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Año XVIII - Edición 332 12 de diciembre de 2019

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Presentación de los resultados de la encuesta sobre percepción de derechos humanos de estudiantes de la Facultad

  • Nota de Tapa

En el Salón Rojo, el pasado 21 de noviembre, se llevó a cabo la presentación de los resultados de la encuesta sobre percepción de derechos humanos de estudiantes universitarios de la Facultad de Derecho de la UBA, realizada y organizada conjuntamente por el Centro de Derechos Humanos (CDH) y el Centro Internacional para la promoción de los Derechos Humanos (CIPDH – UNESCO). Participaron de la actividad: Patricia Tappatá Valdez (directora del Centro Internacional para la Promoción de los Derechos Humanos), Liliana Ronconi (coordinadora del Centro de Derechos Humanos de la Facultad), Silvina Zimmerman (doctora en Derecho y profesora adjunta regular de la materia Derechos Humanos y Garantías), Gustavo Maurino (director nacional de Promoción y Fortalecimiento de Acceso a la Justicia del Ministerio de Justicia de la Nación) y Natalia Debandi (directora de proyectos del Centro Internacional para la promoción de los Derechos Humanos).

Al comienzo, Patricia Tappatá Valdez afirmó que “lo interesante de este proyecto ya terminado es cuánto de los que los jóvenes perciben se corresponde con un aprendizaje discursivo o temático, de manejo del lenguaje, en una sociedad como la argentina, donde por razones históricas el tema de los derechos humanos siempre tuvo centralidad en la agenda pública”. Y agregó que “la memoria y el recuerdo o el conocimiento aunque sea superficial de lo ocurrido durante la ruptura del Estado de derecho es sin duda una percepción que va a teñir el discurso de los jóvenes”.

En ese sentido, sostuvo: “Me parece particularmente interesante indagar en cómo ese conocimiento se corresponde, si se corresponde, o está acompañando los saberes específicos que los estudiantes de derecho en particular tienen sobre la institucionalidad que deben proteger o que existe para proteger esos derechos y/o sobre los grupos que aparecen y ellos mismos identifican que padecen de manera sistemática la vulneración de los derechos”. Por otro lado, señaló que “la segunda variable que me interesa indagar quizás de acá a un tiempo es el grado de relación en la vida diaria de este grupo que investigamos con los sectores que aparecen como vulnerables”.

Por su parte, Liliana Ronconi explicó brevemente en qué se basó la encuesta: “Consistió en un instrumento con treinta y siete preguntas que se llevó a cabo en abril del 2018. Antes habíamos hecho una prueba piloto con el instrumento y lo sometimos a discusión de algunos expertos y expertas en derechos humanos y con eso armamos el documento final que tuvo cinco ejes: percepción general sobre derechos humanos, percepción sobre juventud y derechos humanos, educación en derechos humanos, derechos específicos y caracterización de las personas encuestadas”.

A continuación, destacó algunas conclusiones derivadas del análisis de los resultados. “La valoración positiva en el concepto de derechos humanos es una ganancia que tenemos que quizás tiene que ver con la educación en materia de derechos humanos que se viene llevando a cabo”, enfatizó. Por otro lado, señaló que los y las estudiantes reconocieron a la identidad de género como el campo en el que se han logrado mayores avances. No obstante, los y las jóvenes consultados/as manifestaron preocupación por la desigualdad y los derechos económicos, sociales y culturales. “La pobreza se ha identificado como el campo con mayores retrocesos y creo que es un punto central para nosotros como Centro de Derechos Humanos”, planteó y agregó que “pese a que las personas dicen tener mucha información materia de derechos humanos, no saben dónde acudir ante esas violaciones y no conocen instituciones que no sean privadas o no gubernamentales para hacer denuncias”.

En tanto, Silvina Zimmerman celebró la valoración positiva del concepto de derechos humanos que evidencian los resultados y representan “una importante apropiación de los derechos humanos como instrumento de defensa y de protección”.

Luego destacó la consolidación del proceso de memoria, verdad y justicia en la Argentina. “Se llevaron adelante políticas de verdad, de memoria, políticas reparatorias, que tienen que ver con los más grandes crímenes de lesa humanidad cometidos en Argentina”, indicó y agregó que “esa gama enorme de políticas de diversa índole confluyen y blindaron un sentido sobre el proceso de memoria, verdad y justicia”.

Asimismo, vinculó las percepciones en torno a la identidad de género y diversidades a las reformas normativas que se produjeron en los últimos años en Argentina. “La ley de matrimonio igualitario, la ley de identidad de género, y la última la reforma del Código Civil pudo avanzar o profundizar en romper las condiciones tradicionales de la familia y de los géneros”, aseguró.

Finalmente, señaló que se observa una enorme conciencia sobre la situación de desigualdad en Argentina: “A la vez que se reconocen esas enormes brechas y el problema de desigualdad en Argentina son valorados positivamente en un porcentaje enorme los distintos colectivos que están en una situación de vulnerabilidad agravada o en una situación desestructural diciendo que tiene que haber políticas diferenciadas para esos grupos: personas trans, pueblos indígenas, los migrantes, en menor medida”.

Seguidamente, Gustavo Maurino sostuvo que “nuestras nuevas generaciones son hijas del paradigmas de los derechos humanos de una manera en que aun quienes estamos en la docencia todavía no terminamos de decodificar. Todavía estamos en paradigmas que asumimos que hay que convencer culturalmente sobre eso y parece que ya no hay una batalla cultural”. En relación con lo anterior, expresó que “el hecho de que el ideal de los derechos humanos, que la cultura de los derechos humanos o que el aprendizaje discursivo sea un capital generacional es de una significación enorme”.

Por otro lado, manifestó que “el desafío de los derechos humanos para esta generación hoy es el de la igualdad y de la exclusión. Y es muy claro y muy perceptible, y a su vez me genera incomodidad, las escasas o mínimas herramientas que están adquiriendo para lidiar con este desafío”. Y añadió un último elemento asociado a cómo se trabaja y enseña en materia de derechos humanos. “Hay alguna tensión cuando uno baja del paradigma o del ideal de los derechos humanos a su práctica cotidiana y a su implementación. Los derechos son un terreno del barro y de la disputa también. Deberíamos aceptar que su implementación, límites y competencias recíprocas son polémicas”, concluyó.

Para finalizar, Natalia Debandi señaló que “más allá de lo metodológico y pensando para qué sirven las encuestas y qué podemos hacer con esto, la idea de recopilar datos tiene que ver con que son imprescindibles para la toma de decisión”. Y sumó que es necesario “salir del diseño de políticas o estrategias o discursos basados solo en las propias percepciones sino por lo menos en el cúmulo cuantitativo de las percepciones de otros”.

Además manifestó que el análisis de los resultados de la encuesta permite concluir que “los derechos humanos como concepto no sean puestos en duda, que sean un piso mínimo, para poder decir algunas cosas con cierto sustento, cierto valor y para seguir ampliando. Tenemos estos datos y podemos ir indagando en nuevas dimensiones para poder ir afinando las políticas de educación en la universidad y en otros ambientes”.