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Año XI - Edición 196 05 de julio de 2012

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Homenaje de la Facultad de Derecho al Profesor Emérito Guillermo R. Moncayo

  • Nota de Tapa

El 21 de junio pasado la Facultad de Derecho homenajeó al Profesor Emérito Guillermo R. Moncayo. La ceremonia tuvo lugar en un Salón Rojo colmado por profesores, docentes y alumnos de la Casa.

Las palabras iniciales fueron de la Decana Mónica Pinto, quien manifestó que al participar de esta actividad “estamos diciendo a Roberto Moncayo cómo lo queremos y cuánto valoramos todo lo que ha hecho por esta Facultad y por la mayoría de nosotros”. Por otro lado, destacó la gran personalidad del homenajeado y añadió: “se puede ser realmente muy sabio en un arte o en una ciencia y, al mismo tiempo, ser terriblemente humilde y modesto, y esta es una de las cualidades de Roberto Moncayo”.

La profesora Hortensia Gutiérrez Posse pronunció el elogio académico y, en primer término, se encargó de efectuar un sucinto repaso de la vida académica de Moncayo en nuestra Facultad de Derecho. Así, indicó que fue en esta Casa donde obtuvo su doctorado en derecho luego de haber realizado una tesis sobre los aspectos jurídicos de la controversia sobre las Islas Malvinas. Fue Profesor Titular de la asignatura Derecho Internacional Público hasta que fue designado Profesor Consulto y, más tarde, en el año 2005, Profesor Emérito. “Pero el no encontrarse ya a cargo de la cátedra de Derecho Internacional Público no significó su alejamiento de la docencia”. No abandonó su concurrencia a las aulas de esta Facultad debido a que continuó dictando clases en las asignaturas de posgrado, dirigiendo el Departamento de Derecho Público II, entre otras actividades. Pero su labor como docente universitario “no se limitó a la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, no se limitó a la Argentina”. De hecho, en el exterior ejerció la docencia en la Universidad de Frankfurt, en la Universidad Autónoma de Madrid, en la Universidad Complutense de Madrid, en la Universidad de Salamanca, en la Universidad de San Pablo (Madrid) y en la Universidad de Siena. “En 1978 fue designado Profesor Asociado en la Universidad de Paris Panthéon-Sorbonne […] y en la Academia Internacional de La Haya, donde fue primero director de estudios y luego fue profesor en el curso de derecho internacional público del año 1991”, explicó Gutiérrez Posse.

Para la oradora, en esta extensa y prestigiosa labor académica no podía quedar sin mención la formación académica y de recursos humanos que ofreció a toda una comunidad. Así es como Moncayo, con enorme generosidad, se ha comprometido en la formación de colaboradores, de alumnos y de graduados.

Tampoco dejó de mencionar el paso de Moncayo por la función judicial y la diplomática. En el caso de la primera, precisó que “se inició en 1961 como Secretario Letrado de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, donde ulteriormente fue designado Secretario de la Corte hasta que en 1974 asumió como juez de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil de la Capital Federal”. Entre 1986 y 1987 fue Conjuez de la Corte Suprema. En cuanto a la función diplomática, representó al país como jefe de la delegación argentina a la conferencia celebrada en Viena en 1978 en la que se adoptó la Convención sobre la Sucesión de Estados en materia de Tratados. También se desempeñó como jefe de la delegación argentina en el conflicto por la zona austral desde la adopción del acta de Puerto Montt en 1978 en la que se pactó el mecanismo de negociación entre la Argentina y Chile. Durante 1995 en una disputa fronteriza de larga data entre Perú y Ecuador, Moncayo contribuyó activamente en la negociación pacífica entre ambos países. “Tan brillante carrera como la del homenajeado mereció distinciones, fue condecorado con la Gran Cruz de la Orden Piana por su Santidad Juan Pablo II en 1982 y en 1995 fue designado Miembro de Honor del Instituto de Derecho Comparado del Universidad de Complutense de Madrid”, relató.

“El esfuerzo, el estudio, la perseverancia y la honestidad intelectual siempre tienen como premio una vida plena para quien la lleva pero también para todos los que pasan por ella”, resumió la profesora Gutiérrez Posse.

Luego, algunos asistentes tomaron la palabra para expresar su afecto al profesor Moncayo. Del mismo modo lo hizo la profesora Lilian Del Castillo, que refiriéndose a Moncayo afirmó: “siempre es un placer encontrarlo, hablar con él, porque además de todo lo que ha dicho Hortensia es un placer encontrar a una persona con ese carácter afable, con esa forma siempre tan amistosa, eso es realmente un placer”.

Finalmente, Guillermo R. Moncayo expresó: “agradezco el acto, la presencia y los elogios que exceden naturalmente los méritos y la realidad”. Comentó que ingresó a esta Facultad en el año 1949 y desde entonces ha permanecido más de medio siglo en esta Casa como alumno, graduado y docente. También trajo a su memoria sus ocho años como Vicedecano acompañando a Andrés J. D’Alessio en el Decanato.

Hacia el final, un emocionado Moncayo sostuvo: “debo confesarles que en mí convergen sentimientos encontrados que ustedes comprenderán: la alegría de este encuentro afectuoso que me ha permitido evocar épocas muy felices de mi vida y, a la vez, la tristeza de lo que en algún modo significa un adiós”.

“Debo confesarles que en mí convergen sentimientos encontrados que ustedes comprenderán: la alegría de este encuentro afectuoso que me ha permitido evocar épocas muy felices de mi vida y, a la vez, la tristeza de lo que en algún modo significa un adiós”, expresó un emocionado Moncayo.