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Año VII - Edición 135 27 de noviembre de 2008

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I Congreso “Constructores del bien común”

  • Nota de Tapa

Con el objetivo de abrir un espacio de encuentro, reflexión y propuesta que enriquezca la identidad y la misión de los ciudadanos comprometidos con el bien común en la sociedad civil y en la política, se desarrolló durante el 7 y 8 de noviembre en el Aula Magna de la Facultad, el I Congreso “Constructores del bien común”, organizado por la Fundación Latina de Cultura.

En el acto inaugural, realizado el 7 de noviembre, estuvieron presentes el Director General de la Fundación Latina de Cultura, Guillermo Cartasso; y colaboradores y miembros de la Fundación, Adalberto Odstrcil, Patricia Ruiz Moreno, Carlos Javier Antonietti, Inés Franck y Ezequiel Abasolo.

El Director General de la Fundación Latina de Cultura, Guillermo Cartasso tuvo a su cargo las palabras introductorias. En primer término, señaló que el Congreso es una respuesta a la situación social actual. “La sociedad civil y la política nos interpelan, más en este tiempo, al que muchos llaman ‘posmoderno’, donde caen antiguos modelos y surgen nuevos paradigmas”, destacó. En este sentido, afirmó que los ciudadanos estamos llamados a profundizar nuestra condición de hombres comprometidos con el bien común de nuestros pueblos, para hacer que nuestra sociedad sea cada día más justa y fraterna.

Luego de describir los signos característicos de la crisis, reconoció la necesidad de profundizar los caminos que lleven al encuentro de todos los hombres de buena voluntad, a la paz, al respeto irrestricto por la vida, a la inclusión social, al imperio de la caridad como principio rector de la convivencia social.

“El valor del bien común es tarea de todos. Conscientes de la responsabilidad que nos toca en este camino, buscamos ofrecer estos espacios como lugares de concordia donde se piense, se proyecte y se concreten iniciativas que hagan al bien de cada hombre y de toda la sociedad”, finalizó.

Seguidamente tuvo lugar el panel de apertura titulado “Sociedad y bien común”, moderado por Ezequiel Abasolo, en el que disertaron los Dres. Atilio Alterini (Decano de la Facultad de Derecho, UBA), Mariano Grondona (Doctor en Derecho y Ciencias Sociales por la Universidad de Buenos Aires), Adalberto Rodríguez Giavarini (Presidente del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales) y el Embajador Carlos Custer (Miembro del Pontificio Consejo Justicia y Paz del Vaticano).

Al comenzar, el Decano Dr. Atilio Alterini expresó dos agradecimientos: el primero , por la elección de la Facultad de Derecho como sede del Congreso, lo que condice con el carácter plural y de prescindencia en temas ideológicos, políticos y religiosos establecido en el estatuto de la Universidad de Buenos Aires; y el segundo, por la oportunidad de disparar este encuentro de ideas, ya que como Decano manifestó buscar a través de la Comisión Especial del Bicentenario motivar el pensamiento para que desde el diálogo y el consenso sea posible pensar “el país que tenemos pendiente”.

Luego, distinguió a la justicia, el bien común, la seguridad y la paz como los cuatro valores que conjugan armónicamente al Derecho. Del mismo modo, analizó los principios de libertad, igualdad y fraternidad proclamados en la Revolución Francesa, advirtiendo que en la actualidad son conjugados de manera distinta. “La libertad se conjuga positivamente, se pasó de la ‘libertad de’ a la ‘libertad para’ y, de esta manera, se pone el acento en el efectivo otorgamiento de oportunidades para la realización individual”, explicó. De igual manera, se refirió a la igualdad que se conjuga como verbo de la igualdad de oportunidades y, por último, al aludir al principio de la fraternidad, indicó que los Derechos Humanos la determinan como verbo de la solidaridad.

