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Año XIII - Edición 239 23 de octubre de 2014

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Matrices culturales del constitucionalismo. Una referencia al célebre libro "De los delitos y de las penas", de Cesare Beccaria

  • Nota de Tapa

El 8 de octubre pasado el profesor Francesco Di Donato (Universidad de Nápoles) visitó la Facultad para dictar la conferencia “Matrices culturales del constitucionalismo. Una referencia al célebre libro ‘De los delitos y de las penas’”. La Decana Mónica Pinto presentó al expositor.

Acto seguido, Francesco Di Donato destacó que en virtud de la obra “De los delitos y de las penas” se reconoce a Beccaria como el filósofo que propugnó la abolición de la pena de muerte y de la tortura. “El origen de la obra es conocido. Se basa y se inspira en la Academia de los Puños”, explicó. En este marco, mencionó a Pietro Verri, personalidad fuerte e incisiva de la ilustración lombarda, quien inspiró en el joven Beccaria la creación del pequeño tratado que lo destinaría a ser universalmente célebre. El libro fue compuesto durante pocos meses, desde marzo de 1763 hasta principios del año siguiente. Así, Di Donato aseveró que Beccaria, con el estilo mordaz y sarcástico del panfleto, elaborando el pensamiento de los mayores filósofos ilustrados y naturalmente inspirándose en gran medida en Rousseau, plantea ingeniosamente una crítica aguda a la ideología jurídica de su época. “La estructura del libro es bastante simple. Después de un prólogo titulado ‘A quien lee’ y una breve introducción, se suceden 47 capítulos esenciales, en los que Beccaria alterna la disertación sobre aspectos particulares del derecho penal con argumentos más teóricos y generales”, describió. Beccaria aborda temas cruciales en la historia del Derecho y de los ordenamientos legislativos y jurisprudenciales vigentes, entre los cuales se encuentran el derecho a castigar, la interpretación de las leyes, el valor de las ciencias, los magistrados, la educación y la prevención de los delitos. “Mientras que sobre los argumentos específicos pertinentes al derecho penal es directo e incisivo, sobre cuestiones de método es decididamente más cauto y prudente, como si quisiera ocultar o atenuar las fuentes de su inspiración”, comparó. En este sentido, Di Donato expresó que este desajuste es confirmado por Beccaria, escribiéndole a Pietro Verri, ya que deseaba ser “el defensor de los hombres pero no su mártir”, es decir que se mantuvo debajo de la fuerza de choque de Rousseau en Francia. “Incluso en la innovación relativa a los aspectos penales, intentó sobre el problema más general del conocimiento una mediación con el viejo mundo y las mentalidades consolidadas. Defendió, ingenuamente, el método matemático-geométrico y no tomó una clara posición por el método experimental”, caracterizó. Fue este aspecto el que determinó en Francia el debate en torno a la obra beccariana.

Con relación a la actualidad, Di Donato afirmó que a pesar de las apariencias democráticas, en muchas partes del mundo el Poder Judicial está desenfrenado e irrumpe en todos los ámbitos. Asimismo, el disertante sostuvo que “el amor por lo relativo es el fundamento de la investigación. La investigación es el fundamento de la sociedad moderna”. Esta sociedad, con todos sus defectos, como bien sabe quien practica las disciplinas históricas, es aquella en que la vida es menos peligrosa, más agradable, más larga y más pacífica. “Es aquella en la que los seres humanos pueden realizar con menor dificultad sus propios sueños y aspiraciones, incluso las que parecían inalcanzables e imposibles”, remarcó. Además, entendió que estadualidad no significa estatismo, formalismo jurídico y exceso de burocracia. “Estadualidad significa el espíritu de las instituciones, tendencia a la cooperación social y a la solidaridad para con los semejantes y para con todas las formas de vida que coexisten”, resaltó. El mundo actual, que hoy parece vivir en profunda crisis, aún así sigue siendo un depósito de saberes, sentimientos políticos, gustos estéticos, estructuras racionales, que solo un ataque de absoluta locura podría destruir. Indicó, asimismo, que nadie puede negar que se atraviesa un momento de profunda crisis, que no es solo económica, sino que encierra en sí aspiraciones a un orden social más correcto y amplio donde la riqueza se distribuya mejor y las desigualdades disminuyan. En este marco, destacó las palabras del Papa Francisco, quien escribe que existe una tensión bipolar entre la idea y la realidad. “La realidad es, y la idea se labra; entre las dos se debe instaurar un diálogo constante, evitando que la idea termine separándose de la realidad (…) la realidad es superior a la idea”, citó el disertante. “Es con este espíritu científico y realista, fundido con la orientación hacia el progreso y profundizando cada vez más un gran sentido de humanidad y respeto por todos los seres vivientes, por sus legítimas aspiraciones y por el entorno en el que estamos sumergidos, que debemos animarnos a reflexionar críticamente sobre las experiencias de nuestra historia y de nuestra cultura, para recapacitar sobre el nuevo derecho del futuro”, concluyó Di Donato.

“Estadualidad significa el espíritu de las instituciones, tendencia a la cooperación social y a la solidaridad para con los semejantes y para con todas las formas de vida que coexisten”, resaltó el profesor de la Universidad de Nápoles, Francesco Di Donato.