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Año VIII - Edición 142 22 de mayo de 2009

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Mención Especial de los Premios Konex 2009 para el Ciclo de Grandes Conciertos de la Facultad de Derecho

  • Nota de Tapa

El Ciclo de Grandes Conciertos de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires fue distinguido con el Premio Konex a las 100 personalidades e instituciones más destacadas de la última década de la música clásica argentina (1999-2009).

Así fue comunicado por el Gran Jurado de los Konex 2009, presidido por la Dra. Pola Suárez Urtubey e integrado por 20 personalidades ya premiadas en la materia, conjuntamente con el titular de la Fundación Konex, el Dr. Luis Ovsejevich.

La Facultad de Derecho fue ubicada, en virtud de su ciclo de conciertos, en la categoría de Menciones especiales, creada para quienes “teniendo mérito suficiente para ser premiados por su desempeño, no caben específicamente en las disciplinas establecidas para la actividad”, generalmente pensadas para individualidades artísticas de gran prestigio o relieve nacional e internacional, o revelaciones, siempre tomando en cuenta la última década.

Junto a la Facultad, en el mismo rubro, fueron distinguidos el Collegium Musicum de Buenos Aires, el Instituto de Investigación Musicológica “Carlos Vega” de la Universidad Católica Argentina, el Instituto Superior de Arte del Teatro Colón, Radio Amadeus, Radio Nacional Clásica y la Temporada Allegretto.

Por su parte, recibieron el Konex de Honor las figuras sobresalientes fallecidas en la última década, distinción que fue otorgada a los compositores Carlos Guastavino y Mauricio Kagel.

Los diplomas serán entregados el jueves 10 de septiembre a las 19 en el Salón de Actos de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires. En el mismo ámbito tendrá lugar el acto culminatorio el lunes 9 de noviembre a las 19, en el cual se elegirá a los destinatarios de los Konex de Platino y el de Brillante, que saldrán de los 20 quintetos premiados en cada categoría. Elección difícil, si se tiene en cuenta que entre los que recibirán el diploma al mérito se cuentan figuras como Gerardo Gandini, Daniel Barenboim, Carlos López Puccio, las orquestas Filarmónica de Buenos Aires y Sinfónica Nacional, la Camerata Bariloche, el Mozarteum Argentino, entre una pléyade de artistas centrales para la cultura musical argentina.

Merece recorrerse, a grandes rasgos, la historia todavía no escrita del Ciclo de Grandes Conciertos de la Facultad de Derecho, que está cumpliendo 60 años de su gestación. Fue en 1949 y paralela a la apertura, en la primavera de ese año, de la actual sede de la Avenida Figueroa Alcorta. Ante la magnificencia de su Salón de Actos, las autoridades de la entonces Dirección de Radiodifusión, dependiente del Ministerio de Comunicaciones, decidieron implantar, tomando como modelo a otras radiodifusoras de Europa, un ciclo de Conciertos Públicos Gratuitos.

La encargada de llevarlos adelante sería la hoy extinta Orquesta de la Radio del Estado, el organismo musical de la emisora LRA, después llamada Radio Nacional Argentina. No debe confundirse esta orquesta con la Sinfónica Nacional, ni con la Filarmónica de Buenos Aires, aunque ambas fueran creadas para la misma época, durante el primer gobierno de Perón. El modelo seguido era el de las orquestas de las grandes estaciones radiales –Radio France en Europa, o la NBC en Estados Unidos- inconcebibles sin un organismo sinfónico que diera vida a los llamados broadcasts o transmisiones en vivo por la emisora oficial, con alcance a todo el país.

