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Año III - Edición 47 13 de mayo de 2004

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Plan Fénix: Sociedad y Deuda Externa

  • Nota de Tapa

Los pasados días 27 y 28 de abril, tuvo lugar en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires el seminario interdisciplinario Sociedad y Deuda Externa en el marco del proyecto estratégico Plan Fénix.  Dimensiones sociales, políticas, económicas y jurídicas. Esta actividad fue organizada por las Facultades de Ciencias Económicas, Ciencias Sociales y Derecho.

El acto inaugural contó con la disertación de los Decanos Carlos A. Degrossi (Ciencias Económicas) y Atilio Alterini (Derecho), el Vicedecano de la Facultad de Ciencias Sociales, Eduardo Grüner y el Rector de la Universidad de Buenos Aires Guillermo Jaim Etcheverry.

Carlos A. Degrossi consideró que la errónea política económica de las últimas décadas, que prometía bienestar y prosperidad para todos a partir de la teoría del derrame, generó un despiadado abandono en las funciones básicas del Estado en materia de educación, salud, seguridad y, además, castigó a los jubilados y pensionados.  A raíz de ello sostuvo que “si Argentina mejorara su oferta a los acreedores, la consecuencia inmediata sería un aumento de la deuda social, poniéndonos en un abismo de violencia y pobreza que nos colocaría al borde de la disolución”.  En estas circunstancias, aseveró que la posibilidad de que los acreedores reciban una porción mayor de cancelación de deudas sería todavía más remota.  A continuación, mencionó el punto que estimó de mayor importancia, la discusión sobre la legitimidad de la deuda, debate en el cual tendría que haber estado comprometido todo el país.  Indicó que a lo largo de estos años se  alzaron algunas voces valiosas, como la de la Facultad de Derecho, se incoaron juicios, pero todos estos esfuerzos fueron insuficientes.  Afirmó que el tema de la legitimidad debe encararse respecto del origen y evolución de la deuda, y lo presentó como un ejercicio formidable para no dejar hechos impunes. En tal sentido, destacó que desde la Facultad de Ciencias Económicas y el Museo de la Deuda Externa se asumió el compromiso de aportar el análisis sobre este tema.

A su turno, Eduardo Grüner distinguió la deuda adquirida en forma ilegítima, y aún en los bordes de la ilegalidad, y la traslación de esa deuda al conjunto de la sociedad.  Afirmó que esto no nos exime de indagar acerca de sus causas, sus consecuencias, sus estructuras y su lógica.  Todo ello dando por descontado que esa interpretación constituye tan solo un momento imprescindible en la asunción de responsabilidad.  Consideró que es imposible hacer ciencia sin ese fundamento de responsabilidad, ya que sin eso la ciencia es una mera técnica de administración de lo existente, y no el compromiso intelectual hacia la producción de lo nuevo.

Estimó que es necesario comprender las características de esta nueva sociedad que se ha venido conformando en estas últimas décadas, para la que la deuda externa puede tomarse como un analizador privilegiado que está por detrás de muchos fenómenos. Entre ellos, el orador mencionó la crisis de la representación política, la explotación del trabajo, las altísimas tasas de desocupación o subocupación, la extrema pobreza, el cambio cualitativo o cuantitativo en la violencia social, etcétera.  Cerró su exposición señalando que este evento académico debe tomarse como un momento más, pero no un momento cualquiera, sino la ocasión de un compromiso con el cual la Universidad no sólo tiene el deber de ocuparse, sino una deuda social que saldar.

Inmediatamente después, Atilio Alterini recordó que en la Facultad de Derecho en el mes de julio de 2002 se reunió un conjunto de juristas de todo el país.  Allí, en lo que se denominó declaración de Buenos Aires (consultar http://), se promovió que la Argentina acudiera ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya, como viene siendo instado desde los foros europeos, para plantear la ilegitimidad de la deuda externa argentina, en todo o en parte.  Indicó que los argumentos jurídicos para un planteo de este tipo sobran y la probabilidad de su éxito es alta en razón de que en la deuda argentina los acreedores han actuado con abuso de derecho.  Juzgó que los acreedores usaron más de una vez el fraude como maniobra dolosa a espaldas del deudor y ello está evidenciado ya que algunos de los que negociaron la deuda externa argentina han sido contratados por los organismos internacionales con los que negociaron.  Mencionó que esto está demostrado porque en las primeras contrataciones los propios asesores de los acreedores hicieron un largo listado de cláusulas que eran jurídicamente inaceptables, y los abogados argentinos admitieron estas cláusulas en perjuicio del país.  Por otro lado, sostuvo que estos préstamos fueron concedidos para fomento y sin embargo han servido para la exclusión, la marginación, la pobreza, la enfermedad y la miseria, por lo que serían aplicables las teorías de la lesión, imprevisión y finalidad del acto.