En un marco de análisis de la expansiva teoría de los Derechos Humanos, remarcó que la pobreza es incompatible con el bien común, y que para su erradicación son necesarias acciones concretas de los estados.

Finalmente, frente a los índices de pobreza, marginación y exclusión, citó la Epístola de Santiago, que considera que el fruto de la justicia se siembra en paz, o sea, que sin justicia no hay paz.

Por su parte, el Dr. Mariano Grondona citó a John Rawls, quien sostuvo que en una sociedad bien ordenada el Derecho debe ponerse por encima del bien, debido a la precisión del primero y la controversia del segundo. Remarcó la diferencia entre los conceptos de sociedad -que alude a una conexión voluntaria entre personas- y comunidad -concebida como una familia ampliada-, ya que la primera -por definición plural- es difícil de compatibilizar con la concepción de bien común.

“Se podría hacer una epistemología del bien común, es decir, un modo de pensar en el bien común para la Argentina sin que se imponga una perspectiva sobre las otras; para lo cual es necesario un acto de humildad cognoscitiva”, subrayó. En este sentido, indicó que el bien común existe, pero que nadie puede pretender agotarlo o entenderlo, por lo que para construir una visión completa es necesario entrar en comunicación con otros y, de esta manera, alcanzar la única aproximación de bien común compatible con la democracia.

“El bien común conlleva la importancia de una participación responsable y activa en la vida pública. Este desafío de construir ciudadanía es la convocatoria central que nos hace la Fundación Latina de Cultura”, manifestó Adalberto Rodríguez Giavarini.

Tras mencionar distintas formas de concretar el bien común, consideró que es universal, y que no se reduce a nivel nacional, ni justifica ningún tipo de discriminación. Por otro lado, diferenció los conceptos de ética de la convicción y ética de la responsabilidad, que se contraponen al momento de tomar una decisión pública. Recordó que la visión diferencial del bien común se relaciona con una orientación concreta a la búsqueda de la verdad y de la justicia.

En un marco de reseña histórica, indicó que la Argentina tiene una construcción del bien común que se remonta a sus próceres. “Por lo tanto creo que reflexionar de cara al bicentenario cómo no desentendernos del bien común universal es, más que una alternativa, un imperativo categórico”, resaltó.

A su turno, el Embajador Carlos Custer aportó cuatro elementos que hacen a la construcción del bien común. En primer lugar, indicó que el campo sociocultural es de donde tiene que surgir nuestra transformación. “El desafío para los argentinos recae en descubrir el camino para que los valores que se pregonan desde la Constitución Nacional hasta todos los tratados y pactos que hemos suscripto, se hagan carne en la vida de los argentinos, en los comportamientos individuales y colectivos”, aseveró. Del mismo modo, hizo mención del ámbito de la economía, respecto del cual señaló que la crisis en la que estamos inmersos no es coyuntural sino global del sistema capitalista, donde el mercado no satisface las carencias principales que aquejan a la humanidad. “El bicentenario es la oportunidad para plantearnos qué modelo de país aspiramos, y en función del mismo articular programas de desarrollo con políticas de estado”, indicó en cuanto a los aspectos políticos. Por último, destacó la importancia de la dimensión internacional del bien común alcanzado a nivel nacional. “Es en el equilibrio de esos cuatro factores que podemos empezar a concretar una sociedad más justa”, concluyó.

Ezequiel Abasolo señaló como los tres ejes de trabajo en los paneles a la problemática del concepto de bien común, el trasfondo de este concepto y las acciones que conducirán al bien común, y dio cierre a la jornada.

El día 8 de noviembre se desarrollaron los siguientes paneles: “Perspectivas políticas de la Argentina Actual”, “Dimensión religiosa y vida social”, “Educación y trabajo: claves para la Nación del Bicentenario”, “Inclusión social plena: una meta para el Bicentenario”, “Pensando la Argentina del Bicentenario en el marco del Bien Común”.