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Año XVI - Edición 284 18 de mayo de 2017

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Ciclo de almuerzos académicos para profesores de la Facultad

Políticas y poéticas de la memoria. Mirando desde lejos, y desde perspectivas filosóficas nuestra historia reciente

  • Nota de Tapa

En el marco del ciclo de almuerzos académicos para profesores de la Facultad, el pasado 9 de mayo tuvo la palabra Claudio Martyniuk, profesor titular regular de Teoría del Derecho, quien se refirió a “Políticas y poéticas de la memoria. Mirando desde lejos, y desde perspectivas filosóficas nuestra historia reciente”.

Tras una breve introducción por parte de la decana Mónica Pinto, el profesor Martyniuk se refirió a Platón, quien recuerda que Mnemósine, la diosa de la memoria, les regala a los humanos una capacidad: la de preservar la experiencia del pasado. “En Platón esta ofrenda divina tiene una importancia básica. En la filosofía que él construye, la noción de verdad está directamente vinculada a la memoria”, indicó. Asimismo, explicó que alétheia es un término que da cuenta del develamiento y es un término decididamente problemático para el ejercicio de la crítica racional. En este sentido, sostuvo que el concepto implica rememoración, implica una práctica permanente del desolvido: verdad como desolvido. Agregó que la búsqueda de Platón pasa por un ejercicio permanente de la rememoración. Por eso, en su búsqueda, encuentra un modo de, aparentemente, remediar el olvido. “Un modo tecnológico que comenzó a expandirse en la Antigüedad: la escritura”, puntualizó Martyniuk. En este marco, contó que gracias al profesor norteamericano Walter J. Ong sabemos cómo en las culturas orales primarias el ejercicio de la memoria depende de la oralidad y la oralidad depende de situaciones de interacción. “La enseñanza y la práctica pedagógica en una sociedad oral primaria básicamente está condicionada por lograr la empatía, la identificación y, al mismo tiempo, alcanzar, captar y preservar el sentido de algo fugaz”, describió y, dirigiéndose al público, manifestó: “Ustedes alcanzan a comprender lo que yo voy diciendo cuando termino de decir lo que digo”. Luego, resumió que esto es lo básico de una cultura oral primaria en la cual no hay grandes discusiones semánticas, no hay diccionarios ni problematizaciones sobre los sentidos del lenguaje que va a transmitiendo experiencias pasadas de generación en generación. “La memoria lo que hace es dar ese lazo (…). A través de la memoria enlazamos tiempos, enlazamos generaciones y enlazamos acciones”, enfatizó. Más adelante, señaló que la escritura, va a brindar un cambio en el ejercicio de la práctica de la memoria, ya que implica un contexto solitario de lectura y estudio y transforma la oralidad.

Seguidamente, el profesor reconoció que no sabemos lo que es una comunidad oral primaria porque nuestra experiencia oral está mediada por la lectura y por la escritura. Platón, expresó Martyniuk, ve a este artificio de la escritura como un remedio y como un veneno de la memoria. Esta es la doble cara de la idea fármacon: es un remedio pero también es un veneno. “Platón en el Fedro va a pensar a la escritura como inhumana porque saca de la mente lo que le pertenece a la mente, porque lo escrito no tiene respuesta en una situación de interacción y, sobre todo, porque promueve el olvido”, resaltó. En esta línea, el orador expuso que en la idea de Platón aparece la escritura como la condensación de aquello que vamos a olvidar y agregó que “podemos advertir este sesgo platónico en el olvido del contenido del archivo nacional” que cada tanto algún historiador revisa. Más adelante, reflexionó que paradójicamente Platón escribe en contra de la escritura en relación con el ejercicio de la política de la verdad: la rememoración. Hizo mención del contexto en el cual Platón escribe sobre esto. “La polis griega, sobre todo Atenas, nos presenta una ciudad partida, una ciudad filosóficamente partida”, recordó.

Posteriormente, hizo alusión a la concepción agustiniana de la memoria, que es fuertemente presentista. “Tenemos el presente las cosas pasadas, el presente las cosas por venir y el presente de las cosas presentes, pero es muy difícil de sostener en un contexto en el cual el sujeto de la memoria aparece en crisis”, opinó. Recordó también la divisa kantiana de “anímate a pensar”, que es la divisa de la Ilustración. “A través del ejercicio del pensamiento, la idea kantiana es justamente la posibilidad de formular ideales racionales que posibiliten pasar de la inmadurez a la madurez, que posibiliten alcanzar, en términos de las naciones, la paz perpetua y, en términos personales, la autonomía”, desarrolló.

Hacia el final, afirmó que la memoria se vincula a la constitución de personalidades y a la constitución de grupos. Dentro de este marco, aludió a Maurice Halbwachs quien en sus estudios sobre la memoria colectiva puso en tensión la relación entre memoria e historia. La memoria no está expuesta a los criterios de argumentación, de crítica, de demostración y de revisión que tiene la historia. “Sin embargo, él nos va a decir que la historia no es todo lo que queda del pasado, queda la memoria y la memoria cumple una función más importante justamente para la constitución de identidades colectivas”, destacó.