Además, recordó que la usura, que es descalificada universalmente por todas las religiones, culturas y sistemas jurídicos, desacredita este tipo de actos donde hay un aprovechamiento de la situación del deudor, y en función de ella se establecen tasas de intereses descomedidas.  Citando a Eric Calcagno, señaló que si se hubiesen mantenido las tasas de interés en el seis por ciento anual y no hubiesen sido fijadas unilateralmente por los acreedores  en el veintidós por ciento, Argentina habría cancelado capital e intereses en la década de los ochenta.

Por otra parte, citó la Teoría de la Deuda Odiosa, que es aquella que contraen los gobiernos que no representan la voluntad popular. A raíz de ello recordó al juez William Taft, que fue presidente de los Estados Unidos, y que actuando como árbitro utilizó esta teoría para desechar reclamos de los acreedores.  A continuación, se refirió a la responsabilidad de los acreedores sosteniendo que “estos sabían que la deuda era impagable y sin embargo siguieron prestándole al país, a una Argentina mal gobernada, mal dirigida”.  A este respecto indicó que la responsabilidad de los acreedores en materia de deuda tiene un viejo linaje.  Mencionó que la Corte de Paris en 1817 descalificó títulos que habían sido emitidos en los tiempos de Napoleón Bonaparte, porque este era un gobierno autoritario.  Estimó que en algún momento hay que hacer cuentas y verificar cuanta de la deuda que tenemos fue contraída por gobiernos antidemocráticos.

Para cerrar, recordó que la declaración de Buenos Aires recibió rápidamente el apoyo de la Universidad de Buenos Aires, de la Universidad Nacional de Córdoba, del Senado de la Provincia de Buenos Aires, de la Federación Argentina de Colegios de Abogados, del Colegio Público de Abogados de la Capital Federal y fundamentalmente del ParLatino –parlamento latinoamericano-.  El ParLatino instó a que todos los países de la región hiciesen presentaciones ante la Corte Internacional de Justicia, como la propuesta desde la Facultad de Derecho a través de la denominada “doctrina Espeche”. Esta doctrina supone analizar la legitimidad de la deuda y su estudio minucioso para descartar todas sus demasías y que tan solo quede su esencia. Culminó recordando el mensaje de Ortega y Gasset para que definitivamente “vayamos a las cosas” y pensemos un país bien diseñado y logremos de esta manera una declaración de ilegitimación total o parcial con efecto vinculante ante la Corte Internacional de Justicia.

Al cierre del acto de apertura, el Rector de la Universidad de Buenos Aires manifestó su total satisfacción por acompañar al grupo del Plan Fénix en una de sus tan auspiciosas iniciativas como es la de analizar un problema central para la sociedad argentina. Advirtió que es un orgullo que la Universidad se comprometa con la sociedad juntando a la mejor de su gente para analizar esta cuestión.

Posteriormente, Aldo Ferrer tuvo a cargo la conferencia inicial dónde analizó la relación entre la deuda externa, el patrón económico y el régimen político en el último cuarto de siglo de la Argentina.

El día 28 de abril se inició la segunda jornada del seminario en dónde se realizaron una serie de exposiciones y debates sobre diferentes temáticas relacionadas con el enfoque y análisis interdisciplinario de la deuda externa. Como resultado de estas exposiciones se arribaron a trascendentes conclusiones.

Mabel Thwaites Rey, moderadora del panel “Política y Sociedad frente a la Deuda Externa” –del que participaron los expositores Franco Castiglioni, Adriana Clemente y los comentaristas Alejandro Rofman y Enrique Zuleta Puceiro– fue la encargada de exponer las conclusiones. 

