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Año III - Edición 47 13 de mayo de 2004

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Maestría en Magistratura. Conferencias Inaugurales

  • Nota de Tapa

Comenzó el Seminario para Magistrados y Profesores de Derecho que tiene como fin la presentación de la Maestría en Magistratura, recientemente aprobada por el Consejo Superior de la UBA.

El Decano Dr. Atilio Alterini estuvo a cargo de la apertura, brindó su apoyo a la Maestría y presentó al primero de los oradores del seminario, el Dr. Mariano Grondona.

Este último, disertó el pasado 27 de abril sobre La Justicia y el 4 de mayo sobre La Libertad.  También participaron el Director del Departamento de Postgrado –Miguel Ángel Ciuro Caldani–, el Director y el Subdirector de la Maestría –Alberto Dalla Vía y Adrián Ventura–.

Se destacó la presencia de algunas organizaciones vinculadas con la justicia –como FORES, Poder Ciudadano y ARGENJUS– y de los  Presidentes de la Cámara en lo Penal Económico y de la Cámara Electoral.

En la primera jornada, el disertante comenzó por analizar el significado del concepto valor, identificándolo con sustantivos idealizados de los que participa algún adjetivo. Ilustró la idea manifestando que un hombre es justo en tanto participa del valor justicia.

Posteriormente se preguntó si era posible conducirse acorde a valores de manera racional. En respuesta rememoró a Max Weber, explicando que podían entenderse dos tipos de racionalidad, aquella en que ajustan medios a fines y la que se ajusta a valores.

Frente a la incógnita de cuán socialmente funcional puede resultar un valor, manifestó que “el villano es un tonto, puesto que a fin de obtener una ventaja inmediata, pierde prestigio y corre con los riesgos de ser encarcelado”. Así, pierde de vista el placer distante y se deja influir por el placer quinético. Admitió que si todos actuaran en forma racional de medios a fines, los valores serían disfuncionales ya que la honestidad sería el mejor negocio. Sin embargo, por lo general se prefiere el placer inmediato dado que, siguiendo el razonamiento alguna vez empleado por Keynes, a largo plazo todos estaremos muertos.  Por ello, concluyó que la funcionalidad de los valores importa justamente un puente que une la racionalidad según valores con la de medios a fines.

A continuación recordó que, frente a la concepción platónica de que existe sólo un valor del que el resto dependía (el bien), Max Weber sostenía un cierto politeísmo, advirtiendo que en el Olimpo de los valores todos ellos se encuentran en conflicto. El caso de la libertad y la justicia no es de excepción, puesto que si una sociedad es guiada por uno solo de dichos valores, los “más vivos” dominarían a los otros, y en el caso contrario, se acotaría la libertad como en la República ideada por Platón.

Declaró que la libertad y la justicia son los valores más importantes de la democracia, por lo que propuso analizar la constante tensión que existe entre ellos.

En este sentido, aceptó que es posible definir fácilmente a la justicia como dar a cada uno lo suyo, aunque no resulta tan simple llevar ese concepto a la práctica. Mencionó que John Rawls estableció el principio del ahorro justo en el plano de la justicia distributiva, de manera que deben ser tenidos en cuenta en su análisis, no sólo los contemporáneos, sino también las generaciones futuras.

En cuanto a la relación entre la justicia y la igualdad, entendió que esta última ha de primar entre los iguales y ausentarse entre los desiguales, resaltando que por lo general no somos iguales en mérito, pero sí en dignidad. Posteriormente, aludiendo al conocido tango “Cambalache” y a una de las tantas conversaciones entre Glaucón y Sócrates, sostuvo que el hombre tiene el deber de ser justo, aún en una sociedad en la que el sistema de premios y castigos esté distorsionado, adquiriendo así, un mayor valor como persona. Asimismo, desdobló las cuestiones relacionadas con las dos desviaciones posibles de la igualdad: el igualitarismo y el elitismo. 

Finalmente, recordando el concepto contrato social hipotético, en el que sus partes contratan tras un velo de ignorancia acerca de cómo será su resultado particular, concluyó que, existen ciertas libertades básicas que deben necesariamente primar sobre la igualdad, como por ejemplo, el debido proceso.

En la jornada del 4 de mayo, el Dr. Grondona se adentró en el concepto de libertad. Al abordar sus raíces etimológicas, se detuvo en la idea dinámica que los griegos tenían sobre ella, relacionándola con el instituto del liberto y describiéndola como algo que ha de lograrse, algo por lo que se debe y vale la pena luchar.

Tomando la distinción efectuada por Benjamín Constant, describió dos conceptos que se restringen en forma mutua: la noción antigua de libertad, relacionada con la participación en la polis, y la moderna, que da lugar a los derechos individuales frente al Estado.  Distinguió los derechos de, o derechos liberales, respecto de los derechos a, o derechos socialistas. Explicó que para resolver el conflicto en que se encuentran, debe primero atenderse a los derecho a, –receptados en el art. 14 bis de nuestra Constitución–  de manera que todos los individuos arriben a una situación con iguales oportunidades de ejercer derechos de, como por ejemplo, el de desarrollar la industria o el de perseguir la felicidad. Sin embargo, debe evitar caerse en las situaciones paternalistas propias del Estado de Bienestar que, en palabras de Toqueville, termina siendo absoluto, detallado, previsor y suave.

Inmediatamente explicó la distinción efectuada por Alberdi entre libertad externa e interna, citando una frase del autor que la describe correctamente: ¿Quien nos librará de nuestros libertadores? Además, resaltó la importancia de desprenderse de las pasiones conquistando el hábito de las virtudes a fin de ser realmente libres.

Por otra parte, reflexionó sobre el liberalismo como la doctrina de la libertad y su presencia en la Argentina. Al respecto evidenció que histórica y conceptualmente éste comenzó por ser un liberalismo filosófico que luego avanzó sobre la esfera política y que, sólo en un momento posterior, alcanzó a la económica.

Por último, tomó la palabra Alberto Dalla Vía.  Recordó que se comenzará formalmente, a partir de agosto de este año, con el programa de la Maestría en Magistratura.  Su objetivo es la capacitación en un nivel de excelencia a magistrados, funcionarios y profesionales de “mentalidad abierta” en la resolución de conflictos y que la Universidad de Buenos Aires comprende la necesidad de instrumentar mejoras en el sistema judicial, adaptándolo a las nuevas necesidades, con miras a lograr una mayor eficiencia y calidad institucional.

Próximas conferencias de la Maestría en Magistratura

19 de mayo: Secreto Bancario

  • De 16 a 18.30
  • Dr. Marcos Moiseeff, director de Asuntos Legales del BCRA
  • Dr. Jorge Labanca, especialista en derecho bancarioi
  • Dr. Francisco D´Albora, especialista en legislación sobre lavado de dinero
    Lugar: Sala de Consejo

26 de mayo: Lavado de Dinero
De 16 a 18.30

  • Dra Alicia López, directora de la Unidad de Información Financiera
  • Dr. Horacio Cattani, juez de la Cámara de Apelaciones en lo Criminal y Correcional Federal
  • Dr. Roberto Hornos, presidente de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Penal Económico
  • Dr.Raúl Plee, fiscal ante la Cámara Nacional de Casación Penal.
    Lugar: Salón Verde

25 de junio a las 18.30 hs.: “El discurso en el Derecho Penal”

  • Eugenio Raúl Zaffaroni.
    Lugar: a confirmar.

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