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Año XV - Edición 274 06 de octubre de 2016

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Encuentro de Derechos Humanos con Gustavo Maurino

Perspectiva de derechos humanos en el ejercicio profesional

  • Nota de Tapa

El pasado 22 de septiembre, organizado por el Centro de Derechos Humanos (CDH), tuvo lugar un encuentro con Gustavo Maurino, en cuyo marco se analizó la perspectiva de derechos humanos en el ejercicio profesional. El invitado es coordinador de Prácticas Profesionales y profesor de la carrera de Abogacía y de la Maestría en Derecho de la Universidad de Palermo, de la Universidad de Buenos Aires y de la Universidad de San Andrés. Asimismo, es cofundador de la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ), donde se desempeñó durante 10 años como codirector. Además es Integrante de la Clínica Jurídica de Derecho de Interés Público de la Universidad de Palermo. Actualmente se desempeña como Director Nacional de Promoción y Fortalecimiento de Acceso a la Justicia, en el Ministerio de Justicia de la Nación.

Para comenzar, Martín Sigal, director del CDH, brindó una breve introducción y presentó al orador. De esta manera, Gustavo Maurino recordó que cuando comenzó a estudiar abogacía no sabía por qué ni para qué. “Me generó una fascinación tener que buscar cuál era el sentido de lo que estaba haciendo”, expresó. El orador compartió que cuando estudió no había filosofía, sociología, economía, teoría política o perspectiva de género, sino que se estudiaban normas de todo el mapa del derecho argentino. No obstante, sí encontró algunos profesores que le mostraron que “entre donde yo estaba y lo que el derecho demandaba había un abismo para recorrer, fue una suerte en mi carrera”. Esto alimentó la dimensión de la búsqueda. “Yo tenía que buscar un sentido a qué estaba haciendo y para qué lo estaba haciendo”, añadió. Compartió que se recibió en Córdoba en 1993. Luego, relató sus primeros años en Buenos Aires y resaltó la importancia de haber construido una comunidad de educadores. “Fue una plataforma descomunal. No era un trabajo estable, no era el apoyo de algún político o padrino, nada de eso yo lo comparo con la fuerza que te da construir una comunidad de gente que asume la misma clase de desafíos. Se aprende con todos y permiten recordar qué es lo importante”, subrayó. Así, este grupo de amigos de la profesión lo iluminó en sus primeros años de vida profesional. En este cruce, contó Maurino, comienza a llegar a la práctica de los derechos humanos. Dirigiéndose a los presentes, indicó: “La práctica de los derechos humanos está en su vida cotidiana casi como el Código Civil o la ley de sociedades. En mi caso fue diferente, yo llegué a los derechos humanos porque estábamos buscando respuestas a problemas que nos preocupaban, en esta experiencia de la clínica jurídica”. El lenguaje, las instituciones, las prácticas, las herramientas de derechos humanos fueron el punto de llegada de la respuesta que mejor encajó para dar cuenta a esa clase de problemas. Maurino añadió que él nunca sacralizó ni formalizó los derechos humanos. “Los derechos humanos eran como arcilla, no entendía ni me orientaba hacia la institucionalidad de los derechos humanos sino a respuestas a esos problemas que teníamos”, remarcó. En la misma línea argumental, consideró que lo fascinante de los derechos humanos es que tiene respuestas mejores y casi únicas para los grandes problemas. También hizo referencia a la vinculación de los derechos humanos con el valor de la igualdad. Una sociedad genuinamente igualitaria se construye recorriendo el camino de los derechos humanos. Para cualquiera que asocia la profesión de la abogacía con la responsabilidad de construir una sociedad igualitaria, los derechos humanos son el pan de cada día. En algún punto, yo pude responderme quién era cuando pude vivir esta práctica de abogado de derechos humanos”, aseveró. Más tarde, afirmó que los derechos humanos iluminan oscuridades, como la de la dictadura, la tortura de la policía, la pobreza extrema, las cárceles o los manicomios. “Quienes asociamos la vivencia de la abogacía con la responsabilidad de contribuir a la justicia no tenemos mejor vela que la práctica de los derechos humanos. Cualquier cosa que sea importante está escrita en el lenguaje de los derechos humanos”, enfatizó.