Indicó que cuando nos referimos a los aspectos sociales y políticos de la deuda nos planteamos cuestiones implicadas en el funcionamiento de lo económico que en su seno está absolutamente impregnado de poder.

Se destacó como punto central la influencia de los organismos internacionales en el diseño de las políticas sociales en nuestro país, ya que muchas de estas políticas respondieron a esquemas impulsados por los organismos internacionales de crédito. Como consecuencia de ello, se entendió que el financiamiento externo de las políticas sociales actúa como elemento condicionante para la construcción de una política autónoma. Atar el financiamiento de los programas básicos de subsistencia de una inmensa población a créditos internacionales entraña el peligro de ser sometidos al chantaje. Esto se ve en la posibilidad de cortar la continuidad de estos programas si el país no se aviene a pagar las metas contraídas con estos organismos. Se anunció que el debate que se viene tiene como eje poder apartar el financiamiento externo a los programas sociales y costearlos con recursos propios para evitar la compulsión como elemento central a tener en cuenta.

Mercedes Marco del Pont, moderadora del panel: “Deuda, Crecimiento y Distribución. La brecha de Viabilidad”, –del que participaron como expositores Saúl Keifman, Benjamín Hopenhayn, Alejandro Vanoli y los comentaristas Eduardo Barbarosch y Ricardo Aronskind– fue la encargada de sintetizar las propuestas.  En este sentido, se propuso que se debe discutir en la próxima negociación con el Fondo Monetario Internacional la totalidad del régimen de política económica. Para ello, hay que discutir los costos y beneficios de las alternativas que se van planteando.

Por otra parte, se entendió que debe darse una reformulación integral que pasa por resolver definitivamente la cuestión redistributiva.  Resuelto esto, debe orientarse a una discusión más de fondo, que implica determinar cuál es el rol que va a tener el mercado interno en el proyecto de desarrollo productivo.

Asimismo, se entendió que hay muchas áreas para generar diversos proyectos en materia de política económica. Para ello, el aporte que se puede hacer desde el plan Fénix es plantear que existen otros espacios. La realidad ha demostrado cabalmente que hay economías que han avanzado logrando salir de la trampa de la recesión contradiciendo lo que son las recetas tradicionales.

Por otra parte, se sostuvo la necesidad de plantear como alternativa la posibilidad de no acordar a la hora de negociar con el Fondo Monetario. Esto de ningún modo debe entenderse como una ruptura de las relaciones con el organismo. Solamente significa que toda alternativa que no sea conveniente para la Argentina no debe aceptarse.

Juan Vicente Sola, moderador del panel “La Deuda Externa desde la óptica jurídica: Alternativas de Tratamiento” –del que participaron como expositores Alberto Dalla Vía, Miguel Ángel Espeche Gil y los comentaristas Amanda Caubet y Marcelo Lascano–,  expuso las siguientes conclusiones:

Se realizaron algunas propuestas concretas en función de los diversos puntos tratados en el panel. La primera de ellas fue solicitar una opinión consultiva ante la Corte Internacional de Justicia a instancia del Embajador Espeche Gil. De esta manera, se busca llamar a la Comunidad Internacional a discutir sobre la legitimidad de la deuda. Por otra parte, se sostuvo que la Argentina no se defiende bien, ya que falta un discurso jurídico serio y detallado para convencer a la comunidad internacional de la gravedad de la situación.

Asimismo, se debe controlar la constitucionalidad de cómo el Estado se compromete y después ver la consecuencia que tiene contraer determinadas obligaciones ante los organismos de créditos internacionales.

Hacia el final de la jornada, Jorge Schvarzer tuvo a cargo la exposición “Hacia una estrategia para la deuda en un marco de crecimiento con equidad”. Concluyendo el seminario los representantes del Proyecto Estratégico Plan Fénix dieron lectura a una carta titulada “Al borde de la ilegitimidad la intervención del Fondo Monetario Internacional en la renegociación de la deuda externa”.  Esta se redactó en respuesta a las recientes declaraciones de las máximas autoridades de los organismos internacionales de crédito, en las que insistieron que el Estado argentino acuerde con los tenedores de título de deuda en default mejorando la oferta formulada en Uruguay el año pasado.