¡Seguinos!

Año XX - Edición 353 29 de abril de 2021

Buscar

¿No dejar a nadie atrás? Las políticas públicas en derechos humanos en permanente encrucijada

  • Nota de Tapa

El 14 de abril la Dirección de Relaciones Internacionales y el Ciclo de Cursos Online de la Facultad junto al Instituto de Políticas Públicas en Derechos Humanos (IPPDH) del Mercosur organizaron la conferencia magistral "¿No dejar a nadie atrás? Las políticas públicas en derechos humanos en permanente encrucijada", a cargo de Javier Palummo, director de investigación y gestión de la información, coordinador de la Escuela Internacional del Instituto de Políticas Públicas en Derechos Humanos del Mercosur, y miembro experto y relator del Comité Asesor del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas.

Para comenzar, planteó una serie de desafíos que enfrentan las políticas públicas de derechos humanos en el contexto de la pandemia. “Los diagnósticos en general no son nada alentadores. En la región más desigual del mundo la situación de pandemia está intensificando algunos de los problemas más relevantes: el aumento de la tasa de desempleo, el aumento de la pobreza, la crisis migratoria, las protestas, situaciones de violencia institucional, el debilitamiento de las instituciones. Todo en un contexto global en el que al cuestionamiento del multilateralismo, que es anterior a la situación de la pandemia, es posible sumarle tensiones geopolíticas entre las grandes potencias mundiales”, desarrolló y puntualizó que “la situación de pandemia logró interrumpir el desarrollo de importantes acciones en el ámbito multilateral de Naciones Unidas, además de impactar gravemente en el trabajo de organismos de derechos humanos. La agenda de este año apunta a volver sobre varios de estos temas y se pide retomar la realización de la cumbre de sistemas alimentarios, la conferencia de Naciones Unidas sobre biodiversidad y la vigésima sexta conferencia de cambio climático, entre otras importantes reuniones”.

Asimismo, señaló que “los derechos humanos han estado muy presentes en todas las discusiones de los ámbitos multilaterales y han sido un lugar común de los documentos que han sido elaborados para afrontar los desafíos futuros; han sido considerados esenciales en el marco de la gestión de la pandemia. Antes habían sido considerados en el marco de la Agenda 2020”.

Por otro lado, comentó que “se ha vuelto una moda afirmar que el movimiento de derechos humanos se encuentra moralmente en bancarrota. Es así que se han formulado fuertes ataques al derecho internacional de los derechos humanos, a sus instituciones y a sus movimientos argumentando que no hay ningún proceso y que nos encontramos ante los últimos días de los derechos humanos”. En esta línea, compartió: “Se ha cuestionado la utilidad de los derechos humanos en tanto se trata de una herramienta conservadora y no suficientemente radical. Considerar que las políticas públicas en derechos humanos tienen un efecto desmovilizador de los movimientos sociales y no empoderador o considerar que el discurso de los derechos humanos se ha convertido en un dispositivo para el gerenciamiento y la muerte como se publicó hace unos meses en un artículo académico. Todo esto en un casi obsesivo interés en reescribir la historia de los derechos humanos y especular en torno a su futuro”.

En este contexto, recordó que “desde que David Kennedy hace 17 años desarrolló la idea de que los derechos humanos eran parte del problema, diversos autores, y obviamente él mismo, no pararon de repetir esto en artículos que se han acumulado en blogs especializados y revistas académicas y en una importante cantidad de libros que buscan en forma muy creativa, inteligente, e incluso entretenida, cuestionar a los derechos humanos, a sus normas y a sus instituciones”. Y agregó: “De alguna manera, esta literatura del desencanto como toda moda está teniendo sus best sellers y sus charlas TED, tuiteros, podcasts, entrevistas, mucha difusión mediante reseñas y columnas en los principales diarios del mundo”.
Sin embargo, el orador planteó que no se trata de una moda académica, sino que buena parte de estas ideas están teniendo un efecto directo en algunas discusiones políticas a nivel global y en algunos países de la región. Los argumentos que han desarrollado son utilizados por sectores que cuestionan las instituciones, las organizaciones de derechos humanos en general o determinadas agendas de derechos humanos en forma específica.

A continuación, se enfocó en las críticas que vinculan a los derechos humanos y la desigualdad: “Esta identificación entre una relación fuerte entre desigualdad y derechos humanos no es algo exclusivo de los planteos críticos. Tanto es así que algunos académicos y profesionales que están claramente comprometidos con el régimen internacional de los derechos humanos han argumentado que la desigualdad extrema debe reconocerse como una cuestión de derechos humanos”.

Hacia el final, puso de manifiesto la necesidad de desarrollar reflexiones situadas en esta región para pensar los nuevos escenarios y las nuevas tensiones, sobre todo en un escenario de tiempos difíciles. “No hay duda de que los derechos humanos se encuentran atravesando tiempos difíciles, pero de alguna forma el relato sobre el cual se está basando buena parte de la discusión actual tiene, en mi opinión, sus dificultades”, reflexionó.

Video