Así fue como, para 1950, comenzó la primera temporada con la flamante orquesta, generalmente en días jueves, con algunas repeticiones los domingos. Se cumplía un doble objetivo: por un lado, en Radio Nacional, en el edificio hoy demolido de Ayacucho casi esquina Las Heras, y otras bocas de expendio en la Ciudad, se distribuían las entradas, “gratuitas”, pero no libres, esto es, sin costo, pero con ubicación preasignada. El motivo obedecía a la intensa demanda que pronto se verificó y que obligó a diversas estrategias, como anunciar con escasa anticipación la distribución de los billetes en diversos barrios de la Ciudad, para garantizar la verdadera difusión entre públicos diversos. El otro objetivo que se cumplía era la transmisión por todo el país de los conciertos, a través de una onda de AM, invariablemente anunciada por un locutor cuya resonancia inicial todavía recuerdan los memoriosos: “Directamente desde el Salón de Actos de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, transmite LRA, Radio del Estado…”.

Pero quizás toda esta estrategia de comunicación no habría sido tan exitosa si la misión cultural cumplida por este ciclo de conciertos no hubiera descansado en la convocatoria internacional de artistas de enorme prestigio, que junto con directores y solistas argentinos daban vida a la intensa programación anual, que generalmente alcanzaba los 50 conciertos.

El eje primordial de la primera década de conciertos fue el director ítalo-argentino Bruno Bandini. Hombre de una curiosidad intelectual inagotable, tiene el mérito de ser el músico que más obras ha estrenado en nuestro país, tanto del repertorio internacional como local. Pocos conocen que en nuestra Facultad se han producido primeras audiciones argentinas de obras de autores como Schubert, Sibelius, Nielsen, Korngold, Shostakovich, Prokofiev, Dvorák, entre muchos otros.

Pero no sólo autores se oyeron por primera vez en el gran Salón de Actos: también fueron muchos los artistas que hicieron allí sus primeras armas basta mencionar a dos niños que hicieron carrera: Martha Argerich y Daniel Barenboim, pero también a directores que, todavía jóvenes y poco conocidos, tocaron por primera vez en la Argentina en el gran recinto de nuestra Facultad: Zubin Mehta, Georg Solti o Franz-Paul Decker.

La Argentina supo aprovechar la posguerra y emplear su propia abundancia de recursos en una obra cultural que logró sobrevivir a quiebres como la muerte de Evita y luego la Revolución Libertadora o el derrocamiento del Presidente Frondizi, pero no a la “noche de los bastones largos”, que hizo mermar a partir de 1966 la entidad del ciclo y la existencia misma de la orquesta que le había dado su razón de ser.

Alternado con conciertos de cámara en la Facultad de Medicina de la UBA, el ciclo fue declinando hasta casi desaparecer a partir de la década de 1970. Fue en 1995 cuando la Facultad, a través de su Departamento de Extensión Universitaria, y ante la desaparición de la Orquesta Juvenil de Radio Nacional, decidió revivir esta experiencia dándole espacio de ensayo y de actuación a la entonces flamante Orquesta Juvenil Libertador San Martín, que creara el maestro Mario Benzecry para suplir la detracción del Estado en la materia. Con la coordinación de Fabián Bermann, volvieron a verse las largas colas en el Salón de Pasos Perdidos y la música volvió a sonar en el Salón de Actos, en ciclos de conciertos comentados por especialistas, en los que alternaba la música de cámara, instrumental o coral, con los conciertos de la orquesta juvenil. Hacia 1999, la coordinación del ciclo fue asumida por Juan Carlos Figueiras, que convirtió al Salón de Actos en una sala de conciertos alternativa para las grandes orquestas de la Ciudad y de otros puntos del país, manteniendo e incrementando la actividad de cámara durante los fines de semana y obteniendo la televisación de las propuestas.

Hoy, a seis décadas de su creación, el Ciclo de Grandes Conciertos vuelve a ser un orgullo de la actividad de Extensión de la Facultad de Derecho, con un perfil abierto a toda la comunidad y a todos los intérpretes del ámbito musical que quieren transitar por este ámbito en el que muchos artistas consagrados de primer orden se dieron a conocer.

Agradecemos a Daniel Varacalli por la redacción de esta nota.