoamérica y de las academias de la lengua de esta región. Luego manifestó que “el trabajo contempla las particularidades de léxicos que se evidencian en los países de habla hispana, todo lo cual ofrece un marco de seguridad jurídica para la común comprensión entre los hispanoparlantes que sin duda nos une y enriquece”.

Seguidamente, Juan Carlos Cassagne comenzó diciendo que “el libro no podría haberse llevado a cabo sin el impulso decidido de un director de la talla y el calado de Santiago Muñoz Machado, que ha tenido que superar las múltiples dificultades y problemas que se presentan en esta clase de emprendimientos culturales, desde la integración del equipo de colaboradores a los más mínimos detalles de la tarea editorial”.

Más adelante, se refirió a la trayectoria de Muñoz Machado. “Es una persona que, aparte de la cátedra, el ejercicio de la profesión y algún negocio lícito por añadidura, ha venido ocupando su tiempo en escribir sobre las más variadas materias”, expresó.

En cuanto al libro, sostuvo: “Ha roto con la tradición enciclopedista y nos regala un trabajo realmente único y original”.

Ismael Mata, por su parte, desarrolló que “en su erudita presentación de la obra, el profesor Muñoz Machado señala, en la línea de la valiosa tradición de la Real Academia de la Lengua, que se concibió al diccionario como diccionario de autoridades, sirviéndose con amplitud del léxico jurídico y de las fuentes de la literatura clásica española, ya que el vocabulario de las leyes reflejaba las formas de vida, las peculiaridades de las relaciones sociales y los avatares de la convivencia mejor que ningún otro texto”.

Por otra parte, detalló: “En nuestra participación en la segunda edición del diccionario, hemos seguido el método de trabajo para colaboradores americanos, propuesto por la dirección de la obra y teniendo muy especialmente en cuenta el texto de su primera edición”.

Acto seguido, José Luis Moure señaló que “la lengua como instrumento exclusivamente humano para la comunicación general cobra un extraordinario relieve cuando es vehículo jurídico”. En este sentido, agregó que “siempre, como ocurre en otras disciplinas, y en el derecho sin ninguna duda, la palabra tiene la necesidad de ser precisa conceptualmente y la necesidad en sus elementos y en sus términos de ser unívoca”.

Además, contó que el español, o el castellano, es una lengua de quinientos millones de hablantes y de veintitrés naciones y lleva quinientos veintiséis años en América y doscientos años de un andar independiente políticamente. Remarcó también que la Academia Argentina de Letras se prestó gustosa a colaborar con este diccionario y concluyó que espera que “este corpus panhispánico de la lengua de todos sea uno de los muchos productos en los cuales esta lengua de veintitrés naciones siga creciendo, siendo compartida y sea nuestra sin ningún otro tipo de discusión”.

Finalmente, Javier Sandomingo Núñez puntualizó que la “idea de organizar el conocimiento jurídico por palabras, y no por instituciones de las que se explica todo, quebró poco tiempo después porque desde la edad moderna hacia adelante se han hecho, fundamentalmente, grandes exposiciones donde escogiendo conceptos o instituciones significadas se explica todo y se pierde un poco la idea de hacer diccionarios lingüísticos”.

A continuación, se enfocó en las diversas razones por las cuales se decidió hacer un diccionario de las palabras jurídicas. Una de ellas es que el diccionario de la lengua no recoge todo el léxico español y enfatizó que “en estos tiempos de digitalización no hay ninguna razón para no ir sucesivamente coleccionado la totalidad del lenguaje del español”. Como otro motivo, se refirió a la necesidad de ampliar los diccionarios ordinarios con diccionarios especializados, ampliación promovida por la incitación externa de los poderes públicos que quieren que las academias les ayuden a arreglar lo de lo oscuridad del lenguaje, en particular el jurídico.

Sobre el desarrollo del libro, detalló que se utilizó el método lexicográfico, que consiste en proveer definiciones de las palabras hechas con pocas palabras y con tendencia a tener mucho contenido explicativo.